Goldoff
Administrador de RE
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Ojo, que va tochete largo. Y sin fotos.
Como algunos recordaréis, cada año, por estas fechas (en realidad un poco más adelante), abría yo un hilo desde Ginebra para ir poniendo las novedades que descubría en tiempo real en la feria. Algo bastante estresante porque no hay tiempo para estar, fotografiar, escribir y subirlo todo simultáneamente. Pero era divertido y, a la vista de la participación y seguimiento del hilo, también se lo debía parecer a una buena cantidad de forer@s. Sí, en pasado.
Watches and Wonders es el salón heredero del SIHH (Salon International de la Haute Horlogerie), que en su origen era sencillamente el salón privado del Grupo Richemont, exclusivo de sus marcas y para sus clientes/distribuidores. La prensa sólo podía acudir a ese salón por estricta invitación: las marcas -sus responsables de comunicación- elegían los medios que más les interesaban y les invitaban con todos los gastos pagados, que incluía vuelos y alojamiento. La manutención se daba por añadida porque una vez dentro del salón hay literalmente barra libre para todo, desde comida hasta bebida, incluyendo vinos y champagnes. Una pasta. RE nunca estuvo en la lista.
Esto cambió ligeramente en los últimos años cuando, aunque no fueras elegido, te facilitaban un pase para que pudieras asistir a todas las presentaciones. Incluso te incluían en la agenda de ídem porque en esa época no podías configurar tu propia agenda: a las 11 en Cartier para el grupo Iberia (Portugal y España), a las 11:45 en IWC... Y así toda la semana. El viaje y el hotel, desde luego por tu cuenta. Ahí empezó mi asistencia, año tras año, sólo interrumpida por la pandemia.
Y así ha sido durante todos los años que he visitado, primero, el SIHH y después el W&W, que desde el año pasado ya incluye a los que abandonaron Baselworld. Desde Patek y Rolex hasta TAG-Heuer y Oris. Tanto, que el año pasado ya tenia billete y hotel reservados, y cuando llamé a la responsable para preguntarle (siempre tenía que preguntar) si podría disponer este año del pase, me sorprendió diciéndome que "estaba en la lista" y que se iban a hacer cargo ellos -las marcas- de todos mis gastos.
Por fin. Y con esta expresión no me refiero a que ya no me fuera a costar dinero de mi bolsillo acudir, algo que tenía asumido, sino al reconocimiento a un medio un tanto distinto a lo que las marcas -de todo tipo- están acostumbradas. Y digo distinto no por ser online, que a estas alturas quien más quien menos ya lo tiene interiorizado, sino porque cuando una marca pone dinero en un medio -publi, invitaciones, lo que sea- espera (cuando no exige) que se le trate bien, o por lo menos no mal. Algo lógico... y algo que un foro no puede garantizar.
Os voy a contar una anécdota que me sucedió hace muchos años, en 2007. Recibo una llamada en el móvil, y al otro lado una voz femenina que me dice "soy XXX, directora de marca de YYY, y quiero anunciarme en tu foro". (YYY pertenece a uno de los grandes grupos). El subidón que me dio es difícil de explicar pero supongo que fácil de entender. Llevábamos cuatro años online, y esa llamada era un sueño hecho realidad por todo lo que -al menos a mí- transmitía: reconocimiento e interés. Llegamos a un acuerdo rápidamente y quedamos en una campaña de seis meses abierta a renovación. Pues bien, no habían pasado ni dos cuando recibí otra llamada: "tenemos que hablar". Y cuando una mujer te dice eso (perdón por el tópico) sabes que no es para darte una alegría. Por hacerlo corto: un super directivo de su grupo había visto en el foro una crítica -juro que fundadísima, y con fotos- a otra marca de ese grupo y le había dicho que o quitaba yo ese hilo o que retiraban la publi del foro...
Pocas veces ha sido para mí tan válida la expresión "con todo el dolor de mi corazón", pero ahí terminó nuestra relación, no sin antes batallar para que ese directivo entendiera algo que no quería entender, porque su lógica seguía siendo la de quien paga manda. Cuando las aguas volvieron a su cauce, el mercado publicitario había cambiado de tal modo que Google arrasaba con todo. Fin de la anécdota que espero ilustre lo que alguna vez se ha dado en llamar aquí "línea editorial": yo puedo ser más o menos amable con algún lanzamiento al que haya ido invitado, pero jamás se me ocurrirá censurar opiniones contrarias, sobre todo si están fundamentadas. Y si yo mismo tengo que criticar, desde luego lo hago.
Pues eso es lo que creo que ha venido pasando todos estos años. No tanto que "nos tengan miedo", sino que asumen que no nos pueden controlar. Y hablo en plural porque un foro es una comunidad, y porque como decía Harry el Sucio, las opiniones son como los culos: cada uno tiene el suyo (y las de los demás apestan, añadió alguien) Y en tal caso prefieren invitar a quienes no les van a dar disgustos. Que me facilitaran el pase todos esos años se debió, tengo que suponer, a que yo le caía bien a alguien... que ya no está.
Así, y aun habiendo "entrado en la lista" el año pasado por primera vez, este año las señoras (lo son casi todas) del departamento de pr-comunicación de las marcas participantes han decidido que RE no esté en la lista de casi cuarenta invitados de prensa que se van a llevar a Ginebra, la mayoría de los cuales son del sector de la moda y similares que nunca van. Y eso que me consta que estuve "en el alero" hasta el último minuto. La novedad es que, a partir de ahora, o vas a full board o sencillamente te quedas sin entrada. Ni siquiera me ha quedado la opción de ir por mis medios. Ya sabes, nada personal, sólo negocios.
Curiosamente, este año, de haber recibido la invitación, lo hubiera tenido complicado debido a temas personales. No sé qué hubiera hecho finalmente porque simplemente no se ha dado la situación. Como satisfacción, cuando una de las majors me llamó para establecer una cita personal (no están en la agenda general) y le tuve que explicar la situación, se quedó de lo más sorprendida y me dijo que no lo entendía. Bueno. Algo es algo.
Pero.
De todos es sabido que cuando se celebra una feria de esta magnitud, cualquiera que sea la temática, se generan focos alternativos para aprovechar la afluencia de visitantes. Cuando existía Baselworld recibías multitud de invitaciones para ir a tal o cual hotel donde se había instalado tal o cual marca. Y se había instalado ahí porque o bien no había sido admitida en la feria oficial (llegó a haber una larguísima lista de espera) o sencillamente porque no querían pagar los altísimos precios que solicitaba la organización.
Y esto mismo sucede en Ginebra. Más ahora que sólo queda una feria relojera después de la desaparición de la de Basilea. Y ya no en suites de hotel (o en un barco anclado en el Quai de Montblanc, como llegó a hacer el grupo LVMH) sino en pabellones alquilados para la ocasión por un puñado de independientes o avispados emprendedores que han visto una oportunidad para generar nuevos polos de atracción.
Es obvio que si vas a Watches & Wonders no vas a poder ir a ninguna de estas, por la sencilla razón de que -aunque no te lo digan- tienes la obligación de asistir a las presentaciones de las marcas que pagan tus gastos de viaje y estancia. Antes, con la agenda que te preparaban ellas, y ahora te la preparas tú pero con el mismo compromiso no escrito. ¡Si hasta fichabas en cada presentación! Y no de forma figurada: había un lector de tarjetas (tu pase) a la entrada de cada stand.
Aun así, los outsiders no se han dado por vencidos y son cada vez más los "agregadores" que se anuncian: Time to Watches o Barton7 son los pioneros, mientras algunas marcas siguen en lujosas suites de los más caros hoteles de Ginebra, como el Kempinsky. Y esto no puede hacer otra cosa que ir a más, porque en Palexpo caben los que caben y porque supongo que los que están dentro van a querer establecer filtros para mantener cierto nivel . O estatus.
Y claro, los nuevos son más "normales": no te pagan el avión, pero si te acreditas como prensa están encantados de proporcionarte un pase para que visites a sus expositores. Algo más parecido a Baselworld, que también invitaba a algunos -pocos- medios a pensión completa, pero que si no estabas entre los elegidos al menos te enviaba tu pase sin tener que estar pidiéndoselo cada año.
Por otro lado, las grandes marcas presentes en W&W tienen la atención de todo el mundo aficionado a través de los medios invitados, de manera que, volviendo al inicio de este tocho, se te crea cierto estrés por si lo que vas a publicar ya ha sido comentado por alguien que lo vio en Hodinkee, por ejemplo. Eso sí, las fotos son personales e intransferibles, al igual que las sensaciones.
Hablando de sensaciones, admito que cuando me enteré de que no iba a recibir ni siquiera el pase experimenté una entre el cabreo y el disgusto, y me puse a hacer comparaciones que no debía hacer porque la culpa no era de los "comparados" sino de quienes tomaban esas decisiones que me dejaban fuera. Luego he reflexionado un poco, y he llegado a la conclusión -qué remedio, dirá alguno- de que igual era el empujón que necesitaba para dedicarme a visitar marcas menos vistas o conocidas y por tanto más interesantes aquí en RE. Antes, aunque tuviera elección -limitada- sencillamente no la ejercía, porque me arrastraba la corriente de la feria principal.
Así las cosas, me he propuesto regresar a Ginebra el año próximo. Como siempre, por mis medios, y por primera vez fuera del "circuito oficial" independientemente de si vuelven a dar entradas sin avión o esas señoras de pr se lo repiensan. Y tendré que organizarme, porque si los "oficiales" son muchos, todavía son más los que se presentan off-feria, por no hablar de los que tienen su cuartel general en la misma capital suiza. No sé si será mejor, pero sí sé que será diferente.
Pero eso será dentro de un año. Esta vez me dedicaré a ver qué encontráis y traéis vosotr@s. Mientras tanto, tengo bastante material pendiente de publicar y para el que tengo que respetar las fechas de embargo.
Si has llegado hasta aquí, te felicito. Este texto, visto desde el móvil, tiene que descorazonar al más pintado, así que espero que haya valido la pena el tiempo que le has dedicado.
Como algunos recordaréis, cada año, por estas fechas (en realidad un poco más adelante), abría yo un hilo desde Ginebra para ir poniendo las novedades que descubría en tiempo real en la feria. Algo bastante estresante porque no hay tiempo para estar, fotografiar, escribir y subirlo todo simultáneamente. Pero era divertido y, a la vista de la participación y seguimiento del hilo, también se lo debía parecer a una buena cantidad de forer@s. Sí, en pasado.
Watches and Wonders es el salón heredero del SIHH (Salon International de la Haute Horlogerie), que en su origen era sencillamente el salón privado del Grupo Richemont, exclusivo de sus marcas y para sus clientes/distribuidores. La prensa sólo podía acudir a ese salón por estricta invitación: las marcas -sus responsables de comunicación- elegían los medios que más les interesaban y les invitaban con todos los gastos pagados, que incluía vuelos y alojamiento. La manutención se daba por añadida porque una vez dentro del salón hay literalmente barra libre para todo, desde comida hasta bebida, incluyendo vinos y champagnes. Una pasta. RE nunca estuvo en la lista.
Esto cambió ligeramente en los últimos años cuando, aunque no fueras elegido, te facilitaban un pase para que pudieras asistir a todas las presentaciones. Incluso te incluían en la agenda de ídem porque en esa época no podías configurar tu propia agenda: a las 11 en Cartier para el grupo Iberia (Portugal y España), a las 11:45 en IWC... Y así toda la semana. El viaje y el hotel, desde luego por tu cuenta. Ahí empezó mi asistencia, año tras año, sólo interrumpida por la pandemia.
Y así ha sido durante todos los años que he visitado, primero, el SIHH y después el W&W, que desde el año pasado ya incluye a los que abandonaron Baselworld. Desde Patek y Rolex hasta TAG-Heuer y Oris. Tanto, que el año pasado ya tenia billete y hotel reservados, y cuando llamé a la responsable para preguntarle (siempre tenía que preguntar) si podría disponer este año del pase, me sorprendió diciéndome que "estaba en la lista" y que se iban a hacer cargo ellos -las marcas- de todos mis gastos.
Por fin. Y con esta expresión no me refiero a que ya no me fuera a costar dinero de mi bolsillo acudir, algo que tenía asumido, sino al reconocimiento a un medio un tanto distinto a lo que las marcas -de todo tipo- están acostumbradas. Y digo distinto no por ser online, que a estas alturas quien más quien menos ya lo tiene interiorizado, sino porque cuando una marca pone dinero en un medio -publi, invitaciones, lo que sea- espera (cuando no exige) que se le trate bien, o por lo menos no mal. Algo lógico... y algo que un foro no puede garantizar.
Os voy a contar una anécdota que me sucedió hace muchos años, en 2007. Recibo una llamada en el móvil, y al otro lado una voz femenina que me dice "soy XXX, directora de marca de YYY, y quiero anunciarme en tu foro". (YYY pertenece a uno de los grandes grupos). El subidón que me dio es difícil de explicar pero supongo que fácil de entender. Llevábamos cuatro años online, y esa llamada era un sueño hecho realidad por todo lo que -al menos a mí- transmitía: reconocimiento e interés. Llegamos a un acuerdo rápidamente y quedamos en una campaña de seis meses abierta a renovación. Pues bien, no habían pasado ni dos cuando recibí otra llamada: "tenemos que hablar". Y cuando una mujer te dice eso (perdón por el tópico) sabes que no es para darte una alegría. Por hacerlo corto: un super directivo de su grupo había visto en el foro una crítica -juro que fundadísima, y con fotos- a otra marca de ese grupo y le había dicho que o quitaba yo ese hilo o que retiraban la publi del foro...
Pocas veces ha sido para mí tan válida la expresión "con todo el dolor de mi corazón", pero ahí terminó nuestra relación, no sin antes batallar para que ese directivo entendiera algo que no quería entender, porque su lógica seguía siendo la de quien paga manda. Cuando las aguas volvieron a su cauce, el mercado publicitario había cambiado de tal modo que Google arrasaba con todo. Fin de la anécdota que espero ilustre lo que alguna vez se ha dado en llamar aquí "línea editorial": yo puedo ser más o menos amable con algún lanzamiento al que haya ido invitado, pero jamás se me ocurrirá censurar opiniones contrarias, sobre todo si están fundamentadas. Y si yo mismo tengo que criticar, desde luego lo hago.
Pues eso es lo que creo que ha venido pasando todos estos años. No tanto que "nos tengan miedo", sino que asumen que no nos pueden controlar. Y hablo en plural porque un foro es una comunidad, y porque como decía Harry el Sucio, las opiniones son como los culos: cada uno tiene el suyo (y las de los demás apestan, añadió alguien) Y en tal caso prefieren invitar a quienes no les van a dar disgustos. Que me facilitaran el pase todos esos años se debió, tengo que suponer, a que yo le caía bien a alguien... que ya no está.
Así, y aun habiendo "entrado en la lista" el año pasado por primera vez, este año las señoras (lo son casi todas) del departamento de pr-comunicación de las marcas participantes han decidido que RE no esté en la lista de casi cuarenta invitados de prensa que se van a llevar a Ginebra, la mayoría de los cuales son del sector de la moda y similares que nunca van. Y eso que me consta que estuve "en el alero" hasta el último minuto. La novedad es que, a partir de ahora, o vas a full board o sencillamente te quedas sin entrada. Ni siquiera me ha quedado la opción de ir por mis medios. Ya sabes, nada personal, sólo negocios.
Curiosamente, este año, de haber recibido la invitación, lo hubiera tenido complicado debido a temas personales. No sé qué hubiera hecho finalmente porque simplemente no se ha dado la situación. Como satisfacción, cuando una de las majors me llamó para establecer una cita personal (no están en la agenda general) y le tuve que explicar la situación, se quedó de lo más sorprendida y me dijo que no lo entendía. Bueno. Algo es algo.
Pero.
De todos es sabido que cuando se celebra una feria de esta magnitud, cualquiera que sea la temática, se generan focos alternativos para aprovechar la afluencia de visitantes. Cuando existía Baselworld recibías multitud de invitaciones para ir a tal o cual hotel donde se había instalado tal o cual marca. Y se había instalado ahí porque o bien no había sido admitida en la feria oficial (llegó a haber una larguísima lista de espera) o sencillamente porque no querían pagar los altísimos precios que solicitaba la organización.
Y esto mismo sucede en Ginebra. Más ahora que sólo queda una feria relojera después de la desaparición de la de Basilea. Y ya no en suites de hotel (o en un barco anclado en el Quai de Montblanc, como llegó a hacer el grupo LVMH) sino en pabellones alquilados para la ocasión por un puñado de independientes o avispados emprendedores que han visto una oportunidad para generar nuevos polos de atracción.
Es obvio que si vas a Watches & Wonders no vas a poder ir a ninguna de estas, por la sencilla razón de que -aunque no te lo digan- tienes la obligación de asistir a las presentaciones de las marcas que pagan tus gastos de viaje y estancia. Antes, con la agenda que te preparaban ellas, y ahora te la preparas tú pero con el mismo compromiso no escrito. ¡Si hasta fichabas en cada presentación! Y no de forma figurada: había un lector de tarjetas (tu pase) a la entrada de cada stand.
Aun así, los outsiders no se han dado por vencidos y son cada vez más los "agregadores" que se anuncian: Time to Watches o Barton7 son los pioneros, mientras algunas marcas siguen en lujosas suites de los más caros hoteles de Ginebra, como el Kempinsky. Y esto no puede hacer otra cosa que ir a más, porque en Palexpo caben los que caben y porque supongo que los que están dentro van a querer establecer filtros para mantener cierto nivel . O estatus.
Y claro, los nuevos son más "normales": no te pagan el avión, pero si te acreditas como prensa están encantados de proporcionarte un pase para que visites a sus expositores. Algo más parecido a Baselworld, que también invitaba a algunos -pocos- medios a pensión completa, pero que si no estabas entre los elegidos al menos te enviaba tu pase sin tener que estar pidiéndoselo cada año.
Por otro lado, las grandes marcas presentes en W&W tienen la atención de todo el mundo aficionado a través de los medios invitados, de manera que, volviendo al inicio de este tocho, se te crea cierto estrés por si lo que vas a publicar ya ha sido comentado por alguien que lo vio en Hodinkee, por ejemplo. Eso sí, las fotos son personales e intransferibles, al igual que las sensaciones.
Hablando de sensaciones, admito que cuando me enteré de que no iba a recibir ni siquiera el pase experimenté una entre el cabreo y el disgusto, y me puse a hacer comparaciones que no debía hacer porque la culpa no era de los "comparados" sino de quienes tomaban esas decisiones que me dejaban fuera. Luego he reflexionado un poco, y he llegado a la conclusión -qué remedio, dirá alguno- de que igual era el empujón que necesitaba para dedicarme a visitar marcas menos vistas o conocidas y por tanto más interesantes aquí en RE. Antes, aunque tuviera elección -limitada- sencillamente no la ejercía, porque me arrastraba la corriente de la feria principal.
Así las cosas, me he propuesto regresar a Ginebra el año próximo. Como siempre, por mis medios, y por primera vez fuera del "circuito oficial" independientemente de si vuelven a dar entradas sin avión o esas señoras de pr se lo repiensan. Y tendré que organizarme, porque si los "oficiales" son muchos, todavía son más los que se presentan off-feria, por no hablar de los que tienen su cuartel general en la misma capital suiza. No sé si será mejor, pero sí sé que será diferente.
Pero eso será dentro de un año. Esta vez me dedicaré a ver qué encontráis y traéis vosotr@s. Mientras tanto, tengo bastante material pendiente de publicar y para el que tengo que respetar las fechas de embargo.
Si has llegado hasta aquí, te felicito. Este texto, visto desde el móvil, tiene que descorazonar al más pintado, así que espero que haya valido la pena el tiempo que le has dedicado.