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Seguramente habréis escuchado alguna vez el nombre de Balto, un heroico perro que salvó a todo un pueblo llevando un cargamento de medicamentos en la famosa “carrera del suero a Nome de 1925”. Pero… ¿cuál es la verdad de esta historia?
En Central Park de Nueva york se homenajeó a Balto con una estatua en la que se alaba el espíritu indomable de los perros de trineo que portaron la antitoxina seiscientas millas desde Nenana, sobre el hielo áspero, a través de aguas traicioneras, en medio de tormentas de nieve, para aliviar la aflicción de Nome en el invierno de 1925.
Comencemos a contar la historia desde el principio: en diciembre de 1924, Curtis Welch, el único médico de Nome, un pueblo de menos de 2.000 habitantes a unos 2 grados al sur del Círculo Polar Ártico, hubo de tratar varios casos de difteria, una enfermedad infecciosa aguda epidémica, ocasionada por la exotoxina proteica producida por «Corynebacterium diphtheriae».
A mediados de enero de 1925 comenzó la epidemia por todo el pueblo de Nome y aunque varios meses antes se había pedido más antitoxina diftérica (la cura) no contaban con ella porque el envío no pudo llegar antes de que cerrara el puerto por el invierno. Ante la inminente epidemia, el consejo municipal decretó la cuarentena. Sin la antitoxina se esperaba que la tasa de mortalidad llegara al 100% de la población.
El servicio de salud publica intento enviarla mediante un cargamento por tren, pero Nome estaba sufriendo la peor tormenta invernal conocida en su historia y el tren solo pudo llegar hasta Nenana, una pequeña ciudad de Alaska situada a 1.085 km de distancia con Nome.
Las temperaturas en el interior de Alaska habían llegado a su punto más bajo en 20 años, con vientos de 110 km/h llegando a una sensación térmica de -73 °C.
Mark Summers, de la Junta de Salud, propuso la alternativa de llevar el suero a través de una posta de trineos tirados por perros, tal cual se llevaba el correo, y aunque este servicio de Nenana a Nome tomaba normalmente 25 días, existía el récord de llevarlo a cabo en 9 jornadas, por lo que el gobernador Scott Bone finalmente autorizó este proyecto.
La Oficina Postal convocó a los mejores mushers (conductores de trineos) y perros de trineo que debían viajar día y noche para que el suero llegara a tiempo de salvar todas las vidas posibles en Nome. 20 mushers se fueron pasando el cargamento de antitoxina de trineo en trineo a lo largo del recorrido de 1.085km en cinco días y medio.
Leonhard Seppala y su equipo de perros liderados por “Togo”, un husky siberiano de 12 años, debía cubrir el tramos más largo y peligroso, el atajo a través de Norton Sound, una bahía que se congela en invierno, por el que se podía ahorrar un día de viaje. Pero el hielo era inestable y se podía quebrar debajo del conductor y su equipo, además había que pasar por ásperas colinas de nieve o por capas de hielo pulido por el viento, donde los perros apenas podían encontrar un punto de apoyo.
mientras que un musher con menos experiencia tenía más probabilidades de perder la vida, la de sus perros y también el suero. Togo iba a guiar a su equipo a lo largo de 563km.
Con la noticia de que la epidemia empeoraba, Seppala decidió enfrentar la tormenta y entró de nuevo en el hielo de Norton Sound. Togo guió a su equipo a través de la oscuridad, llegando a la estación de Isaac’s Point donde el equipo apenas tuvo tiempo para descansar y partió a las 2 de la mañana en el punto más álgido de la tormenta para continuar su camino de vuelta a casa. El equipo corrió a través del hielo que empezó a romperse a lo largo de la línea costera para enfrentar su último desafío: remontar una cresta de 1.500 m y cruzar la montaña “Little McKinley”.
Tras atravesar la montaña, Seppala entregó el cargamento de antitoxina al último equipo que se encargaría de llevar el suero a Nome. Este equipo estaba liderado por el musher Gunnar Kaasen y su perro guía Balto quien logró entregar el cargamento sin romper una sola ampolla de antitoxina.
Por este último tramo, la prensa destacó la valía de Balto, reflejándose al mundo como el héroe de Nome, mientras toda América vitoreaba el nombre de Balto, toda la población de Alaska ovacionaba el de Togo, el verdadero héroe de la carrera del suero.
Los diferentes equipos recorrieron un total de 1.085 km en 127 horas y media, lo que se consideró un récord mundial, un logro increíble debido a la inclemencia de las condiciones: temperaturas bajo cero, tormentas de nieve y vientos huracanados. Varios perros murieron con gran valentía durante la travesía.
Como he mencionado al inicio de esta noticia, se levanto una estatua de Balto en Central Park, pero en 2011 Times le otorgó a Togo el título del “animal más valiente de la historia”. Además, a los hijos de Togo, y a los hijos de sus hijos se les asignó un nuevo nombre para su raza: el husky Seppala, en honor también a su musher, es denominada como la mejor raza para tirar trineos además de destacar su lealtad y vínculos con su dueño.
Para Balto & Togo por salvar miles de vidas junto a un fantástico tema :
Just to be in love
Alex Rasov
En Central Park de Nueva york se homenajeó a Balto con una estatua en la que se alaba el espíritu indomable de los perros de trineo que portaron la antitoxina seiscientas millas desde Nenana, sobre el hielo áspero, a través de aguas traicioneras, en medio de tormentas de nieve, para aliviar la aflicción de Nome en el invierno de 1925.
Comencemos a contar la historia desde el principio: en diciembre de 1924, Curtis Welch, el único médico de Nome, un pueblo de menos de 2.000 habitantes a unos 2 grados al sur del Círculo Polar Ártico, hubo de tratar varios casos de difteria, una enfermedad infecciosa aguda epidémica, ocasionada por la exotoxina proteica producida por «Corynebacterium diphtheriae».
A mediados de enero de 1925 comenzó la epidemia por todo el pueblo de Nome y aunque varios meses antes se había pedido más antitoxina diftérica (la cura) no contaban con ella porque el envío no pudo llegar antes de que cerrara el puerto por el invierno. Ante la inminente epidemia, el consejo municipal decretó la cuarentena. Sin la antitoxina se esperaba que la tasa de mortalidad llegara al 100% de la población.
El servicio de salud publica intento enviarla mediante un cargamento por tren, pero Nome estaba sufriendo la peor tormenta invernal conocida en su historia y el tren solo pudo llegar hasta Nenana, una pequeña ciudad de Alaska situada a 1.085 km de distancia con Nome.
Las temperaturas en el interior de Alaska habían llegado a su punto más bajo en 20 años, con vientos de 110 km/h llegando a una sensación térmica de -73 °C.
Mark Summers, de la Junta de Salud, propuso la alternativa de llevar el suero a través de una posta de trineos tirados por perros, tal cual se llevaba el correo, y aunque este servicio de Nenana a Nome tomaba normalmente 25 días, existía el récord de llevarlo a cabo en 9 jornadas, por lo que el gobernador Scott Bone finalmente autorizó este proyecto.
La Oficina Postal convocó a los mejores mushers (conductores de trineos) y perros de trineo que debían viajar día y noche para que el suero llegara a tiempo de salvar todas las vidas posibles en Nome. 20 mushers se fueron pasando el cargamento de antitoxina de trineo en trineo a lo largo del recorrido de 1.085km en cinco días y medio.
Leonhard Seppala y su equipo de perros liderados por “Togo”, un husky siberiano de 12 años, debía cubrir el tramos más largo y peligroso, el atajo a través de Norton Sound, una bahía que se congela en invierno, por el que se podía ahorrar un día de viaje. Pero el hielo era inestable y se podía quebrar debajo del conductor y su equipo, además había que pasar por ásperas colinas de nieve o por capas de hielo pulido por el viento, donde los perros apenas podían encontrar un punto de apoyo.
mientras que un musher con menos experiencia tenía más probabilidades de perder la vida, la de sus perros y también el suero. Togo iba a guiar a su equipo a lo largo de 563km.
Con la noticia de que la epidemia empeoraba, Seppala decidió enfrentar la tormenta y entró de nuevo en el hielo de Norton Sound. Togo guió a su equipo a través de la oscuridad, llegando a la estación de Isaac’s Point donde el equipo apenas tuvo tiempo para descansar y partió a las 2 de la mañana en el punto más álgido de la tormenta para continuar su camino de vuelta a casa. El equipo corrió a través del hielo que empezó a romperse a lo largo de la línea costera para enfrentar su último desafío: remontar una cresta de 1.500 m y cruzar la montaña “Little McKinley”.
Tras atravesar la montaña, Seppala entregó el cargamento de antitoxina al último equipo que se encargaría de llevar el suero a Nome. Este equipo estaba liderado por el musher Gunnar Kaasen y su perro guía Balto quien logró entregar el cargamento sin romper una sola ampolla de antitoxina.
Por este último tramo, la prensa destacó la valía de Balto, reflejándose al mundo como el héroe de Nome, mientras toda América vitoreaba el nombre de Balto, toda la población de Alaska ovacionaba el de Togo, el verdadero héroe de la carrera del suero.
Los diferentes equipos recorrieron un total de 1.085 km en 127 horas y media, lo que se consideró un récord mundial, un logro increíble debido a la inclemencia de las condiciones: temperaturas bajo cero, tormentas de nieve y vientos huracanados. Varios perros murieron con gran valentía durante la travesía.
Como he mencionado al inicio de esta noticia, se levanto una estatua de Balto en Central Park, pero en 2011 Times le otorgó a Togo el título del “animal más valiente de la historia”. Además, a los hijos de Togo, y a los hijos de sus hijos se les asignó un nuevo nombre para su raza: el husky Seppala, en honor también a su musher, es denominada como la mejor raza para tirar trineos además de destacar su lealtad y vínculos con su dueño.
Para Balto & Togo por salvar miles de vidas junto a un fantástico tema :
Just to be in love
Alex Rasov