El próximo es éste, seguro... Ya está pedido al lejano Oriente, y espero tenerlo después del consabido sablazo de aduanas, un poco después de Navidad...
Con él, conseguiré que mi hija entre en el proceloso mundo de los relojes automáticos, y pueda dejar de comprarle relojes como el Daniel Wellington, o el Tous que lleva ahora (bastante bonito, todo hay que decirlo...)
38 mm, 200 metros y a un precio que no hará que me rasgue las vestiduras si no lo usa. El color lo escogió ella, por lo tanto, juego sobre seguro... Y si algún día se cansa de él, a mi también me gusta... Y los 38 mm sé que me quedan bien.
A ver como irá la cosa... Igual creo un monstruo.