Desde la presentación de los nuevos modelos de Rolex a la que amablemente me invitaron mis buenos amigos Jon y Alberto de Rabat (sí, ¡Alberto S. ahora en Rabat!) quise hacer un Hands On de los míos en condiciones. No es fácil hacer un buen análisis de una pieza el día que la presentan, no obstante pude mirar prácticamente todos los modelos aquel 4 de Mayo. Aún así preferí esperar hasta poder disponer de más tiempo y mejores condiciones de iluminación, de hecho lo hice en dos sesiones posteriores y aquí podréis ver el resultado de mi Hands On con el nuevo Rolex Sea-Dweller mixto 126603
El Sea-Dweller es un modelo de un nicho muy especial de Rolex. Basado en el Submariner, es un modelo que ha hecho pocas concesiones al lujo que su hermano menor si se ha permitido. Baste con decir que la aparición de la lupa en el modelo del 2017 hizo que varios aficionados se llevaran las manos a la cabeza.
Habiendo disfrutado de varios Sea-Dwellers antes, tenía mucha curiosidad en ver cómo resolvía Rolex el lanzamiento de su reloj más herramienta envuelto en un traje de brillo y sofisticación con la dosis justa de canalla.
Los más jóvenes probablemente despotricarán de un SD mixto. O de cualquier mixto, para el caso. Para un servidor son una opción más, que tienen su espacio y su razón de ser. No me molesta el oro en absoluto, no lo llevo más frecuentemente por cuestiones de seguridad (¡cuidado!) porque ni siquiera el precio es ahora mismo un impedimento, habida cuenta lo que cuestan los Rolex deportivos de acero. Escribiré acerca de este hecho en algún momento ya que es un tema de rabiosa actualidad.
Entrando en materia, lo que más me llama la atención en todos los Rolex nuevos es la perfección en la ejecución. No hay prácticamente detalles a mejorar. La manufactura Rolex sigue siendo una de las mejores, difícilmente se puede tener esta perfección en relojes de este PVP (no hablemos de mercado gris).
Y vaya que hay una tremendo know how aquí y unas capacidades de fabricación indecentemente perfectas. Si a ello le sumamos un diseño inmortal y ultra-imitado (jamás igualado), tenemos un clásico. De hecho se podría decir que todos los relojes deportivos que salen de Rolex se convierten instantáneamente en clásicos. Es lo que tiene ser fiel a un concepto durante tantas décadas.
Mirad estos macros y juzgad vosotros mismos:
Veamos estas ampliaciones. Los números del bisel parecen esponjosos, en 3D, pero no. ¡Están pulidos al ras!
La combinación acero y Oro, que Rolex denomina Rolesor desde los años 30s es un tanto difícil de fotografiar, pero si uno lo logra no cabe duda que es bello.
Los detalles de la esfera son interesantes. El Submariner lleva una esfera negra brillante, pero el Rolex Sea-Dweller mixto 126603 tiene en cambio una esfera negra mate. En el caso de esta versión, en ciertos momentos el negro se torna un pelín marrón oscuro. Mirad esta comparativa con el GMT Master II acero:
Seguimos con la esfera y podremos apreciar los indices y las agujas tienen un tono ligeramente avainillado. Algo poco habitual en Rolex (es más de Tudor) pero que en este reloj siente francamente bien. Un blanco intenso habría dado algo al traste con la calidez del conjunto.
Y es eso, el conjunto, lo mejor de este reloj. Hay algo que funciona francamente bien. No grita a 10 metros aquí estoy. Es un conjunto equilibrado, pero si llama la atención. Lo justo para decir, “me va el oro pero ante todo lo deportivo y sí soy algo diferente al resto”.
En muñeca mantiene ese toque deportivo-sofisticado con ese aire canallesco de los Rolex mixtos. No es un reloj para lo que tenga miedo al que dirán. De modo que es un reloj que me va bien.
El nuevo Rolex Sea-Dweller mixto 126603 es otro ejemplo más de la perfección Rolex. Es un reloj potente. Sus 43mm no se ocultan pero está tan bien diseñado que no se sienten. En mi muñeca derecha de 19,5mm va bastante bien diría yo. Quizás en la izquierda de 18,5 cabecearía un poco. No soy de relojes grandes, pero este está estupendo.
Jamás habrá un reloj como aquél Sea-Dweller 1665 original de los 60s. Este no pretende serlo. Por 14.850 euros cuesta un poco menos que un 1665 blanco en condiciones decentes y bastante menos que un Rolex deportivo de acero de los más demandados del mercado gris. Si os gusta el SD 1665 o el 1666 y os podéis permitir este mixto también tenéis dos relojes para toda ocasión y lo mejor de dos mundos.
En mi opinión los relojes mixtos, liderados por Rolex, están teniendo un renacer cual ave Fénix. Ante la dificultad de acceder a un modelo de acero, los clientes están descubriendo las bondades de esta configuración. Ya el GMT Master II Rolesor Everose de 2018 marcó la pauta en este sentido. Ese es un reloj casi perfecto.
Francamente no se me ocurre una mejor pieza para llevar con una camisa blanca de manga larga, impoluta. Y si es una negra de seda, aún mejor. El mixto es el nuevo acero. Definitivamente.
Agradezco de nuevo las atenciones de Rabat, muy especialmente a Alberto y a Jon, quienes me hacen sentir en casa cada que los visito y es un gusto ver como hacen lo mismo con toda persona que se acerca a su tienda.