posr500
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Una primaveral tarde del mes pasado, estaba atareado diseñando un dashboard de control presupuestario para mi trabajo con millones de registros y diferentes bases de datos, cuando recibí la llamada de Beto, quien es un conocido mío el cual en ocasiones me ofrece cosas interesantes, sabiendo mi afición por las antigüedades. Me dijo lo siguiente:
- Los descendientes de un relojero muy conocido del siglo pasado en La Paz, encontraron en su depósito un maletín olvidado que no fue abierto en casi 50 años y que tiene la cerradura de combinación trabada, pudiendo contener en su interior revistas o catálogos de relojes de los setentas. Ofrecen vender el maletín al precio actual de mercado sin considerar el contenido que pueda tener.
Me dejó pensativo su propuesta ya que, conociendo bien a Beto, sabía que con seguridad había intentado de todo para abrir el maletín y al no lograrlo me lo ofrecía como una compra a ciegas.
Decidí reunirme con él en mi casa ese fin de semana para que me muestre el maletín y ver si finalmente llegábamos a realizar el trato.
Mi sorpresa fue mayúscula al verlo entrar con un maletín dorado de metal marca Halliburton, el cual llamaba tremendamente la atención tanto por su color como por su estilo.
- Me trajiste el maletín de un capo de la droga – le dije entre risas – a lo que Beto me contestó que, si bien el maletín era muy llamativo, tenía un estilo que a inicios de la década de los setentas estaba muy de moda.
Me contó que los hijos del relojero habían cotejado y cerrado todo el inventario de la relojería que tenía su padre y el maletín con seguridad contenía solo folletos de relojes o en el peor de los casos periódicos pasados, debido a que no reportaban ningún faltante.
Como tenía las preguntas atravesadas en la garganta se las disparé directamente:
- ¿Lograste abrir el maletín? ¿qué contiene?
Me aseguro que habiendo obviamente intentado abrirlo (se tienen mil combinaciones posibles en la cerradura), no lo había conseguido y el cerrajero que revisó el maletín le había dicho que forzar la cerradura lo abriría. Beto comprendió que haciendo esto se perdería todo valor de venta al dañarse los rodillos y el mecanismo de apertura, dado que además no había nada importante en su interior.
Luego de una negociación corta, decidí tomar el riesgo y comprar el artículo.
Como ese fin de semana tenía planes familiares, decidí postergar la revisión del maletín para el siguiente, y en tanto, recurrí a nuestro conocido ChatGPT para pedir consejo sobre cómo abrir un maletín vintage de combinación numérica con mil posibles combinaciones que además tenía visos de tener trabada la cerradura mecánica, lo cual a la larga fue muy útil.
De inicio me aconsejó aplicar un lubricante fino en los dígitos/rodillos de la cerradura, dado que con el tiempo se llenan de polvo y suciedad lo que los vuelve duros y en ocasiones dificultan su funcionamiento normal, una vez aplicado, girar cada rodillo hasta que se obtenga un movimiento suave y fluido, limpiando cualquier exceso con un papel absorbente.
De las cinco soluciones que me dio para abrir el maletín elegí 2 posibles caminos: el menos aconsejable que consiste en usar la fuerza bruta y probar manualmente todas las combinaciones posibles. Como hay 1,000 diferentes posiciones en una cerradura de 3 dígitos (000 a 999), se puede intentar cada combinación en un lapso razonable de tiempo si se tiene paciencia, considerando lo que toma mover los rodillos y tratar de abrir el maletín.
Y el segundo método que consiste en escuchar o sentir el clic, lo que requiere buena atención a los sonidos al girar los rodillos. Los pasos que me recomendó fueron:
Gira los rodillos uno por uno lentamente: Al hacerlo, intenta "escuchar" o "sentir" un leve clic o un cambio en la resistencia en algún punto. Este clic o cambio es el indicador de que has encontrado el número correcto para ese rodillo.
Avanza con los otros rodillos: Una vez que encuentres el número correcto en un rodillo, sigue con los otros dos. Cuando todos estén alineados correctamente, el maletín se abrirá.
Intenté con mi oído ultra fino seguir las instrucciones de la IA, pero debo admitir que fallé lamentablemente, así que a recurrir de nuevo a la tecnología. Usando un iPhone con la aplicación notas de voz grabé cada uno de los rodillos al moverse amplificando el sonido al girarlo (en total 30 grabaciones), luego, comparé cada gráfica de la onda de sonido en el mismo iPhone y aunque no lo crean pude encontrar los 3 dígitos que abrían el maletín en un tiempo record.
Y bien, con el objetivo principal ya cumplido me sentía muy feliz pero aún faltaba inspeccionar el contenido del maletín.
Encontré de inicio un sobre grande con el logo de Synchron que efectivamente contenía dentro, un voluminoso catálogo de época de los relojes del grupo, además de un folleto de vuelo de la extinta línea aérea Braniff. Hasta ahí cumplido todo lo ofrecido por el bueno de Beto.
Ahora la sorpresa vino al revisar los bolsillos interiores, donde bien protegida se encontraba una caja rectangular original con un maravilloso y nuevo reloj Cyma alarma modelo Conquistador con sus respectivas etiquetas y manual más su pulsera de cuero firmada por el grupo, además de un armis extra Synchron. Finalmente hallé en el siguiente bolsillo, un exhibidor de relojería para el Conquistador.
Hablemos ahora del reloj, se trata del Modelo Conquistador con alarma mecánica fabricado a inicios de los setenta con número de referencia 48-001-56. Según el catálogo 48 es el tipo de movimiento 11 1/2 con complicación de alarma y segundero central a cuerda manual, 001 es el número consecutivo de modelo y 56 indica material y características de la caja: 5 acero y 6 a prueba de agua color blanco.
El calibre que monta este reloj es un AS1475 (https://calibercorner.com/a-schild-caliber-as-1475/).
Luego de un mantenimiento obligatorio para dejar el reloj como salió de fábrica hace 50 años, les dejo un video del funcionamiento de su alarma:
Le hice un cambio de pulsera y así quedó el relojito:
El encuentro de este Conquistador con toda su dotación en el maletín dorado era algo que no me esperaba y realmente pagó con creces la inversión realizada, la única duda que tengo es encontrar una ocasión propicia para salir con mi llamativo maletín. Y para finalizar, querido Beto si en algún momento lees estás líneas mi agradecimiento por haberme ofrecido tan interesante artículo.
Gracias a todos quienes llegaron en su lectura hasta aquí.
- Los descendientes de un relojero muy conocido del siglo pasado en La Paz, encontraron en su depósito un maletín olvidado que no fue abierto en casi 50 años y que tiene la cerradura de combinación trabada, pudiendo contener en su interior revistas o catálogos de relojes de los setentas. Ofrecen vender el maletín al precio actual de mercado sin considerar el contenido que pueda tener.
Me dejó pensativo su propuesta ya que, conociendo bien a Beto, sabía que con seguridad había intentado de todo para abrir el maletín y al no lograrlo me lo ofrecía como una compra a ciegas.
Decidí reunirme con él en mi casa ese fin de semana para que me muestre el maletín y ver si finalmente llegábamos a realizar el trato.
Mi sorpresa fue mayúscula al verlo entrar con un maletín dorado de metal marca Halliburton, el cual llamaba tremendamente la atención tanto por su color como por su estilo.
- Me trajiste el maletín de un capo de la droga – le dije entre risas – a lo que Beto me contestó que, si bien el maletín era muy llamativo, tenía un estilo que a inicios de la década de los setentas estaba muy de moda.
Me contó que los hijos del relojero habían cotejado y cerrado todo el inventario de la relojería que tenía su padre y el maletín con seguridad contenía solo folletos de relojes o en el peor de los casos periódicos pasados, debido a que no reportaban ningún faltante.
Como tenía las preguntas atravesadas en la garganta se las disparé directamente:
- ¿Lograste abrir el maletín? ¿qué contiene?
Me aseguro que habiendo obviamente intentado abrirlo (se tienen mil combinaciones posibles en la cerradura), no lo había conseguido y el cerrajero que revisó el maletín le había dicho que forzar la cerradura lo abriría. Beto comprendió que haciendo esto se perdería todo valor de venta al dañarse los rodillos y el mecanismo de apertura, dado que además no había nada importante en su interior.
Luego de una negociación corta, decidí tomar el riesgo y comprar el artículo.
Como ese fin de semana tenía planes familiares, decidí postergar la revisión del maletín para el siguiente, y en tanto, recurrí a nuestro conocido ChatGPT para pedir consejo sobre cómo abrir un maletín vintage de combinación numérica con mil posibles combinaciones que además tenía visos de tener trabada la cerradura mecánica, lo cual a la larga fue muy útil.
De inicio me aconsejó aplicar un lubricante fino en los dígitos/rodillos de la cerradura, dado que con el tiempo se llenan de polvo y suciedad lo que los vuelve duros y en ocasiones dificultan su funcionamiento normal, una vez aplicado, girar cada rodillo hasta que se obtenga un movimiento suave y fluido, limpiando cualquier exceso con un papel absorbente.
De las cinco soluciones que me dio para abrir el maletín elegí 2 posibles caminos: el menos aconsejable que consiste en usar la fuerza bruta y probar manualmente todas las combinaciones posibles. Como hay 1,000 diferentes posiciones en una cerradura de 3 dígitos (000 a 999), se puede intentar cada combinación en un lapso razonable de tiempo si se tiene paciencia, considerando lo que toma mover los rodillos y tratar de abrir el maletín.
Y el segundo método que consiste en escuchar o sentir el clic, lo que requiere buena atención a los sonidos al girar los rodillos. Los pasos que me recomendó fueron:
Gira los rodillos uno por uno lentamente: Al hacerlo, intenta "escuchar" o "sentir" un leve clic o un cambio en la resistencia en algún punto. Este clic o cambio es el indicador de que has encontrado el número correcto para ese rodillo.
Avanza con los otros rodillos: Una vez que encuentres el número correcto en un rodillo, sigue con los otros dos. Cuando todos estén alineados correctamente, el maletín se abrirá.
Intenté con mi oído ultra fino seguir las instrucciones de la IA, pero debo admitir que fallé lamentablemente, así que a recurrir de nuevo a la tecnología. Usando un iPhone con la aplicación notas de voz grabé cada uno de los rodillos al moverse amplificando el sonido al girarlo (en total 30 grabaciones), luego, comparé cada gráfica de la onda de sonido en el mismo iPhone y aunque no lo crean pude encontrar los 3 dígitos que abrían el maletín en un tiempo record.
Y bien, con el objetivo principal ya cumplido me sentía muy feliz pero aún faltaba inspeccionar el contenido del maletín.
Encontré de inicio un sobre grande con el logo de Synchron que efectivamente contenía dentro, un voluminoso catálogo de época de los relojes del grupo, además de un folleto de vuelo de la extinta línea aérea Braniff. Hasta ahí cumplido todo lo ofrecido por el bueno de Beto.
Ahora la sorpresa vino al revisar los bolsillos interiores, donde bien protegida se encontraba una caja rectangular original con un maravilloso y nuevo reloj Cyma alarma modelo Conquistador con sus respectivas etiquetas y manual más su pulsera de cuero firmada por el grupo, además de un armis extra Synchron. Finalmente hallé en el siguiente bolsillo, un exhibidor de relojería para el Conquistador.
Hablemos ahora del reloj, se trata del Modelo Conquistador con alarma mecánica fabricado a inicios de los setenta con número de referencia 48-001-56. Según el catálogo 48 es el tipo de movimiento 11 1/2 con complicación de alarma y segundero central a cuerda manual, 001 es el número consecutivo de modelo y 56 indica material y características de la caja: 5 acero y 6 a prueba de agua color blanco.
El calibre que monta este reloj es un AS1475 (https://calibercorner.com/a-schild-caliber-as-1475/).
Luego de un mantenimiento obligatorio para dejar el reloj como salió de fábrica hace 50 años, les dejo un video del funcionamiento de su alarma:
Le hice un cambio de pulsera y así quedó el relojito:
El encuentro de este Conquistador con toda su dotación en el maletín dorado era algo que no me esperaba y realmente pagó con creces la inversión realizada, la única duda que tengo es encontrar una ocasión propicia para salir con mi llamativo maletín. Y para finalizar, querido Beto si en algún momento lees estás líneas mi agradecimiento por haberme ofrecido tan interesante artículo.
Gracias a todos quienes llegaron en su lectura hasta aquí.
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