Poseidonia
Forer@ Senior
Sin verificar
Muy buenas,
Algunos compañeros de RE conocen mi pasión por las montañas y las regiones polares, a las que dedico tanto mi tiempo libre, como mi actividad profesional. Así, no era difícil que, junto con mi gusto por la relojería, sean los relojes ligados a la aventura y la exploración aquellos que centran mi interés principalmente. En estas circunstancias, estos relojes se convierten en valiosísimas herramientas de supervivencia, más allá que en meras joyas que adornan la muñeca o máquinas que simplemente dan la hora. En la conquista de los océanos, del espacio, de las cumbres y aún hoy de los hielos, los relojes siempre están presentes:
Albert Falcó y Jacques Cousteau con sus respectivos Omega Seamaster 1000.
Omega Speedmaster en un paseo espacial
Messner y su Rolex Explorer II, "Flechón"
Mike Horn y su inseparable Panerai
Llevo mucho tiempo investigando sobre el tema -consultando numerosas fuentes y bibliografías e incluso mandando algún que otro email-, y creo que lo que comparto aquí nunca había sido dicho de esta manera: el Rolex Explorer fue el primer reloj en conquistar el Polo Norte. Y, quizá, lo más increíble de todo no es sea la hazaña en sí, sino que Rolex, con sus potentísimas herramientas de publicidad y marketíng, nunca sacará rédito sobre esto. Espero -qué menos-, que si desde ahora lo hacen, se acuerden de mí en el futuro en forma de reloj como presente por el reconocimiento mostrado aquí 😉
Desde siglos el hombre se ha enfrentado a numerosos retos geográficos, de entre los que destacan la conquista de los denominados “tres polos del planeta”: la montaña más alta, el Polo Sur y el polo norte geográfico. Encontrar la cumbre más elevada de la tierra no fue tan fácil como podamos pensar, pues hasta hace apenas cien años, los mapas estaban aún por terminar. Una vez que hubo consenso sobre el Monte Everest como la montaña más alta del planeta (8848 m.), varias expediciones se lanzaron a su conquista para ser las primeras en ondear sus banderas desde allí arriba. Tras el heroico, y dramático intento, ¡sin oxígeno!, de Mallory e Irvine en 1924, Edmund Hillary y Tenzing Norgay alcanzan la cima en mayo de 1953. Mucho se ha escrito sobre qué reloj llevaban los escaladores cuando hicieron cumbre (y Rolex buen provecho ha sacado de ello). Las últimas fuentes apuntan a que, si bien Hillary llevaba un Smiths inglés, su compañero de cordada usó ese día un Rolex Oyster Perpetual Cronómetro, prototipo del posterior Explorer. Aunque hicieron un pacto de caballeros, para no desvelar quien fue el primero en hollar la cima, en el mundo del alpinismo se sabe que el sherpa era bastante más fuerte, así que no es de extrañar que fuese abriendo huella y llegase él primero. De ser así, Rolex también fue el primer reloj en conquistar el Monte Everest, aunque esto es otra historia.
Publicidad de Smiths tras la conquista del Everest en 1953
Rolex Oyster Perpetual de Edmund Hillary que quizá, llevaba de reserva en su escalada al Everest (Norgay parece que sí lo utilizó)
La conquista del Polo Sur difiere mucho de la del opuesto, el Norte, como veremos un poco más tarde. Pese a las temperaturas mucho más gélidas que en el ártico, la desolación más absoluta o el completo aislamiento, las planicies de hielo de la Antártida son más fáciles de cruzar que la temida banquisa (mar congelado) del Polo Norte. Tras el intento de Shackleton de alcanzar el polo sur geográfico en 1909 (que respondería luego en Inglaterra, “mejor un burro vivo que un león muerto”, cuando le preguntaron sobre los motivos de su abandono a ¡solo 180 km de distancia de su objetivo!), solo dos años más tarde, en diciembre de 1911, el poderío noruego, capitaneado por el eficiente Roald Amundsen, alcanza el objetivo “casi” sin esfuerzo, frente a los malogrados ingleses y su capitán Scott, que llegan al mismo punto apenas un mes más tarde para perecer luego en el regreso.
Pero vayamos al tema que nos ocupa, el Rolex Explorer y su conquista del Polo Norte. Como he mencionado anteriormente, el Océano Ártico es un terreno donde la progresión se hace muy difícil, por no decir casi imposible; las corrientes empujan el mar congelado hasta formar majestuosas crestas, que hay que ascender y descender, o abre canales de agua por donde es imposible cruzar. Por si fuera poco, la humedad del mar hace que el frío se sienta más que cualquier otro lugar del mundo, penetrando la ropa y los sacos de dormir sin compasión. Pero la gran pregunta aquí, no es cuál fue el primer reloj en llegar al Polo, sino quién fue la primera persona en conquistarlo, pues aquí yace el quid de la cuestión que nos ocupa. El S. XX comienza con las disputas de Cook y Peary sobre quién fue el primero en llegar al Polo Norte; pero el primero nunca fue capaz de demostrarlo, y las distancias y velocidades del segundo parecían más bien increíbles. Hoy se sabe que ninguno de los dos alcanzó el objetivo, y no será hasta 1948, cuando se llega al Polo -allí donde todas las direcciones apuntan al sur-, pero con medios mecánicos (en concreto un avión). Del mismo modo que luego hicieron, en 1968, Ralph Plaisted y sus compañeros, pero con motonieves esta vez. Los primeros en alcanzar el Polo Norte, por sus propios medios y esfuerzo, fueron los británicos Roy Koerner, Kenneth Hedges, Allan Gill y el gran explorador ártico, Wally Herbert, en 1969. Son estos, por tanto, los verdaderos conquistadores del último “polo de la tierra”, que aún quedaba por conquistar, pues las anteriores no se consideran válidas. ¿Y qué reloj llevaban estos cuatro expedicionarios? Un precioso Rolex Explorer 1016 cada uno. Ahora, si el lector ha tenido la paciencia de llegar hasta aquí, explicaré la bonita historia que hay detrás de uno de estos relojes.
Expedición Trans-Ártica 1968-69
Roy Koerner, Kenneth Hedges, Allan Gill y el gran explorador ártico, Wally Herbert
Otra foto de los miembros de la expedición
Según pude leer en un foro de internet (WatchProSite), uno de sus miembros se hizo en una subasta con un Explorer 1016, por el que pagó solo 5200 Libras hace poco más de 10 años… Lo que lo hace todavía más interesante (y por supuesto valioso), era el grabado que tenía en la tapa trasera: “Allan Gill, North Pole, 6th April 1969”. Como no podía ser de otra manera, la curiosidad de su propietario le hizo investigar sobre el Rolex y su anterior dueño, Allan Gill. Y en concreto, saber si ese reloj estuvo en el Polo y si fue, por lo menos desde el punto de vista deportivo, el primer reloj en conquistarlo. Lo primero que hizo fue preguntar directamente a la hija del jefe de la expedición, Wally Herbert, aunque no obtuvo información alguna. Después, se puso en contacto con la hermana de Gill, quien le dijo que creía que ese Rolex fue un regalo del propio Herbert. El siguiente paso fue contactar al único miembro vivo de la expedición, el médico Ken Hedges, quien le contestó la siguiente carta, que adjunto aquí y traduzco después.
Rolex Explorer 1016 comprado por un -afortunado- forero en una subasta
Grabado en la tapa del Explorer
Antiguo propietario del Rolex 1016
Certificado de Rolex sobre el uso de sus relojes en la expedición de 1968-69
Carta del único miembro vivo donde confirma que ese reloj llegó al Polo Norte
“… Sí, cada uno de los miembros de la expedición fue equipado con uno de esos relojes Rolex. La historia del que tú posees es interesante. Fue yo quien lo llevó al principio, hasta que en algún momento del invierno de 1968 cuando Allan, nuestro navegante, de algún modo perdió el suyo en la nieve. Él era el único que dormía fuera en una tienda sin ningún tipo de comodidades (…) Siguiendo las órdenes de Wally Herbert, di mi reloj a Allan quien desde luego que lo necesitaba para desarrollar su actividad como navegante… de hecho ese instrumento no es un simple reloj, sino un cronómetro. Así, ¡el cronómetro en tu poder fue llevado por dos miembros de la expedición de cuatro! Fue el instrumento usado para guiarnos al Polo Norte y volver hacia el archipiélago de Svalbard, donde Allan y yo llegamos el 29 de mayo de 1969 tras completar la travesía completa del Océano Ártico (el Polo Norte era el objetivo secundario de nuestra expedición)…”
A medida que he continuado la investigación sobre este tema, he obtenido más pruebas del uso de estos Explorers en esta fantástica expedición. Hasta el punto que volví a ver el documental "Across the Top of the World. BBC TV 1969" (lo tenéis en Youtube), donde pude apreciar a Wally Herbert con un Rolex Explorer en su muñeca mientras organiza los preparativos de la expedición:
A modo de conclusión, no es solo la emoción de que mi reloj preferido (y que ahora llevo en la muñeca) fuese el primero en alcanzar -de una manera deportiva, y épica añadiría- el Polo Norte, sino que además, fuese usuario de uno mi gran referente en la exploración polar, Sir Wally Herbert, cuya sensibilidad por ese ártico que ahora es tan vulnerable queda patente en sus excelentes dibujos y pinturas. Valgan sus ilustraciones a modo de homenaje a esta expedición y en especial al propio Herbert:
Muchas gracias por llegar hasta aquí.
Saludos,
Posidonia
Algunos compañeros de RE conocen mi pasión por las montañas y las regiones polares, a las que dedico tanto mi tiempo libre, como mi actividad profesional. Así, no era difícil que, junto con mi gusto por la relojería, sean los relojes ligados a la aventura y la exploración aquellos que centran mi interés principalmente. En estas circunstancias, estos relojes se convierten en valiosísimas herramientas de supervivencia, más allá que en meras joyas que adornan la muñeca o máquinas que simplemente dan la hora. En la conquista de los océanos, del espacio, de las cumbres y aún hoy de los hielos, los relojes siempre están presentes:
Albert Falcó y Jacques Cousteau con sus respectivos Omega Seamaster 1000.
Omega Speedmaster en un paseo espacial
Messner y su Rolex Explorer II, "Flechón"
Mike Horn y su inseparable Panerai
Llevo mucho tiempo investigando sobre el tema -consultando numerosas fuentes y bibliografías e incluso mandando algún que otro email-, y creo que lo que comparto aquí nunca había sido dicho de esta manera: el Rolex Explorer fue el primer reloj en conquistar el Polo Norte. Y, quizá, lo más increíble de todo no es sea la hazaña en sí, sino que Rolex, con sus potentísimas herramientas de publicidad y marketíng, nunca sacará rédito sobre esto. Espero -qué menos-, que si desde ahora lo hacen, se acuerden de mí en el futuro en forma de reloj como presente por el reconocimiento mostrado aquí 😉
Desde siglos el hombre se ha enfrentado a numerosos retos geográficos, de entre los que destacan la conquista de los denominados “tres polos del planeta”: la montaña más alta, el Polo Sur y el polo norte geográfico. Encontrar la cumbre más elevada de la tierra no fue tan fácil como podamos pensar, pues hasta hace apenas cien años, los mapas estaban aún por terminar. Una vez que hubo consenso sobre el Monte Everest como la montaña más alta del planeta (8848 m.), varias expediciones se lanzaron a su conquista para ser las primeras en ondear sus banderas desde allí arriba. Tras el heroico, y dramático intento, ¡sin oxígeno!, de Mallory e Irvine en 1924, Edmund Hillary y Tenzing Norgay alcanzan la cima en mayo de 1953. Mucho se ha escrito sobre qué reloj llevaban los escaladores cuando hicieron cumbre (y Rolex buen provecho ha sacado de ello). Las últimas fuentes apuntan a que, si bien Hillary llevaba un Smiths inglés, su compañero de cordada usó ese día un Rolex Oyster Perpetual Cronómetro, prototipo del posterior Explorer. Aunque hicieron un pacto de caballeros, para no desvelar quien fue el primero en hollar la cima, en el mundo del alpinismo se sabe que el sherpa era bastante más fuerte, así que no es de extrañar que fuese abriendo huella y llegase él primero. De ser así, Rolex también fue el primer reloj en conquistar el Monte Everest, aunque esto es otra historia.
Publicidad de Smiths tras la conquista del Everest en 1953
Rolex Oyster Perpetual de Edmund Hillary que quizá, llevaba de reserva en su escalada al Everest (Norgay parece que sí lo utilizó)
La conquista del Polo Sur difiere mucho de la del opuesto, el Norte, como veremos un poco más tarde. Pese a las temperaturas mucho más gélidas que en el ártico, la desolación más absoluta o el completo aislamiento, las planicies de hielo de la Antártida son más fáciles de cruzar que la temida banquisa (mar congelado) del Polo Norte. Tras el intento de Shackleton de alcanzar el polo sur geográfico en 1909 (que respondería luego en Inglaterra, “mejor un burro vivo que un león muerto”, cuando le preguntaron sobre los motivos de su abandono a ¡solo 180 km de distancia de su objetivo!), solo dos años más tarde, en diciembre de 1911, el poderío noruego, capitaneado por el eficiente Roald Amundsen, alcanza el objetivo “casi” sin esfuerzo, frente a los malogrados ingleses y su capitán Scott, que llegan al mismo punto apenas un mes más tarde para perecer luego en el regreso.
Pero vayamos al tema que nos ocupa, el Rolex Explorer y su conquista del Polo Norte. Como he mencionado anteriormente, el Océano Ártico es un terreno donde la progresión se hace muy difícil, por no decir casi imposible; las corrientes empujan el mar congelado hasta formar majestuosas crestas, que hay que ascender y descender, o abre canales de agua por donde es imposible cruzar. Por si fuera poco, la humedad del mar hace que el frío se sienta más que cualquier otro lugar del mundo, penetrando la ropa y los sacos de dormir sin compasión. Pero la gran pregunta aquí, no es cuál fue el primer reloj en llegar al Polo, sino quién fue la primera persona en conquistarlo, pues aquí yace el quid de la cuestión que nos ocupa. El S. XX comienza con las disputas de Cook y Peary sobre quién fue el primero en llegar al Polo Norte; pero el primero nunca fue capaz de demostrarlo, y las distancias y velocidades del segundo parecían más bien increíbles. Hoy se sabe que ninguno de los dos alcanzó el objetivo, y no será hasta 1948, cuando se llega al Polo -allí donde todas las direcciones apuntan al sur-, pero con medios mecánicos (en concreto un avión). Del mismo modo que luego hicieron, en 1968, Ralph Plaisted y sus compañeros, pero con motonieves esta vez. Los primeros en alcanzar el Polo Norte, por sus propios medios y esfuerzo, fueron los británicos Roy Koerner, Kenneth Hedges, Allan Gill y el gran explorador ártico, Wally Herbert, en 1969. Son estos, por tanto, los verdaderos conquistadores del último “polo de la tierra”, que aún quedaba por conquistar, pues las anteriores no se consideran válidas. ¿Y qué reloj llevaban estos cuatro expedicionarios? Un precioso Rolex Explorer 1016 cada uno. Ahora, si el lector ha tenido la paciencia de llegar hasta aquí, explicaré la bonita historia que hay detrás de uno de estos relojes.
Expedición Trans-Ártica 1968-69
Roy Koerner, Kenneth Hedges, Allan Gill y el gran explorador ártico, Wally Herbert
Otra foto de los miembros de la expedición
Según pude leer en un foro de internet (WatchProSite), uno de sus miembros se hizo en una subasta con un Explorer 1016, por el que pagó solo 5200 Libras hace poco más de 10 años… Lo que lo hace todavía más interesante (y por supuesto valioso), era el grabado que tenía en la tapa trasera: “Allan Gill, North Pole, 6th April 1969”. Como no podía ser de otra manera, la curiosidad de su propietario le hizo investigar sobre el Rolex y su anterior dueño, Allan Gill. Y en concreto, saber si ese reloj estuvo en el Polo y si fue, por lo menos desde el punto de vista deportivo, el primer reloj en conquistarlo. Lo primero que hizo fue preguntar directamente a la hija del jefe de la expedición, Wally Herbert, aunque no obtuvo información alguna. Después, se puso en contacto con la hermana de Gill, quien le dijo que creía que ese Rolex fue un regalo del propio Herbert. El siguiente paso fue contactar al único miembro vivo de la expedición, el médico Ken Hedges, quien le contestó la siguiente carta, que adjunto aquí y traduzco después.
Rolex Explorer 1016 comprado por un -afortunado- forero en una subasta
Grabado en la tapa del Explorer
Antiguo propietario del Rolex 1016
Certificado de Rolex sobre el uso de sus relojes en la expedición de 1968-69
Carta del único miembro vivo donde confirma que ese reloj llegó al Polo Norte
“… Sí, cada uno de los miembros de la expedición fue equipado con uno de esos relojes Rolex. La historia del que tú posees es interesante. Fue yo quien lo llevó al principio, hasta que en algún momento del invierno de 1968 cuando Allan, nuestro navegante, de algún modo perdió el suyo en la nieve. Él era el único que dormía fuera en una tienda sin ningún tipo de comodidades (…) Siguiendo las órdenes de Wally Herbert, di mi reloj a Allan quien desde luego que lo necesitaba para desarrollar su actividad como navegante… de hecho ese instrumento no es un simple reloj, sino un cronómetro. Así, ¡el cronómetro en tu poder fue llevado por dos miembros de la expedición de cuatro! Fue el instrumento usado para guiarnos al Polo Norte y volver hacia el archipiélago de Svalbard, donde Allan y yo llegamos el 29 de mayo de 1969 tras completar la travesía completa del Océano Ártico (el Polo Norte era el objetivo secundario de nuestra expedición)…”
A medida que he continuado la investigación sobre este tema, he obtenido más pruebas del uso de estos Explorers en esta fantástica expedición. Hasta el punto que volví a ver el documental "Across the Top of the World. BBC TV 1969" (lo tenéis en Youtube), donde pude apreciar a Wally Herbert con un Rolex Explorer en su muñeca mientras organiza los preparativos de la expedición:
A modo de conclusión, no es solo la emoción de que mi reloj preferido (y que ahora llevo en la muñeca) fuese el primero en alcanzar -de una manera deportiva, y épica añadiría- el Polo Norte, sino que además, fuese usuario de uno mi gran referente en la exploración polar, Sir Wally Herbert, cuya sensibilidad por ese ártico que ahora es tan vulnerable queda patente en sus excelentes dibujos y pinturas. Valgan sus ilustraciones a modo de homenaje a esta expedición y en especial al propio Herbert:
Muchas gracias por llegar hasta aquí.
Saludos,
Posidonia
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