Cuando mi hijo cumplió 18 años hice lo que tú, le regalé un reloj. En mi caso, el regalo consistió en regalarle el reloj que yo había comprado, con muchísima ilusión, cuando cumplí mis 18 años, era mi primer reloj, vamos a decirlo así, serio.
Hoy, teniendo mi hijo 47 años, lo sigue llevando con mucha ilusión, siempre le digo que lo trate con cuidado y cariño, pero sin excesos, el bicho tiene ya 51 años, pero ahí sigue dando la hora, con ligeros ajustes y revisiones, cambio de brazalete, cambio de agujas, cambio del plexi, un rotor cambiado por desgaste, pero ………………… todavía lo miro de reojo y, si se da cuenta, me dice: Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita.
Yo, sencillamente le señalo: espero verlo en la muñeca de mi nieto.
Buen regalo has hecho y es lógico que esté así, felicidades.