Al contrario de muchas marcas con un extenso catálogo de clásicos que recuperar, CLERC ha ido desarrollando su propia personalidad en los últimos quince años a partir de un concepto inicial. Algo así como la cuadratura del círculo, una caja octogonal que ya apuntaba maneras en 2001, se fue perfilando con el CLERC CXX Scuba de 2005 y más tarde en el CLERC Odyssey S (S de silicio) presentado en 2010, sin olvidar la aplicación de nuevos materiales como era en aquel entonces precisamente el silicio.
La colección CLERC Hydroscaph parecería el final de esa evolución, con unos rasgos estéticos perfectamente reconocibles gracias a un considerable esfuerzo en el apartado constructivo: no menos de 80 piezas para las cajas de los relojes solo hora y más de 100 piezas para las del Central Chronograph. En lo referente a los calibres se han seguido utilizando motores de probada fiabilidad, como el el Sellita SW300 con módulo Dubois-Depraz (Clerc C608), el ETAsa 2892 A2 (Clerc C609), o el Soprod 9535 A10-2 (Clerc C610), estos dos últimos con certificado COSC, todos ellos personalizados a las especificaciones de Clerc y visibles a través de las ventanas transparentes del fondo de cada reloj.
Es por esto que los tres protagonistas de esta historia comparten ese ADN que es la caja pero a la vez son bien distintos en cuanto a funciones: solo hora en el CLERC Hydroscaph H1 (C609), cronógrafo con acumulado de una hora perimetral e indicador de 24 horas en el Central Chronograph (C608) y GMT con reserva de marcha en el Hydroscaph GMT (C610), todos ellos con fecha y segundero continuo central excepto en el crono, en el que se encuentra en una subesfera a las tres.
Una de los comentarios que más se escuchan en las presentaciones de CLERC es que los relojes son mucho mejores en la mano que en fotografías. Esto, que podría parecer una obviedad, es particularmente importante en una marca que hasta ahora ha tenido una difusión limitada privando a los aficionados de la posibilidad de opinar de primera mano. Lo primero que llama la atención es el tamaño: casi 50 milímetros nominales asusta de entrada al más avezado usuario de relojes grandes, pero es ahí donde se pone de manifiesto la excelencia del diseño de CLERC: la combinación de zonas “macizas” y “huecas”, pero sobre todo la excelente solución (patentada) de las asas móviles que le permite adaptarse prácticamente a cualquier muñeca. Teniendo en cuenta que los CLERC Hydroscaph están concebidos para submarinismo, viene a complementar el típico extensible para el traje de neopreno. El bisel se manipula por medio de una llave o “corona plegable” en forma de asa que asegura su inmovilidad una vez plegada. Corona roscada y cristal de zafiro con tratamiento antirreflejos de ¡cuatro! milímetros de grosor. Por cierto, he visto por ahí informaciones confusas acerca de dos medidas de caja sugiriendo dos modelos diferentes: las especificaciones aportadas por el fabricante hablan de dos medidas “contando ( o no) los protectores” de la caja. O sea, que sólo hay una.
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Los acabados son múltiples y además combinables entre sí: acero pulido, satinado o acabado DLC (Diamond Like Carbon, un coloreado por deposición) negro, oro rosa y hasta composite en el caso del bisel del crono. Se aplica Super Luminova en todos los biseles. Otro elemento identitario de los Hydroscaph es la forma de sus agujas: unas formas originales que no pierden de vista la utilidad, ya que permiten dotarlas de una generosa cantidad de material luminiscente. Las correas son en caucho vulcanizado o cocodrilo (en ambos casos con cierre desplegable de mariposa) o un contundente armis de acero para las versiones todo acero del H1 y el GMT.
Como elementos diferenciales, y debido precisamente a sus funciones, podemos destacar que el CLERC Hydroscaph GMT posee un pulsador via punzón en la carrura, a la altura de las 5, para modificar la hora en la subesfera GMT (realizada en madreperla), y una válvula de helio -más bien “para” el helio- en el lado opuesto, a las siete, debido a que el modelo está certificado como estanco a 80 atmósferas u 800 metros de profundidad (los otros dos “sólo” a 50 ATM o 500 metros). Por su parte, el Central Chronograph, y como su nombre indica, presenta un contador de minutos central mediante una aguja gemela a la trotadora -que parecería a priori un ratrappante ya que está debajo de esta- y que limita el tiempo acumulado a una hora, más que suficiente para el uso cotidiano… si es que hay alguno. Además, muestra un contador de 24 horas a las 9, útil para ajustar correctamente la fecha. Lógicamente, su caja está dotada de dos pulsadores para las funciones de arranque-paro y puesta a cero, respectivamente.
En un mundo super-competido como es el de la relojería de lujo (entendiendo como lujo de alto precio, en este caso entre los 6.000 € del H1 y los más de 10.000 del Central Chrono) CLERC busca su nicho por la vía de la complicación… de sus cajas. Y no es una mala estrategia, puesto que aun después de que Swatch Group deje de suministrar a las marcas ajenas a su grupo el mundo de los calibres va a seguir siendo un oligopolio. No será el primero que lo intente, aunque corre el riesgo de la radicalización: su estética no admite neutralidad del mismo modo que su eslogan habla de no admitir compromisos a la hora de diseño y materiales.
Pendiente queda hablar del patrocinio de Sub Aviator, la compañía de submarinos privados.
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