Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono

Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono, una review

Tal vez sea Hamilton una de las marcas con más derecho a revisar constantemente sus propios catálogos en busca de inspiración para lanzar nuevos modelos, algo común en los últimos años y que hoy nos trae el Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono. Su historia más que centenaria (fue fundada en 1892) está repleta de piezas emblemáticas, y su Khaki Field, un reloj icónico para varias generaciones de americanos, sigue vigente ochenta años después de su lanzamiento. Por no hablar del en su momento impactante Ventura, el primer reloj de pulsera eléctrico, que hizo famoso Elvis Presley y que estos días reaparece en la muñeca de la agente M, en la cuarta entrega de Men in Black. Más de 500 apariciones en el cine tiene contabilizadas la marca.

Elvis Preisley con el Ventura
Según MiB, Elvis sólo volvió a casa…

Un poco de historia

Hamilton fue fundada en Lancaster (Pennsilvania, EEUU) en 1892. Se dedicó inicialmente a fabricar relojes para el ferrocarril, que necesitaba una precisión decente para acabar con los horribles accidentes que se producían precisamente por falta de ésta, cuando llegaban trenes a estaciones de donde aún no habían salido otros, o chocaban en cambios de agujas. La compañía relojera acabó siendo un referente, y su producción de relojes de bolsillo llegó tan lejos en el tiempo como 1969, cuando el último 992B salió de la cadena de montaje. En 1966 Hamilton compró la suiza Buren. Hamilton, junto con Buren, Breitling, Heuer y también Dubois-Depraz, desarrolló el famoso calibre 11, el primer movimiento cronográfico automático de la historia. Este calibre 11 equipó al Hamilton Chronomatic, ancestro y referente del Hamilton Intramatic AutoChrono.

Hamilton Chronomatic Calibre 11
Calibre 11 ¿antes que El Primero?

Pero hay otro antepasado, anterior al Chronomatic y de carga manual. El poco afortunado nombre de “Carrera del hombre pobre” (en inglés original “Poor man’s Carrera”) da una idea de quién era la estrella en aquel momento: Heuer había lanzado una colección basada en las competiciones automovilísticas, y muchas marcas se apuntaron a la moda. En 1968, antes de la aparición del Calibre 11, Hamilton presentó varios cronógrafos “panda” con calibre suizos Valjoux: 7730 (dos contadores), 7732 (añadiendo la fecha a las seis).

Hamilton chrono 68
El otro antepasado

Y es en este último en el que está basado nuestro protagonista. Casi perfectamente fiel en lo que toca la parte estética, hubo una primera edición limitada -y ya agotada- “panda inverso”, esfera negra con subesferas blancas, de 42mm de diámetro. Esta medida, si bien lo hacía más actual, lo alejaba de la esencia de los primeros modelos de 36 mm. Ahora, en serie no-limitada y en dos colores (Panda y panda inverso azul) el nuevo Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono se presenta en 40mm, un compromiso equilibrado entre “tradición” y “modernidad”.

Esfera del Intra-Matic Auto-Chrono
Bien legible y equilibrado

Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono

Impresión general

Lo primero que me llama la atención en el Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono es el tamaño relativo tanto de corona como de pulsadores… bueno, relativo y absoluto, porque tendríamos que hablar de diámetros superiores a 45 para que pasaran desapercibidos. Aun así, y al cabo de algunos días de usarlo, esta característica se convierte en uno de los atractivos estéticos principales, que le da un aire vintage a la vez que disimula su verdadero diámetro, que como dije es de 40mm aunque parece más grande. Esto es debido a la inclinación del bisel, que se “abre” para dejar ver la escala taquimétrica de la esfera. Cómodo de llevar, uno no es consciente de su presencia en la muñeca hasta que decide mirarlo (para ver la hora o no). A eso contribuyen unas asas relativamente largas y con la inclinación justa para hacer salir la correa en el punto idóneo para mi muñeca de algo más de 17 cm de circunferencia.

El Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono
Grandes pulsadores y corona
Asas con la longitud justa

La legibilidad es muy buena gracias al contraste entre las agujas y el fondo sobre el que discurren, sean las de hora o las de crono. La correa, aun teniendo una apariencia un tanto justa, combina perfectamente con el azul de la esfera. Buena elección. Y algo que no se ve pero se aprecia, especialmente si uno cambia frecuentemente de reloj: la reserva de marcha de 60 horas del calibre H-31 que monta el Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono hace que puedas dejarlo “aparcado” durante dos días y recuperarlo aún en hora.

Informal pero elegante
Se lee bien, incluso a distancia

Esfera

Como todos sabemos, “la esfera es el espejo del alma”, o al menos lo primero en lo que nos fijamos y que en gran medida decide nuestra elección. En el Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono de edición no-limitada hay dos variantes, la “panda” (esfera blanca con contadores en negro) y la “panda inverso” que en este caso sustituye el negro por azul. Un azul ultramar mate y por ello un tanto plano, pero que contribuye a legibilidad comentada más arriba. Las subesferas para los segundos continuos (izquierda) y los minutos acumulados del crono (treinta, a la derecha) están ligeramente hundidas respecto al plano de la esfera principal.

Tienen estas subesferas un bisel –cóncavo- liso, y un fondo plano rayado en círculos concéntricos. Por el perímetro de la esfera discurre la escala taquimétrica igualmente blanca para contrastar con el azul principal. Esto diferencia al Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono de los modelos del 68, que no tienen esa escala, pero lo acerca al Chronomatic, del que toma no pocas referencias. La grafía, tanto las cifras como los trazos, es prácticamente perfecta, no apreciándose ningún fallo ni falta de pintura.


Dos tipos de índices: los rectangulares (distintos tamaños según ubicación) tienen dos partes, una pulida y facetada y otra recubierta de Super-Luminova. Los correspondientes a las tres, seis y nueve son cuadrados y sólo tienen lumen. El de las doce es doble, ayudando a identificar la orientación en la oscuridad aunque, a falta de una prueba específica, no parece que el lumen dure mucho. La ventana de fecha está enmarcada por una línea blanca, y también es blanco el disco de fecha. Esto, que para algunos es un sacrilegio estético porque prefieren el disco del mismo color que la esfera, es en este caso una buena ayuda para la legibilidad. Además, el blanco forma parte de la paleta de colores para este reloj.

Colores armónicos

En este modelo, Hamilton ha optado, igual que en el primer AutoChrono, por recuperar el logo de la época –años 60- y, aparte del nombre de la marca, sólo ha añadido la palabra “automatic”. Algo que se agradece en una esfera cronográfica suficientemente ‘recargada’ con fecha y taquímetro. Por cierto, la tipografía de los números es la misma que la de la versión original del 68.

Las agujas

Sin ser un prodigio de visibilidad, las agujas o manecillas del Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono cumplen sobradamente su función: la horaria y la minutera son cromadas (a juego con los índices) y están surcadas en su centro por una línea de Super-Luminova. La longitud es “casi” perfecta, porque mientas la minutera llega hasta el extremo exterior de los índices la horaria se queda a un milímetro de la interior. La minutera, por cierto, está ligeramente doblada hacia la esfera para incrementar su legibilidad. La trotadora del crono está pintada en blanco y es más larga para llegar a los puntos de la escala taquimétrica exterior. Las pequeñas agujas de los contadores subsidiarios –blancos- están pintadas en negro.

Agujas igualmente legibles

Caja

De 40 mm de diámetro (¿lo había dicho ya?), sus formas son a primera vista calcadas a las de su antecesor, pero hay diferencias significativas. Empezando por el bisel que protege el cristal de zafiro –muy poco abombado, casi plano, doble tratamiento anti-reflejos-. Bisel que en el original no existe, como tampoco existe el zafiro porque se trata de un plexi tipo “vaso”, con paredes verticales. O la trasera, que en el Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono es ligeramente abombada en su perímetro para poder alojar el rotor del mecanismo de carga automática, mientras que en el otro es completamente plano al tratarse de un calibre de carga manual.

Zafiro protegido

Las asas tienen una faceta plana, paralela a la horizontal del reloj, antes de tomar la inclinación “hacia abajo” y, además de corona y pulsadores del crono, tiene otro en la carrura a la altura de las 10 para poder cambiar la fecha mediante un punzón suministrado con el reloj, herencia del calibre Valjoux 7753 del que deriva el H-31. Completamente pulidos a espejo tanto caja como bisel, no es un reloj para maniáticos, porque cualquier roce siquiera con botones o gemelos va a dejar su huella por pequeña que sea. En el otro lado estamos los que pensamos que los relojes están para usarlos y no para contemplarlos a menos que se trate del Big Ben. Tal vez para compensar esta ‘rayabilidad’ es por lo que Hamilton decidió grabar la trasera con… el logo actual, lo que en mi opinión desvirtúa el conjunto. Menos mal que con el reloj puesto no se ve.

Esa trasera…

Anunciada una resistencia al agua de 100m, vale la pena recordar aquí que “100 metros” no significa que el reloj esté preparado para sumergirse a esa profundidad en la muñeca de su usuario, sino que es una convención que queda explicada en este artículo. En cualquier caso, el agua no parece el entorno ideal para el Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono. Y eso que su corona –logo en relieve- es roscada. Una corona de dimensiones generosas (6 mm de diámetro) que junto a los pulsadores (no roscados, atención) le da esa personalidad y lo acerca al modelo de los 60. Estos pulsadores de forma ‘a pompa’ tradicional tienen un diámetro de 4 mm, y son suficientemente confortables a la hora de accionar el arranque-paro-reset del calibre H-31, que no es particularmente suave.

Calibre

Este calibre, el H-31 (parece que H de Hamilton, aunque también lo montaría Tissot), es una evolución del reputado Valjoux (ahora ETA) 7753 que a su vez proviene del famoso 7750. La evolución consiste básicamente en la supresión del contador de horas a las seis y la modificación del muelle real para alcanzar las 60 horas de reserva de marcha (además de rediseñar toda la transmisión barrilete-escape y suprimir el regulador de este último). Como el 7753 que le da origen, carga en una sola dirección y bate a 28.800 alternancias por hora. Tiene parada de segundero y, como ya he dicho, pase rápido de fecha aunque no a través de la corona, sino del pulsador vía punzón a las diez en la carrura. A pesar de que el fondo o trasera del Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono es ciego, la decoración del H-31 está relativamente cuidada, con el puente del automático grabado con “Cotes de Hamilton” (una H repetida) y el rotor mismo mostrando la marca y los 27 rubíes de los que está equipado (dos más que el 7753).

60 horas de reserva de marcha. Gran idea
Pase rápido de fecha vía punzón

Correa

La única correa que acompaña al Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono es de piel de vacuno, aunque le quedaría bien cualquier cosa que queramos instalarle (una NATO, por ejemplo). De 20mm y alomada en su parte más cercana al reloj, adelgaza en grosor y en ancho, hasta los 18mm, según se acerca al lado de los orificios. La que nos ocupa es de color camel con pespunte muy similar. Las trabillas, que deberían ser de igual color, se oscurecen con el uso. Nada grave, pero creo que hay que mencionarlo. La hebilla, pulida al igual que todo el reloj, lleva el logo de Hamilton standard, que vuelve a contrastar con el histórico de la esfera. Y eso sí es algo a revisar, en mi opinión. Cómoda de manipular, la percepción general está a la altura del reloj y no lo desmerece en absoluto.

También corregiría ese logo

Conclusión

El Hamilton Intra-Matic Auto-Chrono sienta bien a la muñeca, es cómodo de llevar. Es visualmente atractivo y logra ese look vintage tan en boga ahora mismo. Monta un calibre perfectamente testado que podría ajustarse a parámetros COSC sin problemas, y ostenta un nombre reconocible entre aficionados y legos. Además, pertenecer a Hamilton y por ende al Grupo Swatch garantiza una asistencia post-venta para muchos años caso de necesitarla. Todo esto por menos de 2.000 €. Exactamente 1.995 € con los impuestos incluidos. Siendo un precio en la gama media, parece difícil mejorar la relación calidad / precio. Y desde luego la percepción es de un reloj más caro.

Más información en www.hamiltonwatch.com