HYT-H1

HYT, el relojero hidromecánico se hace mayor

HYT, los relojeros hidromecánicos han convertido la fantasía en realidad combinando algo a priori tan antitético como mecánica y líquido en un reloj de pulsera. Adictos al inconformismo, estos alquimistas recurren a los más estrictos códigos de la alta relojería… para romperlos: la Alta Relojería 2.0. Creada formalmente en 2010, su presentación en Baselworld 2012 ya fue toda una declaración de intenciones. Pero al contrario que muchas marcas que aparecen y desaparecen con la misma celeridad, HYT expuso un plan de futuro que hoy, tres años después, se viene cumpliendo con exactitud metódica. Si acaso ha pecado en algo ha sido por exceso: en estos tres años han lanzado más modelos de los inicialmente previstos y para 2015 presentará no menos de 13 novedades.

El principio del HYT

Dos depósitos flexibles unidos por un tubo capilar definen al HYT. Uno de ellos contiene un líquido de color; el otro, uno transparente. Los mantiene separados la fuerza de repulsión de las moléculas en cada fluido. Las horas se indican con el líquido de color liberado desde uno depósito flexible comprimido por un pistón. Estos depósitos, o fuelles, se encuentran situados a las seis y están hechos de una aleación flexible. El líquido de color circula a través del capilar empujando al transparente hacia su propio depósito para luego, al llegar al final, invertir el movimiento y regresar a su posición original en un movimiento llamado retrógrado.

Los dos depósitos del HYT a 06:00

Mientras que el primero se comprime, el segundo se expande y viceversa, lo que resulta en el movimiento del líquido en el capilar. A medida que transcurren las horas, lo hace el líquido de color. El menisco del HYT, en forma de media luna, marca el punto de separación con el fluido trasparente, indicando el tiempo. A las 18:00, el líquido de color vuelve a su posición original, yendo hacia atrás. El secreto de tal prodigio son los dos fuelles fabricados en una aleación altamente resistente, flexible, cada uno impulsado por un pistón.

Un motor tradicional para el HYT

Y aquí es donde entra en juego la (alta) relojería tradicional para dar vida a todo el sistema. Un mecanismo que en el H1 fue concebido y desarrollado por la compañía Chronode y que para los subsiguientes H2 y H3 con los característicos fuelles en V daría entrada a Renaud Papi (propiedad ahora de Audemars Piguet) bajo la supervisión de ese genio que es Giulio Papi. No hace falta decir que todos los calibres están montados y terminados a mano.

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Otra característica diferencial de los relojes HYT es su limitada tirada: raramente pasan de los 50 ejemplares por modelo (o mejor, versión), lo que para una marca con vocación global como es ésta me parece una cifra comedida. Máxime teniendo en cuenta que los precios “de entrada” están a partir de los 40.000€. Destinados así a aficionados de alto poder adquisitivo y por ende con colecciones amplias y variadas, no es de extrañar que el aspecto de los HYT sea cualquier cosa menos corriente, empezando por el propio H1 presentado en 2012 (y que sirvió de base para el Skull, presentado en Baselworld 2015), con los fuelles en paralelo y terminando –de momento- con el H3, un impresionante (más, si cabe) alarde técnico que al igual que sus hermanos requerirá un artículo para él solo.