
JoHN
Antiguos Moderadores
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Me gustaban los relojes. Pero no sabía nada de ellos. Me había comprado un Tissot PRS 200 y pensaba que había descubierto algo especial. Pensaba que la gente no sabía que un reloj podía tener un cristal de zafiro prácticamente irrayable. Aquello era un hito!
En mi ignorancia, esto era algo sublime...
No habían pasado ni dos semanas cuando cogí un vuelo a Los Ángeles en Barcelona. Y allí apareció el que encabeza el hilo. Ese VCO. Pero qué coj*nes era aquello?
Un tío vestido casual, ordenando el equipaje de mano de toda su familia llevaba en su muñeca semejante pieza que se me antojó de otro mundo. Huelga decir que le dediqué todas las miradas furtivas de que fui capaz sin que el dueño pudiera pensar que pretendía perpetrar un atraco o que me sentía atraído por él.
Instantáneamente se hizo evidente ante mis ojos que aquello era especial. Pero realmente especial. Que mi Tissot era un aparatillo simpático y que yo seguía siendo un ignorante. Un pobre ignorante sin el dinero que aquello debía valer. Y, aún así, jamás se me pasó por la cabeza, en aquel momento, cuán ignorante era. Porque no podía ni llegar a imaginar el precio real ni las razones para que así fuera.
Pasaron semanas hasta lograr descifrar el misterio de la marca, modelo e historia. Y no fue fácil... Por aquellos entonces no había smartphones y no conocía el foro. Bendito foro... Larga vida al foro!
De esto hace 18 años. En aquel momento nací relojerilmente hablando y ahora estoy alcanzando la mayoría de edad. Siendo aún un ignorante (menos, eso sí) y habiendo pasado por muchas fases relojeras. Desde la tierna infancia, pasando por la adolescencia, el desinterés, los excesos y una incipiente madurez. Esta última, más relacionada con la edad real que uno va teniendo que que con la relojeril. Y, por qué no decirlo, por la poca boyantez económica con respecto a la posibilidad de acercarme a piezas de la enjundia de aquel reloj que será siempre mi grial inalcanzable.
El estudio de lo que eran relojes de verdad, me llevó poco a poco a llegar a conseguir un grial asequible por aquel entonces, un Omega NZL-32. Luego un par de PO de diferentes tamaños, un Speedmaster MK40

Y, con todo, he llegado a una paz relojera que ha visto como todos aquellos se fueron. Y que contempla mis pocos relojes actuales a partir de parámetros mucho más propios de lo que dicta el corazón que el cerebro. Más de la estética y las necesidades básicas que de la técnica o la inversión posible.
De los pocos que hay ahora en mi armario, este me da todo lo que podría pedirle (Gràcies @rialp !)...
Y mi primer reloj bueno, un Seamaster Bond de cuarzo, vive una buena vida con @Dagofa ... (Gracias Manu!). También le tengo cierta añoranza, pero disfruté plenamente de él hasta que mereció un dueño mejor.
Pero al final, el corazón manda. Vivir la vida es lo que se hace cuando se hace caso a lo que dictan los sentimientos. Lo que pide el corazón. Sin perder la cabeza, claro. Y por eso...
Ese Overseas hijo del gran Genta siempre ocupará mi corazón aún sabiendo mi cabeza que es imposible. Otros seguirán haciéndome feliz, seguro que muchos más. Pero aquella imagen en aquel avión, quedará para siempre en mi retina acelerando mis pulsaciones cada vez que lo vea.
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PD: sé que este hilo no aporta nada más que las maravillosas fotos del VCO y agradezco si alguien se ha leído el tocho. Solo tenía ganas de aportar algo y de explicar un ápice de mi experiencia en este maravilloso vicio analógico dentro de un medio digital.