Un año más, Patek Philippe ha presentado sus novedades post-Basilea en el Campus Patek que desde el año pasado viene organizando en Madrid con la eficiencia que le es habitual. En el centro de Madrid, con –casi- todas las piezas disponibles y una organización impecable. Así, los que habíamos asistido a Baselworld 2019 tuvimos ocasión de volver a tener en nuestras manos las fabulosas piezas salidas de la creatividad, el ingenio y el saber hacer de la Maison ginebrina.
Creatividad
A pesar de lo limitado de los elementos (caja, esfera, agujas) Patek se las arregla para sorprendernos cada año. Un ejemplo lo tenemos en el nuevo calendario semanal referencia 5212A, que junto a un aspecto rejuvenecido de Calatrava presenta una complicación inédita en la larga lista de la marca, de la que hablaré al final del artículo.
Ingenio
Se habla poco del Ingenio de Patek, cuando son responsables de un sinnúmero de patentes para mejorar la precisión o sencillamente el funcionamiento de los relojes. Los suyos en particular, pero por extensión de la relojería en general cuando dichas patentes pasan a ser de dominio público. Basta recordar la cuerda de remontuar a través de la corona, sin necesidad de llave, atribuida a Adrien Philippe justo antes de formar parte del dúo más famoso del panorama relojero. La última tiene que ver con una solución compleja para afinar la precisión de los dientes de las ruedas y que veremos más adelante, aplicada precisamente en el calendario semanal 5212A.
Saber hacer
El saber hacer… no me refiero aquí a la maestría relojera a la que nos tiene acostumbrados, ni a las distintas “metier d’arts” u oficios artesanos, sino a saber trazar pero sobre todo seguir su propio camino ignorando los cantos de sirena del negocio fácil (¡más Nautilus!, gritan las sirenas) y dedicándose con pasión a la tarea de transmitir un legado que, si no fuera por ellos y otros pocos, se perdería irremisiblemente en pocas generaciones. Y sí, además de eso siguen cultivando ese legado en forma de arte relojero, pulidos a mano, trabajos de marquetería, esmalte y grabado y varias otras artes que conforman en su conjunto lo que venimos entendiendo por Alta Relojería así, con mayúsculas.
¡Vamos!
Tal vez me haya quedado la introducción a las novedades de Patek Philippe 2019 un tanto larga y laudatoria, y antes de seguir me gustaría dejar claro que no hay aquí publi-reportaje ni compensación alguna, sólo la voz de un aficionado con la suerte de haber mantenido un contacto cercano con la Maison y sus relojes gracias a sus representantes en España. Conocer es amar, dicen. Pues eso, amando… en la distancia, jaja. Vamos con las novedades propiamente dichas, diez en total (creatividad…), de las que pude disfrutar siete.
Empezando por los ausentes, no pude disfrutar ni del super-complicado 6300G de dos caras (precio por encima de los dos millones de euros) , o el exquisito 5078G (unos 373.000 €) con su esfera esmaltada y después grabada, y repetición de minutos. Nota: todos y cada uno de los relojes con esa complicación son testados individualmente por Thierry Stern, presidente de la compañía, antes de entregarlos a sus futuros dueños. Tampoco pude ver –ni tocar- el Calatrava Pilot Travel Time Reveil 5520P (P de platino, algo más de 207.000 €) donde por primera vez, y además de la función GMT, Patek introduce un “avisador” mecánico graduable por cuartos. Respecto a este último parece que hubo cierto debate interno sobre las divisiones a establecer, y se llegó a la conclusión que para dar la precisión esperable de Patek tenían que ser cuartos (o sea, cada 15 minutos). El gong donde repica el martillo está fijado al calibre mismo y no a la caja como suele ser habitual en este tipo de complicación.
Patek 5235/50R-01
No soy especialmente de reguladores ni de relojes de oro (aunque en esto último soy cada vez más flexible…) pero tengo que admitir que el Patek 5235/50R de oro rosa me robó el corazón en cuanto lo vi en Basilea, con su esfera marrón cepillada a mano y la irresistible combinación con las subesferas más oscuras. Su precio no llega por poco a los 48.000 €, y además tiene la complicación de calendario anual. Esto es, que sólo hay que cambiar la fecha en los meses de febrero porque reconoce todos los demás meses de 30 y 31 días. No es una novedad “strictu-sensu” porque ya existía el 5235G, presentado en 2011 y que ahora está “discontinuado”, pero desde luego tiene una belleza atemporal. El 31-260 es el único calibre automático de Patek con espiral (Spiromax) y escape (Puslomax) de silicio (ambas cosas a la vez), y sólo se encuentra en este modelo.
Patek 5172G-001
Una de las muchas características diferenciales de Patek es el color azul del que dota a muchas de sus esferas, y en el caso del cronógrafo 5172G de oro blanco es un factor que se añade a la elegancia natural de esta pieza. Este cronógafo con rueda de pilares y embrague horizontal tiene detalles que lo dotan de personalidad propia, como el guillocheado de los pulsadores, la ligera desviación de la línea horizontal de los centros de las subesferas respecto del centro del propio reloj o la forma “box” del cristal de zafiro frontal, por no hablar de las asas facetadas en tres escalones. Detalles todos ellos que casi pasan desapercibidos en una mirada rápida pero que en una segunda inspección obligan al observador a entretenerse en ellos y buscar nuevos, como el fondo transparente y el calibre que se ve a través de él.. 67.430 € es su precio.
Patek 5726/1A-014
Tal vez la colección Patek más popular (por conocida), la familia Nautilus es hoy día objeto de deseo –especialmente la referencia sólo hora 5711/1A- de una gran parte del colectivo de aficionados. Unos por ser el “escalón de entrada” a la marca, y otros, no pocos, sólo porque es tremendamente difícil de conseguir. Yo calculo que la proporción de demanda/oferta debe oscilar entre cuatro y cinco a uno. Esto es, que por cada unidad disponible hay no menos de cuatro personas interesadas en ella. Pero no es este el tema de este artículo, así que hablaré de la referencia 5726/1A, con calendario anual, fase lunar y subesfera de 24 horas cuya novedad consiste en el azul de su esfera, homenaje al azul del Nautilus original de 1976. Obviamente, la esfera gris precedente se dejará de producir, lo que va a contribuir a incrementar la leyenda… y su precio en el mercado, que oficialmente es de 42.000 €
Patek 5905R-001
Otro cronógrafo, y otra iteración sobre un modelo pre-existente, es el modelo 5905R con crono flyback o retorno en vuelo (no hace falta poner el cronógrafo a cero para iniciar una nueva medición) y calendario anual, todo ello animado por el calibre automático CH 28-520 QA 24H, esta última parte de la referencia hace alusión a la indicación día/noche que se observa dentro de la subesfera a las seis, graduada para contar hasta 60 minutos. De los detalles que mencioné más arriba cabe destacar el tratamiento de las asas de la caja, con ese “vaciado” que les da un volumen especial. El precio, alrededor de los 60.000 € en oro rosa y sobre los 71.000 en platino.
Patek 5168G-010
Otro de los modelos “populares” de Patek es la serie Aquanaut, que en su versión de acero es objeto de la misma o parecida “persecución” que el Nautilus 5711/1A. Básicamente con correa de caucho y el característico motivo semi cuadriculado en esfera y correa, el Aquanaut se ha hecho un hueco importante en las colecciones deportivas de la marca, y en 2017 ya dio el paso hacia el oro blanco (la letra G al final de la referencia) y un tamaño ligeramente superior a los 40mm del modelo original de acero: 42,2mm. Inicialmente en azul (ref 5168G-001), este año se presenta en un color verde oliva “militar”, referencia 5168G-010. La novedad técnica es un cierre desplegable patentado, asegurado por cuatro puntos de agarre independientes. Monta el calibre 324 SC de rotor completo en oro de 21 quilates. El precio: 36.310 €, casi 19.000 más que la versión de acero.
Patek 5231J-001
Cuando en 1931 Louis Cottier presentó un mecanismo capaz de indicar las horas de los 24 husos horarios, Patek Philippe supo que tenía que incorporarlo a sus colecciones, y desde 1937 se han sucedido tal cantidad de modelos que por sí mismos pueden ser el único objetivo de un coleccionista. De hecho, tienen un apartado exclusivo en el Museo Patek de Ginebra. Además de esta complicación relojera, es habitual que la esfera se decore con esmalte “cloisonné” (tabicado, sería la traducción literal), lo que lo hace doblemente interesante como coleccionable. Y por si faltara algo, tenemos la parte geo-política: las ciudades que indican los 24 husos horarios van variando al ritmo de algunos gobiernos (Venezuela decidió que el suyo era de media hora, lo que dejó a Caracas fuera de la lista) o simplemente de los mercados a los que apunta la marca (en los últimos años se han sucedido Riady Dubai, París y Ginebra). O Hong Kong, sustituida por Pekín/Beijing en la última creación para este año. Monta el calibre automático 240 HU con micro-rotor. Debido al proceso enteramente artesanal de su esfera (más allá del reloj en si mismo) disponer de los 67.430 € que cuesta no garantiza que se pueda acceder a él en los próximos meses.
Patek 5212A-001
He dejado para el final la pieza más interesante de todas las novedades. Interesante –para mí- por dos motivos: es un Calatrava de acero y presenta una complicación inédita como es el calendario semanal, esto es, que indica la semana del año además de la fecha habitual (día de la semana, del mes y el mes propiamente dicho). Es esta una complicación que pretende ser de utilidad en tanto es cada vez más frecuente en los negocios hablar de semanas como plazos. Otra novedad interesante es la grafía utilizada, que sugiere una escritura manual y la aleja del clasicismo habitual en la estética de la marca. Las indicaciones comentadas lo son por manecillas, excepto el día del mes que se lee en la habitual ventanilla a las tres. Movimiento automático de nueva factura con espiral y escape de silicio 26-330 S C J SE a 4 herzios y una reserva de marcha de 35/40 horas. Con una caja de acero de 40mm y una correa de cuero –cosida a mano, eso sí- podría decirse que es el modelo más “juvenil” de las novedades, aunque a un precio de 30.600 €
Ingenio, de nuevo
A propósito del 5212A: hacia el principio del artículo hacía referencia al “ingenio” de la Maison en relación a una mejora técnica relativa a los engranajes/ruedas: por pequeño que sea, se produce un juego u holgura entre los dientes de dos ruedas engranadas, lo que contribuye a disminuir la precisión con la que esas ruedas trabajan. Hablamos de proporciones realmente pequeñas, pero que en un universo como el de la Alta Relojería suenan poco menos que intolerables. Es por eso que Patek ha concebido y desarrollado una rueda con dientes móviles gracias a la flexibilidad de su construcción. Tal vez se entienda mejor con un par de imágenes:
Por razones constructivas y de funcionalidad, siempre debe haber una ligera holgura entre los dientes fijos de dos ruedas (aquí magnificada), lo que influye en la precisión de, por ejemplo, una aguja segundera.
Con la innovación de Patek, el diente de la rueda pequeña está siempre en contacto con la rueda mayor gracias a los flejes de esta, que lo mantiene en contacto con uno de los propios hasta que engrana el siguiente. Como una imagen habla mejor que las palabras, no hay más que ver la diferencia de complejidad entre una rueda y la otra. Aquí debajo, aplicada ya en el calibre 26-330 S C J SE del 5212A
Como en todo campus, también hubo en el Campus Patek un apartado de formación para los “detallistas” de la marca, esto es, sus distribuidores en España y Portugal. Formación impartida una vez más por quien ha venido siendo referente del departamento técnico, Sr. G, a quien no me dejan nombrar pero me gusta homenajear. Hasta el próximo campus.