A mi modo de ver no existen las preguntas tontas.
Y si hay que plantear dudas mil veces, mil veces bienvenido sea.
Por supuesto cada usuario de relojes mecánicos de cuerda tendrá su estrategia.
Puedo explicar mi estrategia, otros usuarios tendrán la suya.
Como mínimo a los relojes de cuerda les doy cuerda una vez por mes: los cotejo con su última revisión, los controlo. Si funcionan decentemente los guardo en su lugar hasta el mes siguiente. Si dejan de andar los analizo: los abro, los limpio, busco posible avería. De ser necesario los aceito.
El 99 % no los uso; hace ya años que no uso relojes de cuerda salvo un par.
Con respecto a tu caso desconozco las circunstancias: si el reloj ha estado parado 20 años y le diste cuerda y arrancó... ya trataría de no darle cuerda. Si un reloj de cuerda ha estado parado muchos años sus aceites se resecan, los pivotes y ejes están anquilosados y raspan superficies y la cuerda ( que es delicada ) no admite mucha tensión al resecarse. Existe algo llamado Módulo de Young en el que se estudian las resistencias y flexibilidades de materiales, el material de la cuerda no está entre los materiales mas flexibles. La cuerda es una parte del reloj que recibe mucha tensión. No hay que forzar, por lo tanto, la flexibilidad de la cuerda de ser posible.
Las máquinas, sean las que sean ( aviones, autos, compresores, motos, relojes ) tienen su desgaste lógico: todo aquello que conlleva gasto y traslado de energía y trata de forzar alguna ley termodinámica o gravitacional ( o ambas ) necesita mantención, ajuste y revisión.
No doy consejos de ninguna naturaleza.
Pero si en mi caso tuviese un reloj y si por alguna razón no lo usaré ni formará parte de mi colejuntación y lo tendré en un cajón por años y años no lo llevaría a una revisión, lo dejaría cómo está. Pero no lo forzaría a andar.
Ahora, si ese reloj sí lo planeo usar regularmente, lo abro, lo limpio, lo controlo y lo aceito.
Ojalá haya podido hacerme entender.
Curiosamente no recuerdo muchos libros que digan cómo hay que dar cuerda a un reloj.
Algo sobre ese tema, sin embargo, se encuentra en el incombustible Armbanduheren ( Brunner & Pfeiffer-Belli ); o The World of Wathces de Trueb. Desconozco si están traducidos.