G
gdarwin
Forer@ Senior
Sin verificar
Creo que estoy en un momento de transición...
Hasta no hace mucho, le concedía una importancia vital al movimiento de mis relojes, preferentemente debían ser automáticos y solo admitía determinadas marcas: Hamilton, Seiko y algún que otro Citizen automático... Hasta que llegó el Casio que os presento: 39mm, caja de acero, perfecta visibilidad y extrema comodidad, un precio de 23 euros y, poco más. Al Casio se le sumaron dos Citizen Eco-Drive de no más de 120 euros y bueno... Las sensaciones son inmejorables, me refiero; no estoy tan pendiente de no golpear el reloj contra los marcos de las puertas, me he despreocupado por completo de la precisión y la exactitud y además, no tengo cargo de consciencia por el desembolso económico que supone adquirir una pieza cara. Y es que, en determinadas ocasiones tenía la sensación de vivir por y para el reloj, además de la puesta en hora cada cierto tiempo (que si, tiene su encanto y su romanticismo) sentía que una agradable cena con mi pareja o amigos se podía convertir en una lucha tensa por proteger al reloj de salpicaduras, rozaduras o golpes, en definitiva, el reloj le restaba naturalidad al momento. Esto puede sonar patológico, pero ese cuasi automatismo que adquirí en pro del cuidado del reloj suponía, ciertamente, un determinado grado de malestar... Tras reflexionar sobre el tema, he decidido dar una oportunidad a estos cuarzos. Francamente, creo que ofrecen muchas ventajas para el día a día sobre los automáticos y además, existen modelos como el que os muestro que me encantan. Quizá esto solo se trate de una fase más, por la que tal vez todos hayan pasado, pero de momento, creo que prima la comodidad y el precio sobre los fascinantes mecanismos automáticos. En definitiva, me encuentro cómodo y satisfecho con esta transición ¿A vosotros también os ha pasado?
Un fuerte abrazo!
Hasta no hace mucho, le concedía una importancia vital al movimiento de mis relojes, preferentemente debían ser automáticos y solo admitía determinadas marcas: Hamilton, Seiko y algún que otro Citizen automático... Hasta que llegó el Casio que os presento: 39mm, caja de acero, perfecta visibilidad y extrema comodidad, un precio de 23 euros y, poco más. Al Casio se le sumaron dos Citizen Eco-Drive de no más de 120 euros y bueno... Las sensaciones son inmejorables, me refiero; no estoy tan pendiente de no golpear el reloj contra los marcos de las puertas, me he despreocupado por completo de la precisión y la exactitud y además, no tengo cargo de consciencia por el desembolso económico que supone adquirir una pieza cara. Y es que, en determinadas ocasiones tenía la sensación de vivir por y para el reloj, además de la puesta en hora cada cierto tiempo (que si, tiene su encanto y su romanticismo) sentía que una agradable cena con mi pareja o amigos se podía convertir en una lucha tensa por proteger al reloj de salpicaduras, rozaduras o golpes, en definitiva, el reloj le restaba naturalidad al momento. Esto puede sonar patológico, pero ese cuasi automatismo que adquirí en pro del cuidado del reloj suponía, ciertamente, un determinado grado de malestar... Tras reflexionar sobre el tema, he decidido dar una oportunidad a estos cuarzos. Francamente, creo que ofrecen muchas ventajas para el día a día sobre los automáticos y además, existen modelos como el que os muestro que me encantan. Quizá esto solo se trate de una fase más, por la que tal vez todos hayan pasado, pero de momento, creo que prima la comodidad y el precio sobre los fascinantes mecanismos automáticos. En definitiva, me encuentro cómodo y satisfecho con esta transición ¿A vosotros también os ha pasado?
Un fuerte abrazo!