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Historias relojeras... o cómo llegué a ser un WIS

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Forer@ Senior
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Publicado en Esenciales el 7 de noviembre de 2003

Bueno… pues me permito comentar cómo ha sido mi evolución, lo cual puede servir como experiencia de algo que funciona, aunque claro está también depende del camino laboral que cada uno haya tomado lo que facilitará entender o manejar ciertos conceptos físicos y mecánicos con mayor o menor soltura. No obstante que no se asusten los de “letras”, pues tampoco son temas tan complicados como ser capaces de entender la relatividad del espacio/tiempo o imaginar que la realidad no tiene tres, sino cuatro dimensiones: alto, largo, ancho y tiempo; no… las leyes de la mecánica y de la física aplicada a los relojes son bastante más triviales y no van mucho más allá de la ley de la gravedad o la del péndulo.

Bien… así que ruego se apoltronen cómodamente en sus butacas, y tengan a bien la paciencia (o… no y aquí se acaba y tan amigos) de seguir leyendo mi personal aventura con el mundo de los relojes.

De entrada comentar que de niño crecí durante una temporada en la trastienda de la relojería-joyería de un tío mío, del que me quedaron grabados los suaves, precisos y gráciles movimientos de mi tío, sentado en su taburete, monóculo en el ojo y con esos pequeños engendros mecánicos en sus manos, de ahí deduje que hay que tener paciencia para trastear en ellos y suma delicadeza. Lo otro que caló profundamente en mi fue que los relojes a pilas NO son relojes; pues por aquella época empezaron a verse aquellos relojes digitales que había que apretar un botón para que se iluminaran los dígitos de color rojo/naranja que nos daban la hora.

El caso es que desde ese momento hasta hará un par de años, los relojes no tuvieron mayor trascendencia que saber que había relojes: los mecánicos, y los no relojes: los de pilas, aunque servidor utilizaba “no relojes” para medir el tiempo. Eso sí… al pasar por las relojerías seguía embobado mirando la estética de unos y otros.

Así que hace un par de años (bueno... ahora ya más de cuatro) , en concreto a principios del 2001 tuve la necesidad de remodelar mi fiel Racer Cronógrafo Divers de cuarzo, que durante más de 10 años había corrido junto a mi muñeca miles de aventuras con un éxito excelente y sin más problemas que alguna ralladura del cristal y/o de la caja... y claro el relevo tenía que venir de un reloj mecánico.

Pero el presupuesto era escasísimo y el saber dónde ir a buscar inexistente (como pasa en las mejores familias las relaciones con mi tío y su relojería-joyería no pasaban por los mejores momentos, así que a su establecimiento no acudí).

Los primeros que miré fue un Seiko Divers y luego un Montblanc. Del primero… bueno… me dejé seducir por el deseo de un “swiss made” en lugar de un “japan made” sin tener, reconozcámoslo, criterio más objetivo que el del simple gusto. Del segundo, en el momento de saber el precio se cayó de la lista como una hoja en otoño.

Seguidamente entré en el Corte Inglés, me fui a la sección de relojes y empecé la persecución: pasé de los Tag-Heuer y de los Breitling por cuestión de presupuesto, pero en aquella época igual me hubiera comprado uno de no tener problemas de liquidez, hoy sería otra cosa. Luego vi algún Kronos… pero desconocía la marca, y no había mucha propaganda de ellos, ya que estaban en una vitrina medio olvidados. Y por fin… una vitrina en la que sólo había Oris.

Fue todo un amor a primera vista, la estética me gustaba, había propaganda diciendo que eran suizos, que habían ideado la corona grande para pilotos, que si tal y que si cual. Así que me dejé seducir por la propaganda y además, y lo primordial, el precio estaba dentro del presupuesto alrededor de las 70.000’- de las antiguas pesetas. Y como hay tarjeta del Corte Inglés de por medio, pago a plazos y listos!

Un día del mes de abril fui con toda la familia y el papá salió como niño con zapatos nuevos y con un estupendo Oris Classic Original en mi muñeca!

A partir de ese momento los acontecimientos se precipitaron y la vorágine por saber más de los relojes mecánicos y de saber si la compra había sido buena fue todo uno.

Gracias a los foros descubrí que Oris era una marca honesta y de excelente relación calidad/precio, descubrí que allende el mar había una web TimeZone que ofrecía un curso de relojería por Internet a un módico precio y que había la posibilidad de proveerse del material, herramientas y reloj, sin más problemas que hacer el pedido por Internet. Además un forista también había realizado el curso y estaba encantado con el resultado.

Ello me llevó a empezar a investigar más de dónde comprar el material necesario, y descubrí las casas de fornituras. Empecé a rondar las que hay por mi ciudad y empecé a establecer una relación básica de confianza entre el forniturero y servidor, lo cual siempre va bien para ir desgranando esos pequeños secretos que guardan celosamente los profesionales del ramo.

Para poder practicar sin estropear el sencillo, pero bello y nuevo ST 97 que venía con el kit del primer nivel del curso de TimeZone, compré varios ejemplares… más o menos a peso en e-bay (otro descubrimiento relacionado con este mundo) que sirvieron para tener material que destripar, revisar, inventariar y conocer el funcionamiento.

Qué decir que el devorar los mensajes de los foros, ayudaba a ir aumentado la culturilla sobre el tema, al tiempo de ir leyendo los artículos técnicos que uno iba pillando en la red, de TimeZone sobretodo: El “Glossary” o el “Horologium” por ejemplo.

Hay que matizar que también tomé un derrotero, es decir, no podía ser coleccionista de relojes, ya que visto los costes de tal afición me era imposible poder seguir con ella. Así que opté por coleccionar “conocimiento” e invertir en herramientas en lugar de en relojes. Vamos, que si mi pequeño taller y la biblioteca se transformara en un reloj, seguro que me alcanzaría para un Omega Seamaster o incluso un Speedmaster Moon, pero así de entrada ir a por ellos… uff… el convencer al comité de inversiones casero hubiera sido misión imposible… de la otra forma, son cositas que van cayendo y redundan en aumentar el conocimiento del tema.

Como ya he comentado hice una pequeña inversión en bibliografía, de entre lo que cabe destacar las hojas técnicas de los calibres actuales ya sean mecánicos o de cuarzo de ETA’sa, así como su diccionario ilustrado de terminología. El ya tan nombrado libro de referencia trilingüe (y de un coste casi irrisorio) de Brunner-Pfeiffer con una reseña histórica las marcas de más renombre y con intercalados capítulos de técnica relojera.

También han caído libros eminentemente técnicos como “El manual suizo del relojero reparador” de H.Jendritzki, “Le reglage d’une montre a balancier-spiral” también del mismo autor y el famoso “Practical Watch Repairing de Donald de Carle, que ha sido traducido al castellano pero es imposible encontrarlo (salvo que algún colega lo tenga heredado y se te caiga la baba cuando lo saca de un envoltorio y te lo enseña).

Otra opción de ampliar documentación y catálogos es escribir a las diferentes firmas, y no me refiero a los fabricantes de relojes, sino a los fabricantes de componentes: Kif, Incabloc, Nivarox… etc. os aseguro que sus catálogos y documentación técnica son un medio excelente y barato (normalmente son gratis) de ir aumento cultura y conocimientos.

Y bien… ya han pasado más de dos años y hace un par de semanas me he atrevido a desmontar un cronógrafo, ya sabéis un Landeron 151, del cual he visto que tenía un diente de barrilete roto y por fortuna mi forniturista tenía uno… así que para la próxima ya os explicaré si he sido capaz de volverlo a montar y que su volante.

Ah… se me olvidaba ruego que los profesionales, los auténticos profesionales, tengan piedad de un servidor y no piensen ni por un momento que intento meterme en terreno ajeno y que tras un par de lecciones por correo, y cuatro libros mal leídos quiero situarme a su altura y dar lecciones de docto entendido en la material, nada más lejos de mi intención. Tan solo pretendo ser un eterno iniciado y aprendiz en este fabuloso, extraordinario y fantástico mundo.

Y… punto pelota que ya está bien de tanta literatura!

S@ludoS a todos/as y gracias por la paciencia de haber llegado hasta el final!


evalls

P.D. La foto del culpable de todo...

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