resistencia al agua de los relojes

Resistencia al agua de los relojes

Las normas DIN 8310 o ISO 2281 describen los distintos niveles de resistencia al agua de los relojes y el procedimiento de prueba mediante el que se calcula dicha resistencia. Para empezar, no se consideran resistentes al agua los relojes que no lleven la inscripción «Water Resist» (o WR) en su fondo o tapa trasera. Aunque en la práctica no haya relojes que puedan denominarse tales sin esta inscripción, de haberlos no deberían entrar en contacto con el agua bajo ningún concepto.

Pero la resistencia al agua según estas normas DIN 8310 o ISO 2281 no es una característica con garantía permanente puesto que depende del buen mantenimiento de las juntas del reloj, que están sometidas al envejecimiento natural y al desgaste producido por el uso. Temperaturas extremadamente altas o bajas o el contacto con disolventes o cosméticos pueden acelerar este proceso y hacer que las juntas se vuelven quebradizas y porosas, lo que comprometerá la resistencia al agua del reloj. Salvo modelos específicamente concebidos para ello, los relojes no deben utilizarse en temperaturas por debajo de 5º C o por encima de 50 °C, aunque hay que tener en cuenta que normalmente la propia muñeca que lo porta transmite parte del calor corporal.

Muy importante: la cifra de los metros indicados en el reloj no significa que puedan utilizarse directamente a esa profundidad, ya que los datos de resistencia al agua solo representan la presión –estática- a la que el reloj se ha sometido durante las pruebas. Durante el movimiento en el agua, como por ejemplo al nadar o al agitar los brazos bajo el mar, la presión dinámica creada puede superar bastante a la presión estática indicada en el fondo o trasera del reloj. Además, un reloj puede resultar dañado cuando después de una exposición larga al sol se sumerge en agua, porque entonces a la presión del impacto se añade la presión negativa debido al enfriamiento.

Es importante seguir las recomendaciones de mantenimiento de cada fabricante, aunque como norma general cabría decir que hay que hacer revisar y cambiar juntas al menos una vez cada cuatro años (menos, si se le da un uso intensivo al reloj), pero sobre todo no olvidar lo que depende directamente de nosotros como pueda ser roscar bien la corona después de un cambio de hora o de fecha. De lo contrario servirá de poco que nominalmente nuestro reloj sea sumergible a 200 metros.

La siguiente tabla nos da una idea gráfica de las actividades acuáticas que podemos realizar con nuestro reloj según la leyenda Water Resist que ostente:

wr-tabla-de-resistencia-al-agua

Por cierto, para certificar resistencias superiores a 200 metros se usa la norma ISO 6425 divers’ watches standard