Fondo ciego para el RE1

RE1, un reloj de A. J. Pita para Relojes Especiales

Esta es la historia del RE1, un reloj de A. J. Pita para Relojes Especiales. El primero, porque  después de este vendrían dos relojes más: el RE2 y el RE3. Una historia, por cierto, que a la hora de contarla ya tiene más de 15 años, casi tantos como el foro mismo. Para situarnos, hay que decir que en ese tiempo internet era ligeramente distinto de ahora y  los  recursos  eran más limitados. No existían Aliexpress ni Amazon (Google sí, pero no Gmail), las empresas aún se comunicaban por fax y acceder a proveedores industriales para, por ejemplo, hacerse un reloj personalizado era poco menos que una utopía.

Navegando por internet

En esa situación nos encontrábamos nosotros, un grupo de aficionados (los cuatro gatos”) que recién echábamos a andar un foro del que ni por asomo podíamos imaginar que llegaría hasta hoy. Y como la ignorancia es muy atrevida decidimos intentarlo. Lo primero que decidimos –antes de nada, de verdad- fue el precio: no podía pasar de 300 euros. Lo siguiente era ver quién nos podía vender calibres, cajas, esferas, agujas… y ver quién ensamblaba todo eso. Las búsquedas en Google arrojaban resultados curiosos, cuando no decepcionantes: sólo unos pocos proveedores -suizos o alemanes- que, si daban esa información, pedían unas cantidades mínimas muy lejos de nuestras posibilidades.

Fue en esa época cuando, gracias a un artículo en la revista Relojes y Estilográficas, supe de un relojero de Barcelona que en su tiempo libre se dedicaba a hacer sus propios relojes. Ahora, después de haber conocido a unos cuantos relojeros, sé que –como cualquier profesional- cuando terminan su jornada laboral lo que intentan es desconectar. No era este el caso de Aniceto: le brillan los ojos –todavía hoy- cuando habla del tema, y es capaz de dejar lo que sea que esté haciendo por una buena conversación relojera.

A. J. Pita
Aniceto J. Pita, por méritos propios

Aniceto Jiménez Pita

Aniceto Jiménez Pita es un relojero de formación autodidacta que aprendió por su cuenta los secretos de la materia. Originario de Oliva de Mérida (Badajoz) a los 16 años se trasladó a Barcelona con su familia. Como la literatura disponible en castellano era escasa, aprendió alemán para poder seguir estudiando, algo que no ha dejado de hacer hasta hoy. Durante más de 60 años no sólo ha desentrañado los secretos de la relojería sino que ha llegado a desarrollar varias patentes, la más importante de las cuales es la supresión del “remontoir” en un reloj. Dicho más llanamente: poder poner un reloj en hora sin necesidad de una corona, lo que permite suprimirla.

Fue con este invento con el que en esa época, a principios de 2004, Aniceto presentó su candidatura a la prestigiosa AHCI (la Academia de Relojeros Creadores Independientes). Aún recuerdo su expresión de felicidad cuando me decía –nos acabábamos de conocer- que tenía muchas esperanzas de ser admitido. Y desde luego que lo fue, y entró en el selecto club de Vincent Calabrese, FP Journe o los Baumgartner de Urwerk. Pero esa es otra historia.

Aniceto J. Pita
2004, Aniceto J. Pita en su taller

RE1, un reloj de A. J. Pita para Relojes Especiales

La que interesa aquí es cómo se implica un maestro relojero a punto de entrar en el Olimpo de Creadores Independientes con un foro de aficionados que todavía no tenía ni un año de existencia. Porque ahora, en 2020, sí hay muchos agentes del sector relojero que saben qué es Relojes Especiales, pero entonces no éramos más que un punto muy pequeño en el mapa de Internet. Juro que lo que voy a contar es cierto: dos días después de conocer a Aniceto J. Pita estaba yo dándole vueltas al tema de nuestro reloj de foro y las dificultades que estábamos encontrando. Entonces pensé que si alguien tenía acceso a todo eso (desde los componentes hasta el ensamblaje) era precisamente él. Como el “no” ya lo teníamos, decidí llamarle. Estaba alargando el brazo hacia el teléfono (fijo, que las cuotas de móvil eran muy caras) cuando éste sonó.

Efectivamente, era él, y recuerdo bien sus palabras: “Hola, soy  Aniceto. Oye, me gustaría mucho hacer ese reloj para vosotros…»  Así de sencillo, así de complejo. Claro que le había comentado nuestra idea loca de “hacernos un reloj”, pero en aquel momento no se me había ocurrido pedírselo. Primero porque estaba enfrascado en su candidatura y segundo porque acababa de conocerlo y yo no sabía realmente quién se dedicaba a esas cosas de montar relojes personalizados, si es que había alguien.

 

bocetos RE1
Primeros bocetos del RE1

Bien acompañados

A partir de ahí todo empezó a tomar forma rápidamente. Teníamos claro que lo que queríamos era un reloj de tipo clásico (lo que venimos llamando “de vestir”), para lo cual estábamos de acuerdo en que el tamaño no debía superar los 38mm. Pero poco más. Aquí fue de gran ayuda el conocimiento de Pita sobre el mercado. Inicialmente se habló de conseguir calibres AS1130, pero no iba a haber suficientes, y poco a poco desembocamos en lo que entonces se conocía como Peseux 7001 (hoy denominado Eta 7001). Se trata de un calibre manual relativamente pequeño, con segundero a las seis que permitía la configuración clásica que recordaría –vagamente, eso sí- a un reloj de bolsillo.

 

Prototipos RE1
Primeros prototipos del RE1

 

RE1 de plata
Las primeras cajas para el RE1. En plata

Para mediados de 2004 ya sabíamos que iba a ser un reloj en caja de plata. Todo un lujo que paradójicamente facilitaba las cosas al ser de fundición y no tener que encargar una tirada muy limitada a un fabricante de cajas. Aquí se manifestaba de nuevo la habilidad de Aniceto, porque realmente había mucha diferencia de diámetro entre la caja (incluso la medida interior) y el calibre mismo. Lo resolvió magistralmente incluyendo un anillo de suplemento –lo que técnicamente se conoce como “bata”- que lo abrazara. Ese anillo no sólo llevaría la inscripción conmemorativa sino que serviría para alojar los tornillos que fijarían la trasera transparente (o no) a la caja misma. El cristal sería de plástico (“plexi”, para los entendidos), porque era más coherente con el conjunto y la época en la que se inspiraba… y porque un zafiro curvado se iba a llevar la mitad del presupuesto total del reloj.

Cajas de plata para el RE1
Jugando con las medidas

La cara es el espejo del alma

Sin ser lo más importante a nivel técnico, una esfera condiciona el conjunto de un reloj. Ahí también contamos con Pita y la enorme colección que atesora, no menos de dos centenares perfectamente ordenadas en libros de coleccionismo de monedas. No sería sincero si dijera que costó mucho elegirla, porque fue verla según pasaba las hojas y saber que sería esa. Una hermosa combinación entre un marfil claro, cobre y oro viejo de una desconocida marca llamada Berex,  que probablemente fuera un “ensamblador” de piezas compradas a distintos proveedores. El color marfil se convirtió en plata y el “chemin de fer” (el tramo de minutos perimetral) creció un poco para alcanzar el diámetro idóneo, mientras se reubicaba el taladro para que los minutos pequeños encajaran en la Peseux 7001 que ya estaba en camino. Y el encargado de fabricar nuestras esferas no fue cualquiera: Cador fabrica para algunas de las marcas más sonoras de Suiza y Alemania.

Esfera y calibre
La esfera elegida y el calibre Peseux 7001

 

Las esferas de Cador para el RE1
Las esferas de Cador para el RE1

Una de las cosas que suscitó cierta polarización fue el logo de RE ¿lo poníamos en la esfera, junto al nombre de Pita? ¿En la trasera? En ese momento no teníamos el logo que luce hoy la página, y en realidad no teníamos un logo como tal. Finalmente, y ahora me alegro muchísimo, se decidió por votación no poner un logo que estoy seguro que hoy veríamos fuera de lugar. En vez de eso se propuso –Pita, una vez más- una colección de cierres y hebillas que sí lo llevarían. En plata, por supuesto. Las correas, con su pespunte de color cobre, parecían hechas ex profeso para el RE1. Fueron proporcionadas por RIOS a través de un buen amigo que hoy vuela muy alto (un abrazo, Nick). Otro tema: el fondo ¿transparente o ciego? De los Peseux conseguidos por Aniceto había de tres tipos: color acero, color cobre y color cobre esqueleteados. De nuevo, propuesta del maestro: podría elegirse entre ambas opciones, y ninguna de las dos iba a defraudar. Si acaso a generar dudas, porque las dos eran tremendamente atractivas, y a las fotos me remito. Hasta coronas pudimos elegir.

Alternativas en la esfera
Varias posibilidades de logo / no-logo
El pespunte, a juego
La correa RIOS, con pespunte en bronce
Bucles para el RE1
Los distintos cierres para la correa
Tres coronas para el RE1
Tres corona, tres
Fondo ciego para el RE1
El fondo ciego ¿Cuál elegir?

Serie realmente limitada

¿De cuántas unidades tiene que componerse una serie para que resulte verdaderamente exclusiva? No hablo de revalorizaciones futuras (ese concepto ni siquiera se planteaba en aquel tiempo) sino del orgullo del propietario a la hora de saber que no iba a encontrar otro reloj igual al suyo, pero que si eso ocurría tenía conversación garantizada para rato. En un momento dado teníamos 46 inscritos, pero iban apareciendo nuevos interesados a medida que publicábamos imágenes del avance del proyecto. Un día estábamos en el taller de Pita puliendo los detalles, salió el tema y le pregunté “¿Aniceto, cuántos años tienes?” “Cincuenta y siete acabados de cumplir en mayo”. Pues ya tenemos la serie limitada, y con un motivo añadido como es poder datar el proyecto cronológicamente sin necesidad de escribir el año en el reloj mismo.

Sólo 57 relojes
57 en todo el mundo. Una serie realmente limitada.

Estábamos en junio de 2004, teníamos ya el primer prototipo y tardamos todavía casi un año más para entregarlo, entre recibir el material, repasarlo, ensamblarlo y empezar a enviarlo. Y sé todo esto dieciséis años después porque milagrosamente conservo un extenso archivo gráfico de la época, incluyendo un dibujo en una servilleta que es lo que da caché a estas cosas. No sólo eso: quien quiera podrá meterse en una especie de máquina del tiempo aquí y ver en tiempo real cómo lo estábamos pasando a principios de 2005, cuando en enero todavía no habían llegado las esferas. Ni casi en febrero. También podrá reconocer a algunos históricos que ya no están en RE, o que se fueron, y verán que este artículo no es más que la plasmación de una idea que ya surgió allá y que por alguna razón no acabó viendo la luz. Para colmo de efemérides, ese año (2005) fue el primero en el que Aniceto J. Pita exponía en Baselworld como miembro de pleno derecho de la AHCI. Sirva como homenaje a todos.

El trío dinámico
El RE1 entre sus hermanos mayores, que marchaban de viaje…
RE1 de A. J. Pita
Finalmente, nuestro sueño hecho realidad

Un último apunte: por si el RE1 no fuera lo suficientemente especial, debe ser de los pocos si no el único reloj que goza de una garantía de por vida otorgada por su propio creador.

El RE1, finalizado.
Un resultado redondo
Corona de cebolla
Irrepetible