Desde aquí queremos Loli y yo agradeceros el cariño con el que fuimos acogidos y el magnífico rato compartido con todos vosotros. Ayer, por muchas y diversas razones, fue un día muy, pero que muy especial para mí, uno de esos días que quedan bordados el tejido de alma con letras de oro. Y que decir del placer y el privilegio que supone poder compartir la amistad y los conocimientos de una historia viva de la relojería europea como es el maestro Pedro Izquierdo, de su sencillez, de su sentido del humor y de lo "güena gente" que es. Como sólo ocurre con los grandes artistas, su persona rezuma ese aire de bohemia, genialidad y espíritu libre. Como decimos por aquí: "otros, con sus conocimientos y nivel, seguro que tendrían encima más tonterías que un mueble-bar". Cuanto más se le trata, más se le quiere.
Del resto, que decir Dios, si son todos unas personas encantadoras. La dulce y tierna personalidad de Perito, orgulloso y casi recién estrenado padre, con esos ojillos de irradian bonhomía a raudales. De Cadiz, con su simpatía, amabilidad y atención extrema, de su pequeñajo Maxi -el más joven propietario de Rolex que conozco- y que tuve la satisfacción de tener entre mis brazos y sacarle unas carcajadas. Cadiz, con esa madre tan guapetona, feliz y orgullosa abuela, a la que también tuvimos la suerte de conocer (enhorabuena por tener unos hijos así). Y qué voy a deciros de Javi León, un singular personaje, con una capacidad impresionante y fiel reflejo del más puro espíritu gaditano, un tipo al que da gusto escuchar y con una madurez y experiencia vital impropia para su edad, otro fenómeno del que cuando te despegas, tienes la sensación de haberte sabido a poco el tiempo compartido con él.
Elvin, el entrañable Elvin. Ni por asomo me esperaba encontrarme con una persona tan atenta y cariñosa, con una impresionante capacidad para sorprenderse y aprender con todo lo nuevo que surge a su alrededor. Felicidades por tu capacidad de admiración por lo bello, no cambies nunca.
Y que queréis que os diga de Pepa, la mujer de Pedro... ...ufff, que cosa más buena de mujer, que paciencia para aguantarnos a todos. Sinceramente, ser la mujer de un genio como es este "loco bajito" es un papel no siempre fácil de asumir, y ella lo hace con un saber estar, una naturalidad y una discreción impresionante. Y lo que más me llamó la atención, fue percibir que una gran parte de la felicidad y aire de libertad de Pedro viene dado por los vientos de Pepa. Pepa y Pedro, Pedro y Pepa son sin duda un binomio necesario, una ecuación perfecta. Gracias Pepa por todo.
Como habréis podido apreciar, de relojes ni hablo. Eso, al fin y al cabo, es una excusa, un instrumento que utilizamos para poner a nuestro alcance a gentes especiales, personas ya de por sí dotadas de una especial sensibilidad para amar y admirar la belleza y la perfección.
Gracias de corazón por vuestro cariño y vuestra amistad.