En algún lugar escuché la frase que decía “Empieza por el principio, sigue hasta llegar al final y ahí te paras”. Bonita frase, que ilustra lo obvio… o no tanto, porque en esta afición ¿dónde está el principio? Para muchos recién llegados a la relojería mecánica se hace un mundo tratar de decidir cuál será su primer “reloj bueno”. Han oído hablar de marcas de sus mayores, de las de toda la vida; luego se han informado por su cuenta y han terminado descubriendo que existen nombres que jamás habían escuchado, con precios absolutamente siderales, muy por encima de algunos automóviles de lujo. Precios que se disparan si además hablamos de vintages… Entonces ¿qué primer reloj comprar?
Antes de seguir voy a admitir que estoy condicionado por el que va a ser el reloj de celebración de los 15 años de Relojes Especiales: un Nomos Club Campus personalizado tanto en la esfera –combinación de colores) como en el fondo, un grabado especial haciendo referencia al aniversario. Elegí esa marca porque me pareció de las más honestas en el panorama relojero (asequible) sin que con esto quiera decir que las demás no lo sean: con “honestidad” me refiero a lo que uno paga con su dinero, que en el caso de Nomos Glashütte “es igual a material más trabajo y –casi- nada más”.
Nomos es una joven (menos de 30 años) manufactura (produce el 95% de los componentes de sus relojes) establecida en la población relojera de Glashütte en Sajonia, donde comparte paisaje con al menos otras catorce empresas relacionadas con la relojería. Gasta poco o nada en marketing (“casi nada más”, decía) y es una de las primeras empresas relojeras en haberse librado del dictado de la industria suiza. Especialmente en la parte técnica, porque aparte de ser manufactura por derecho propio ha desarrollado su propio órgano regulador sin tener que depender de Nivarox, empresa suiza perteneciente al Grupo Swatch que ostenta de facto el monopolio de muelles espirales.
Es por esto que sorprende que el precio de entrada de Nomos esté en 1.100 €, cuando es difícil si no imposible encontrar manufactura (más del 60% del reloj producido en casa) por menos del triple de ese precio. Por 1.100 € el Club Campus de 36mm ofrece el calibre Alpha de carga manual en un reloj resistente a 100 metros (¡corona sin roscar!) y la posibilidad de grabar una dedicatoria en su fondo ciego. Si se quiere en un diámetro de 38mm el precio asciende a 1.200 € mientras que el grabado siegue siendo una cortesía de Nomos. Es por esto también que, si uno es capaz de resistir la llamada del marketing de otras marcas más potentes en ese campo, el Club Campus se convierte en un buen candidato ante la pregunta ¿qué primer reloj comprar?
