miquel99
De la casa
Sin verificar
No, amigos, no voy a pedir que editen el título del hilo, pues no busco a ese simpático y colorido personaje, sino a un tal Henry Wallis del que solo tengo una raquítica referencia y es que trabajó en Londres durante 1765 y 1768. Este Wallis fue el relojero o el vendedor que casi 270 años atrás tuvo en sus manos mi auto regalo de cumpleaños. Y si, pienso que cada vez que uno cumple años (hoy mismo) y más si ya has superado la barrera de los 50, debe poder darse un capricho (de eso entendemos mucho los amantes a la relojería ). Pero de momento, parece que me va a dar mucho trabajo este Henry Wallis de London... Así que mejor os enseño el reloj.
Se trata de un reloj ingles de mediados del S XVIII del tipo "Verge Fusee", es decir con escape catalino. Este tipo de escape (el más antiguo que se conoce) recibe su nombre por la semejanza que tiene su rueda (lo que vendría a ser hoy el áncora) con un instrumento que se utilizó para torturar a Catalina de Alejandría.
Creo que un vídeo, se podrá entender mejor su funcionamiento.
El reloj conserva el dial original que parece estar en bastante mal estado (las imágenes lo magnifican) pero aguanta perfectamente ya que estos se engarzaban encima de una placa de cobre. Pero lo más importante, es que conserva sus agujas casi intactas y eso es algo muy importante, ya que los usuarios las solían romper a menudo a la hora de ajustarlas con una pequeña llave.
Lo que más me sorprendió del reloj, es lo bien acabado que está y el cuidadoso trabajo que realizó ¿Wallis? en su ejecución.
Como hemos visto en la primera imagen, equipa una tapa anti-polvo (sinónimo de su calidad) que cuando la levantamos nos ofrece este espectáculo. La decoración es finísima, tremendamente bien ejecutada (fijaos en la cabeza del dragón). También vemos que lleva un gran diamante tallado en "talla rosa" donde se apoya el eje del volante. Los diamantes se importaban desde Birmania y la India y su aplicación (relativamente moderna en relojería) era un secreto muy bien guardado y protegido por una patente real.
La máscara grotesca tiene una definición inusual. Estas máscaras tenían un sentido apotropaico, es decir, proteger al propietario del mal de ojo o de la mala fortuna. Esta parece con su mirada advertinos de que tenemos un regulador del tipo Tompion, por si el reloj adelanta o atrasa en demasía. No voy a ser yo quien lo utilice, ya que por norma general es muy fácil que se rompa la espiral, despues de tantos años de vida. Desarrollar un reloj no era tarea fácil en aquella época. Se necesitaban por lo menos unos 50 oficios diferentes y el maestro relojero finalizaba los detalles y las piezas y finalmente lo ajustaba. A veces decimos que un reloj hoy en día es un artículo de lujo, pero nada comparado con lo de aquella época y más si era de esta magnitud. Quizás el peor de los "oficios" era el de dorar las placas de latón con mercurio, trabajo que estaba destinado a los niños huérfanos y ya os podéis imaginar las terribles secuelas de trabajar con tan peligroso material (no, Dickens no exageró en sus novelas). El la siguiente imagen podemos apreciar el fusee (caracol) que consta de un cubo, donde está el muelle real y se conecta mediante una diminuta cadena a una polea troncocónica que recoge la misma cuando el reloj va perdiendo su fuerza. Este antiquísimo mecanismo se encargaba de transmitir una fuerza constante a los engranajes para que el reloj funcionase adecuadamente. Este ha estado casi 31h funcionando y ha atrasado unos 45 minutos, cosa que no está nada mal para su edad.
Y feliz estaba yo con mi auto-regalo, cuando por sorpresa he recibido, antes de escribir esto, otro regalo y se trataba de la taza del foro, gracias a una imagen del mecanismo de un reloj creado casi un siglo después, muy tosco y reducido a su minima expresión de elementos, pero que sin embargo "democratizó" el uso del reloj. No es otro que una de las primeras unidades que se fabricaron del Roskopf.
Y ya para finalizar este tocho, una imagen de cortesía con el protagonista ganador de la taza. Agradecer a @Goldoff esta bonita iniciativa y a vosotros si habéis llegado hasta aquí, vuestra atención.
Se trata de un reloj ingles de mediados del S XVIII del tipo "Verge Fusee", es decir con escape catalino. Este tipo de escape (el más antiguo que se conoce) recibe su nombre por la semejanza que tiene su rueda (lo que vendría a ser hoy el áncora) con un instrumento que se utilizó para torturar a Catalina de Alejandría.
Creo que un vídeo, se podrá entender mejor su funcionamiento.
El reloj conserva el dial original que parece estar en bastante mal estado (las imágenes lo magnifican) pero aguanta perfectamente ya que estos se engarzaban encima de una placa de cobre. Pero lo más importante, es que conserva sus agujas casi intactas y eso es algo muy importante, ya que los usuarios las solían romper a menudo a la hora de ajustarlas con una pequeña llave.
Lo que más me sorprendió del reloj, es lo bien acabado que está y el cuidadoso trabajo que realizó ¿Wallis? en su ejecución.
Como hemos visto en la primera imagen, equipa una tapa anti-polvo (sinónimo de su calidad) que cuando la levantamos nos ofrece este espectáculo. La decoración es finísima, tremendamente bien ejecutada (fijaos en la cabeza del dragón). También vemos que lleva un gran diamante tallado en "talla rosa" donde se apoya el eje del volante. Los diamantes se importaban desde Birmania y la India y su aplicación (relativamente moderna en relojería) era un secreto muy bien guardado y protegido por una patente real.
La máscara grotesca tiene una definición inusual. Estas máscaras tenían un sentido apotropaico, es decir, proteger al propietario del mal de ojo o de la mala fortuna. Esta parece con su mirada advertinos de que tenemos un regulador del tipo Tompion, por si el reloj adelanta o atrasa en demasía. No voy a ser yo quien lo utilice, ya que por norma general es muy fácil que se rompa la espiral, despues de tantos años de vida. Desarrollar un reloj no era tarea fácil en aquella época. Se necesitaban por lo menos unos 50 oficios diferentes y el maestro relojero finalizaba los detalles y las piezas y finalmente lo ajustaba. A veces decimos que un reloj hoy en día es un artículo de lujo, pero nada comparado con lo de aquella época y más si era de esta magnitud. Quizás el peor de los "oficios" era el de dorar las placas de latón con mercurio, trabajo que estaba destinado a los niños huérfanos y ya os podéis imaginar las terribles secuelas de trabajar con tan peligroso material (no, Dickens no exageró en sus novelas). El la siguiente imagen podemos apreciar el fusee (caracol) que consta de un cubo, donde está el muelle real y se conecta mediante una diminuta cadena a una polea troncocónica que recoge la misma cuando el reloj va perdiendo su fuerza. Este antiquísimo mecanismo se encargaba de transmitir una fuerza constante a los engranajes para que el reloj funcionase adecuadamente. Este ha estado casi 31h funcionando y ha atrasado unos 45 minutos, cosa que no está nada mal para su edad.
Y feliz estaba yo con mi auto-regalo, cuando por sorpresa he recibido, antes de escribir esto, otro regalo y se trataba de la taza del foro, gracias a una imagen del mecanismo de un reloj creado casi un siglo después, muy tosco y reducido a su minima expresión de elementos, pero que sin embargo "democratizó" el uso del reloj. No es otro que una de las primeras unidades que se fabricaron del Roskopf.
Y ya para finalizar este tocho, una imagen de cortesía con el protagonista ganador de la taza. Agradecer a @Goldoff esta bonita iniciativa y a vosotros si habéis llegado hasta aquí, vuestra atención.
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