JavierMSR
Habitual
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A pesar de que ya he presentado estos dos relojes de forma individual tenía ganas de juntar a ambos en el mismo tema, compartir algunas fotografías y hablar sobre ellos, en especial de algo que los une (a pesar de que, como veréis, son relojes que no pueden ser más distintos): la cuerda manual.
Creo que hablo en nombre de muchos cuando digo que nuestro primer contacto con los relojes mecánicos (obviando modelos vintage o heredados, que muchos sí eran de cuerda) fue, casi con total seguridad, con algún modelo automático. Antes de adentrarme en este mundillo creía, inocente de mí, que eso de darle cuerda al reloj era algo caduco y anticuado, y que puestos a llevar un reloj que no fuese a pila (cuarzo), qué mejor que un automático, que por lo menos se daba cuerda a sí mismo
Por suerte estaba errado. No diré que los relojes de cuerda manual se han convertido en mis favoritos porque me fijo más en el conjunto que representa el reloj que en si el movimiento es automático o manual, pero sí que es cierto que ahora veo al reloj de carga manual con otros ojos.
Ambos son relojes de sobra conocidos en el Foro. Empezaremos de menos a más. El primero de ellos se trata del Hamilton Khaki Mechanical de esfera blanca. Se trata de un modelo casi podríamos decir que "barato". Me ahorraré detalles del reloj (para más información --> https://relojes-especiales.com/threads/mi-primer-reloj-de-carga-manual-presentación.509588/ ). Simplemente decir que tiene 38 mm de caja, cristal de zafiro ligeramente abombado y una muy generosa reserva de marcha de 80 horas. Darle cuerda es una gozada debido a su tacto y generosa corona.
Pero sin duda, lo que más destaca del reloj es, en mi opinión, se preciosa esfera. Fiel al horario en formato militar, encontramos la hora en formato 12H mientras que en el anillo interior vemos un formato en 24H. Siendo una esfera pequeña, en mi opinión no se encuentra sobrecargada, gracias a la austera inscripción de la marca: simple y llanamente "Hamilton", sin ninguna floritura ni literatura más allá del característico swiss made situado a las seis.
También merece especial mención el segundero y su llamativo contrapeso, el cual nos "avisa" si nuestro reloj se encuentra o no en marcha. El conjunto finaliza con una muy buena correa de tela tipo NATO. El reloj es un auténtico "monstruo" de correas, pero la de serie le queda tan bien que apenas he probado más opciones.
Su tamaño lo hace para mí el reloj favorito para los días de frío. Su escasa altura es perfecta para llevarlo por debajo de los puños de las cazadoras. Fue mi primer reloj mecánico, y seguramente uno de los responsables de que empezase a fijarme en esta característica.
Puede que tratándose de la reedición de un reloj militar, la esfera blanca no sea la más fiel u ortodoxa, pero creo que en toda colección o "caja" debe de haber una, y yo he elegido ésta.
El segundo y último de los relojes de los que quiero hablar es uno de los iconos más reconocibles dentro del mundo de la relojería. Empezaré con una fotografía:
He aquí el que, probablemente, para mí es EL RELOJ. Se trata de una unidad del clásico 1861. Lo compré nuevo in extremis el pasado diciembre, poco antes de que se descatalogase por el actual 3861. Decir que desde que llegó apenas me lo he quitado de encima, una auténtica luna de miel. No le encuentro ninguna pega, todo en él es armonía y perfección: su esfera negra, la grafía e índices pintados, las agujas blancas texturizadas, su plexy abombado, su bisel exterior de aluminio, su cierre y brazalete, sus pulsadores, su trasera con la cualificación de la NASA para misiones espaciales tripuladas... Como veis no soy objetivo, que nadie me pregunte si es o no buena compra porque tras escucharme irá directo a encargar uno.
Además de sus tangibles, también tiene una historia dilatada a sus espaldas. Su nacimiento se debió a la búsqueda de un cronógrafo para el cronometraje de las carreras de coches, allá por la 2ª mitad de la década de los cincuenta. No sería hasta mediados de los sesenta cuando entraría en la odisea espacial, un auténtico "bombazo" para la fama del reloj y la marca. También cabe destacar que fue el primer cronógrafo con escala taquimétrica en el bisel, en contraposición a llevarla inscrita en la esfera. El bisel exterior también le proporcionaba una resistencia extra ante los golpes, al quedar el cristal de Hesalite protegido.
La relación del Speedmaster con la NASA y la exploración espacial es su capítulo más famoso y se ha escrito de todo al respecto. Para mí la piedra angular del asunto es que siendo un reloj destinado al uso civil acabó convirtiéndose en un instrumento relacionado con una de las hazañas más importantes y complejas de la historia, sin ni siquiera haber sido diseñado ex profeso para ello. Un auténtico "golpe de suerte" si se prefiere ver de esa forma.
Por si esto fuera poco, el Speedmaster reúne toda una serie de características que lo hacen especial entre los aficionados a la relojería. Para empezar es un cronógrafo, una de las complicaciones más especiales que hay (personalmente, mi favorita junto a la GMT). Segundo, se trata de un reloj de cuerda manual. Tercero, monta un cristal abombado hesalite (plexi) que hace las delicias en todas las fotografías. Cuarto y último, su trasera ciega, tras la que se esconde una segunda tapa que hace la función de jaula Faraday.
Y, lo que es mejor de todo, cuenta con un diseño atemporal, que apenas ha variado a lo largo de décadas. Os invito a echarle un vistazo al primer Speedmaster de 1957.
Creo que tras el tostón que acabo de soltar lo mejor es ir concluyendo con unas fotografías de ambos protagonistas.
Como decía, ambos relojes no pueden ser más diferentes: esfera blanca/negra, 38mm/42mm, solo hora/cronógrafo, zafiro/hesalite, agujas negras/blancas, pero a ambos le une la cuerda. manual.
Mención especial merece la caja asimétrica del Speedmaster, la cual ayuda a proteger la corona y los pulsadores ante posibles golpes, y gracias a la cual lleva el "PROFESSIONAL" impreso en su esfera.
Pero un hilo nunca está cerrado si no se muestra a ambos relojes en la oscuridad. Que paséis un feliz domingo
Creo que hablo en nombre de muchos cuando digo que nuestro primer contacto con los relojes mecánicos (obviando modelos vintage o heredados, que muchos sí eran de cuerda) fue, casi con total seguridad, con algún modelo automático. Antes de adentrarme en este mundillo creía, inocente de mí, que eso de darle cuerda al reloj era algo caduco y anticuado, y que puestos a llevar un reloj que no fuese a pila (cuarzo), qué mejor que un automático, que por lo menos se daba cuerda a sí mismo
Por suerte estaba errado. No diré que los relojes de cuerda manual se han convertido en mis favoritos porque me fijo más en el conjunto que representa el reloj que en si el movimiento es automático o manual, pero sí que es cierto que ahora veo al reloj de carga manual con otros ojos.
Ambos son relojes de sobra conocidos en el Foro. Empezaremos de menos a más. El primero de ellos se trata del Hamilton Khaki Mechanical de esfera blanca. Se trata de un modelo casi podríamos decir que "barato". Me ahorraré detalles del reloj (para más información --> https://relojes-especiales.com/threads/mi-primer-reloj-de-carga-manual-presentación.509588/ ). Simplemente decir que tiene 38 mm de caja, cristal de zafiro ligeramente abombado y una muy generosa reserva de marcha de 80 horas. Darle cuerda es una gozada debido a su tacto y generosa corona.
Pero sin duda, lo que más destaca del reloj es, en mi opinión, se preciosa esfera. Fiel al horario en formato militar, encontramos la hora en formato 12H mientras que en el anillo interior vemos un formato en 24H. Siendo una esfera pequeña, en mi opinión no se encuentra sobrecargada, gracias a la austera inscripción de la marca: simple y llanamente "Hamilton", sin ninguna floritura ni literatura más allá del característico swiss made situado a las seis.
También merece especial mención el segundero y su llamativo contrapeso, el cual nos "avisa" si nuestro reloj se encuentra o no en marcha. El conjunto finaliza con una muy buena correa de tela tipo NATO. El reloj es un auténtico "monstruo" de correas, pero la de serie le queda tan bien que apenas he probado más opciones.
Su tamaño lo hace para mí el reloj favorito para los días de frío. Su escasa altura es perfecta para llevarlo por debajo de los puños de las cazadoras. Fue mi primer reloj mecánico, y seguramente uno de los responsables de que empezase a fijarme en esta característica.
Puede que tratándose de la reedición de un reloj militar, la esfera blanca no sea la más fiel u ortodoxa, pero creo que en toda colección o "caja" debe de haber una, y yo he elegido ésta.
El segundo y último de los relojes de los que quiero hablar es uno de los iconos más reconocibles dentro del mundo de la relojería. Empezaré con una fotografía:
He aquí el que, probablemente, para mí es EL RELOJ. Se trata de una unidad del clásico 1861. Lo compré nuevo in extremis el pasado diciembre, poco antes de que se descatalogase por el actual 3861. Decir que desde que llegó apenas me lo he quitado de encima, una auténtica luna de miel. No le encuentro ninguna pega, todo en él es armonía y perfección: su esfera negra, la grafía e índices pintados, las agujas blancas texturizadas, su plexy abombado, su bisel exterior de aluminio, su cierre y brazalete, sus pulsadores, su trasera con la cualificación de la NASA para misiones espaciales tripuladas... Como veis no soy objetivo, que nadie me pregunte si es o no buena compra porque tras escucharme irá directo a encargar uno.
Además de sus tangibles, también tiene una historia dilatada a sus espaldas. Su nacimiento se debió a la búsqueda de un cronógrafo para el cronometraje de las carreras de coches, allá por la 2ª mitad de la década de los cincuenta. No sería hasta mediados de los sesenta cuando entraría en la odisea espacial, un auténtico "bombazo" para la fama del reloj y la marca. También cabe destacar que fue el primer cronógrafo con escala taquimétrica en el bisel, en contraposición a llevarla inscrita en la esfera. El bisel exterior también le proporcionaba una resistencia extra ante los golpes, al quedar el cristal de Hesalite protegido.
La relación del Speedmaster con la NASA y la exploración espacial es su capítulo más famoso y se ha escrito de todo al respecto. Para mí la piedra angular del asunto es que siendo un reloj destinado al uso civil acabó convirtiéndose en un instrumento relacionado con una de las hazañas más importantes y complejas de la historia, sin ni siquiera haber sido diseñado ex profeso para ello. Un auténtico "golpe de suerte" si se prefiere ver de esa forma.
Por si esto fuera poco, el Speedmaster reúne toda una serie de características que lo hacen especial entre los aficionados a la relojería. Para empezar es un cronógrafo, una de las complicaciones más especiales que hay (personalmente, mi favorita junto a la GMT). Segundo, se trata de un reloj de cuerda manual. Tercero, monta un cristal abombado hesalite (plexi) que hace las delicias en todas las fotografías. Cuarto y último, su trasera ciega, tras la que se esconde una segunda tapa que hace la función de jaula Faraday.
Y, lo que es mejor de todo, cuenta con un diseño atemporal, que apenas ha variado a lo largo de décadas. Os invito a echarle un vistazo al primer Speedmaster de 1957.
Creo que tras el tostón que acabo de soltar lo mejor es ir concluyendo con unas fotografías de ambos protagonistas.
Como decía, ambos relojes no pueden ser más diferentes: esfera blanca/negra, 38mm/42mm, solo hora/cronógrafo, zafiro/hesalite, agujas negras/blancas, pero a ambos le une la cuerda. manual.
Mención especial merece la caja asimétrica del Speedmaster, la cual ayuda a proteger la corona y los pulsadores ante posibles golpes, y gracias a la cual lleva el "PROFESSIONAL" impreso en su esfera.
Pero un hilo nunca está cerrado si no se muestra a ambos relojes en la oscuridad. Que paséis un feliz domingo