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Longines reedita el Longines Lindbergh’s Atlantic Voyage Watch en homenaje al periplo aéreo emprendido por Charles Lindbergh y su esposa a través del Gran Norte.
Longines reedita el Longines Lindbergh’s Atlantic Voyage Watch en homenaje al periplo aéreo emprendido por Charles Lindbergh y su esposa a través del Gran Norte.
En 1933, el piloto americano Charles Lindbergh y su esposa emprenden un periplo aéreo de 47.000 km alrededor del Atlántico Norte. Tras haber realizado en solitario una hazaña técnica y humana, siendo el primero en efectuar la travesía sin escala del Atlántico Norte a bordo del Spirit of St Luis, Lindbergh empieza el reconocimiento de futuras rutas aéreas vía el Gran Norte para regresar a América vía Cabo Verde y Brasil. El equipo elegido por el piloto para llevar a cabo su larga expedición incluye un cronógrafo de pulsera Longines, especialmente creado por la casa relojera para este viaje. Ahora, Longines reedita ese reloj de excepción, bautizado Longines Lindbergh’s Atlantic Voyage Watch, en homenaje al histórico periplo de un pionero de la aviación.
Tras su vuelo en solitario de 1927 entre Nueva York y París, primera travesía sin escala del Atlántico Norte, Charles Lindbergh logró renombre internacional. Por consiguiente, las compañías aéreas que entonces se encontraban en pleno desarrollo se apresuraron a solicitar su colaboración. Deseoso de poner sus competencias a disposición de los demás, Lindbergh decidió emprender en 1933, en compañía de su esposa Anne Morrow Lindbergh, el reconocimiento de las potenciales rutas aéreas vía el Gran Norte. Desde Nueva York, la joven pareja se lanzó entonces a un largo periplo aéreo de 47.000 km a lo largo del cual sobrevolaron Terranova, Groenlandia, Islandia, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Rusia, Inglaterra, Francia, los Países Bajos, Suiza, Portugal, las Azores, las Islas Canarias y las Islas de Cabo Verde, antes de regresar a Estados Unidos vía Gambia, Brasil y Cuba.
Para esta expedición, Lindbergh eligió un avión potente, dotado de un motor de 710 caballos con una hélice de paso variable, dos aparatos de radio y una embarcación inflable en caso de amerizaje forzoso. Su aparato fue bautizado « Tingmissartoq » durante el viaje, que significa “el que vuela como un gran pájaro” en lenguaje esquimal. Sus instrumentos de navegación aérea incluían un compás giroscópico direccional, un horizonte artificial, un indicador de formación de hielo y dos agujas aperiódicas, es decir, el material con mejores prestaciones de la época. Además, Lindbergh se llevó también un cronógrafo Longines, especialmente desarrollado por la casa relojera para su vuelo vía Groenlandia y el Gran Norte.
Ese reloj estaba dotado de un movimiento cronógrafo para reloj de pulsera con un mecanismo de contador de 30 minutos. Midiendo el tiempo con una precisión del orden de 1/5 de segundo, su dispositivo de cronógrafo se completaba con un taquímetro que medía velocidades de hasta 500 km/hora. Con las condiciones de vuelo a las que se exponía la pareja Lindbergh, un reloj fiable constituía una de las últimas medidas de seguridad en materia de instrumentos de navegación. La puesta a punto de este reloj, efectuada por Longines con motivo del periplo aéreo de Lindbergh y su esposa alrededor del Atlantico Norte, se inscribía en el marco de la relación de confianza establecida entre el piloto americano y la marca suiza. En 1927, los instrumentos de medida del tiempo creados por Longines permitieron a la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), de la que la marca es proveedor habitual desde 1919, medir con precisión la duración del vuelo de Lindbergh entre Nueva York y París. Después, en virtud de su destacada experiencia como piloto y navegador, Lindbergh imaginó un sistema destinado a facilitar la navegación aérea y naval de la época. Se puso en contacto con Longines, que concretó su invención, poniendo a punto y produciendo el reloj Lindbergh Angulo Horario. Utilizado conjuntamente con un sextante y un almanaque náutico, el reloj permitía determinar la posición geográfica, mediante un cálculo exacto de la longitud. En 1933, basándose en esas fructíferas colaboraciones, Longines desarrolló el cronógrafo de pulsera que se llevó la pareja Lindbergh en su recorrido alrededor del Atlántico Norte.
En la actualidad, Longines reedita ese reloj, nombrado Longines Lindbergh’s Atlantic Voyage Watch, en homenaje al periplo aéreo emprendido por la pareja a través el Gran Norte. Con un tamaño de 47,5 mm de diámetro, está dotado de un movimiento de carga automática Calibre L705 (base ETAsa A07 231). Fiel a la pieza original, ostenta un pequeño segundero a las 9 y un contador de 30 minutos a las 3. Indicando la hora y la medida del tiempo mediante agujas de acero azulado, cuya carrera se realiza en una esfera de exterior blanco e interior plateado, el Longines Lindbergh’s Atlantic Voyage Watch está equipado con un taquímetro, lo que permite la evaluación de las velocidades hasta 500 km/h. Recubierto de un cristal de zafiro, este reloj dispone de un fondo transparente con tapa de fondo que desvela los latidos de su movimiento y de una correa de piel de aligátor de color marrón. Reeditado en una versión de acero o de oro rosa, el Longines Lindbergh’s Atlantic Voyage Watch representa la declinación contemporánea y refinada de un reloj que tomó parte en un periplo excepcional.
Esto es lo que trae la nota de prensa que acompaña a este excepcional reloj. Y lo que yo vi en Basilea fue un par de piezas que te enamoran al primer vistazo: rotundas, potentes. Los acabados hacen pensar en marcas de mucho más precio o, mejor, en los momentos más brillantes de la historia de Longines. Realmente los señores del grupo Swatch saben lo que tienen entre manos, que no es ni más ni menos que la marca con el logo más antiguo no sólo de la relojería sino del mundo industrial, y eso hay que cuidarlo. Me gustó especialmente el modelo en oro rosa, y eso es algo que empieza a preocuparme porque últimamente es algo que me ocurre con cierta frecuencia. A mí, que adopté mi actual nick en parte porque el oro me producía cierto rechazo... será la edad. O que el oro rosa tiene ese no-sé-qué que lo hace tan atractivo.
Ficha técnica
Números de referencia: Longines Lindbergh’s Atlantic Voyage Watch
L2.730.4.11.0 (caja de acero)
L2.730.8.11.0 (caja de oro rosa 18 quilates)
Calibre: Movimiento mecánico de carga automática
Calibre L705 (ETA A07 231)
16 ½ líneas, 27 rubíes, 28'800 alternancias por hora
Reserva de marcha de 46 horas
Funciones: Horas, minutos, segundero pequeño, taquímetro
Cronógrafo
Aguja segundera central
Contador de 30 minutos a las 3 horas
Caja: Redonda, de acero u oro rosa 18 quilates, Ø 47.50 mm
El fondo, con tapa grabada y numerada (serie no limitada), se abre para dejar caras vistas un cristal de zafiro
Corona: Con pulsadores de abertura de la tapa de fondo
Esfera: Blanca lacada y pulida / plateada
10 números árabes negros
Taquímetro negro, 500-60 km/h
Segundero pequeño a las 9 horas
Contador de 30 minutos a las 3 horas
Agujas: Acero azulado de tipo « Breguet » (hora y minutos)
Acero azulado de tipo « Hilo con contrapeso pera » (aguja de
cronógrafo)
Acero azulado de tipo « Flecha » (contador de 30 minutos)
Acero azulado de tipo « Bastón con contrapeso pera »
(segundero pequeño)
Estanqueidad: 30 metros, 3 bar
Cristal: Cristal de zafiro
Correa: Piel de aligátor de color marón con hebilla
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