Alfredo BRB
Habitual
Verificad@ con 2FA
Hace bastantes años compré un Winner automático, que si no recuerdo mal, era el automático de pulsera más barato que compre (15€). En la foto aparece en su estado original. Sin embargo como me encantaba el color azul del dial, pues es muy poco visto y en la mano tiene excelente apariencia con ese azul cielo tan alegre, lo ajusté para que únicamente se desviase unos segundos al día y mejoré el lumen. Además le puse un bisel cerámico que le hizo ganar muchos puntos, lo subió a otra división.
Para ser un reloj tan barato su rendimiento era excepcional. Se hubiera comportado como un movimiento de alta gama si no fuera por que comenzó a pararse sin motivo alguno. A veces estaba una semana funcionando perfectamente y luego una noche se paraba.
El caso es que esta semana intenté instalar, un movimiento 2813 con sus correspondientes manecillas. El movimiento parecía funcionar perfectamente, con el único problema de que la tija estaba ligeramente doblada. Pero el cambio de movimiento se me complicó mucho más de lo previsto, comenzando por que la bata no era la misma y quizá por la presión le costaba cambiar bien el día del mes... etc. El caso es que haciendo pruebas detecté que el tren de rodaje tenía alguna fricción y tuve que abrirlo.
¡Por favor! ¡Qué cruz es colocar las malditas y minúsculas ruedecillas en equilibrio para cerrarlo después con su tapa! Se pueden ir horas, mirando incluso por el microscopio para ver si los pivotes estan dentro de los rubies, etc.
Y el problema es que si veo algo roto, me obsesiono hasta arreglarlo. Ya daba por perdidos uno o dos días del fin de semana.... cuando al girar el reloj, con las gafas de aumento me doy cuenta de que hay una finísima línea en la marca del bisel cerámico. Lo miro con el microscopío y aquello es una grieta que parece el surco de un río.
¡Que alivio! Ya no merece la pena arreglarlo y pasa a ser automáticamente chatarilla para repuestos.
He aprendido mucho, sin duda. Pero esta claro que la relojería mecánica es mucho más delicada que la más moderna de cuarzo. Estos últimos con mucho menos esfuerzo me han dado muchas, muchísimas más alegrías. Relojes que en una posición adelantan y en otra atrasan, movimientos que se paran por una mota de polvo, piezas tan pequeñas que hay que ver ya no con lupa, sino con microscopio. Por no hablar de que esas piezas tan pequeñitas saltarán al suelo en cuanto te descuides.
Cada vez admiro más a aquellos que son capaces de hacer fácil lo que a veces parece imposible. Gente que en vídeos es capaz de montar un reloj en unos minutos sin encontrar apenas complicaciones. Un ¡VIVA! para todos los foreros/relojeros que hayan desmontado y vuelto a montar con éxito un movimiento mecánico.
Yo me he dado cuenta de que no me compensa. No tengo vista ni paciencia para ello. Por eso quizá con el tiempo, en cuanto haya seguridad "Post-COVID", limitaré mi colección de automaticos a 10 y cada vez que se rompa algo o haya que hacer el mantenimiento.... al relojero.
Noto que en mi interior la fuerza se ha descompensado hacia el cuarzo.
Para ser un reloj tan barato su rendimiento era excepcional. Se hubiera comportado como un movimiento de alta gama si no fuera por que comenzó a pararse sin motivo alguno. A veces estaba una semana funcionando perfectamente y luego una noche se paraba.
El caso es que esta semana intenté instalar, un movimiento 2813 con sus correspondientes manecillas. El movimiento parecía funcionar perfectamente, con el único problema de que la tija estaba ligeramente doblada. Pero el cambio de movimiento se me complicó mucho más de lo previsto, comenzando por que la bata no era la misma y quizá por la presión le costaba cambiar bien el día del mes... etc. El caso es que haciendo pruebas detecté que el tren de rodaje tenía alguna fricción y tuve que abrirlo.
¡Por favor! ¡Qué cruz es colocar las malditas y minúsculas ruedecillas en equilibrio para cerrarlo después con su tapa! Se pueden ir horas, mirando incluso por el microscopio para ver si los pivotes estan dentro de los rubies, etc.
Y el problema es que si veo algo roto, me obsesiono hasta arreglarlo. Ya daba por perdidos uno o dos días del fin de semana.... cuando al girar el reloj, con las gafas de aumento me doy cuenta de que hay una finísima línea en la marca del bisel cerámico. Lo miro con el microscopío y aquello es una grieta que parece el surco de un río.
¡Que alivio! Ya no merece la pena arreglarlo y pasa a ser automáticamente chatarilla para repuestos.
He aprendido mucho, sin duda. Pero esta claro que la relojería mecánica es mucho más delicada que la más moderna de cuarzo. Estos últimos con mucho menos esfuerzo me han dado muchas, muchísimas más alegrías. Relojes que en una posición adelantan y en otra atrasan, movimientos que se paran por una mota de polvo, piezas tan pequeñas que hay que ver ya no con lupa, sino con microscopio. Por no hablar de que esas piezas tan pequeñitas saltarán al suelo en cuanto te descuides.
Cada vez admiro más a aquellos que son capaces de hacer fácil lo que a veces parece imposible. Gente que en vídeos es capaz de montar un reloj en unos minutos sin encontrar apenas complicaciones. Un ¡VIVA! para todos los foreros/relojeros que hayan desmontado y vuelto a montar con éxito un movimiento mecánico.
Yo me he dado cuenta de que no me compensa. No tengo vista ni paciencia para ello. Por eso quizá con el tiempo, en cuanto haya seguridad "Post-COVID", limitaré mi colección de automaticos a 10 y cada vez que se rompa algo o haya que hacer el mantenimiento.... al relojero.
Noto que en mi interior la fuerza se ha descompensado hacia el cuarzo.