Creo que para disfrutar de un automático debes dejar a un lado la obsesión por la precisión y valorar lo que representa.
Es como cuando se compra cualquier objeto hecho a mano y se pide que sea completamente “perfecto “.
Eso si, siempre dentro de unos parámetros, porque si fuera algo alarmante cualquier relojero puede ajustarlo
Es como cuando se compra cualquier objeto hecho a mano y se pide que sea completamente “perfecto “.
Eso si, siempre dentro de unos parámetros, porque si fuera algo alarmante cualquier relojero puede ajustarlo