
vernonsullivan
Milpostista
Sin verificar
Hola a todos.
Superados los mil mensajes y, como marca la costumbre, paso a presentaros mi más que humilde caja.
Ha sido fruto de investigaciones, suertes e impulsos y, como veis, está incompleta y desequilibrada.
Por mantener el orden que presenta (que no es cronológico) comenzaré por mi querido PRC 200 de Tissot. Es el único que compré por el hecho de tener un reloj y que aún se mantiene en la caja. Es de los pocos que tengo de cuarzo y, quizás por eso, me lo ponga poco.
El siguiente es un Atlantic Worldmaster de los 60. Me resulta precioso, distintivo y elegante. Es grande para la época y lo hace muy vestible. Comprado en Wallafresh y revisado en relojería de confianza, trota divinamente con su maquinaria manual de 17 joyas. Atlantic es una gran casa relojera y se mantiene en activo con modelos preciosos. Extraño que casi no salgan a relucir por este foro.
Este otro Tissot PRS es un modelo poco visto dentro de la exitosa serie 516. Me parece un chrono con bastante carácter y, a pesar de ser también de cuarzo y tener un incómodo cierre de mariposa, lo suelo usar bastante. Me lo agencié a través de un intercambio y llevo muchos años disfrutándolo. Me encanta cuando llevo prisa en el coche
Flieger Mod. B de Laco, marca original y legendaria. Fue un autoregalo por mis 50 palos. Antes de comprarme este, le regalé a mi hermano uno idéntico cuando llegaba (antes que yo) al medio siglo. Ha creado costumbre y ya tengo otro Laco preparado para mi hermana, que los cumplirá el año que viene... ¡Menos mal que solo somos tres!
El Seiko SKX007 no necesita presentación. Llegó en una fase incipiente del crecimiento de la caja. Contento con él, aunque sin excesos. Cómodo, para vestirlo sin preocupaciones de ningún tipo
Pasamos al Stowa. Quise tener una colección representativa de diferentes tipos de reloj y me di cuenta que me faltaba un reloj de marina. Este alemán, con su historia, su esfera blanca limpia y esas agujas azules al fuego cubrieron sobradamente su propósito. Es más ponible de lo que parece, ¡solo me falta el barco!
El Sinn 556 I supuso un paso evolutivo importante en mis criterios de selección. Es un ejemplar aparentemente sencillo y, al mismo tiempo, impresionantemente cómodo y robusto. No dudo en sacarlo a pasear cuando busco seguridad y discreción. Un once sobre diez en experiencia de compra, superando cualquier expectativa y superando cualquier temor (qué gustazo da esa K de Automatik)
El Seagull 1963 fue, sencillamente, la primera pieza que compré con la intención de coleccionar relojes. Me pareció una auténtica maravilla y a día de hoy sigue impresionándome cada vez que me lo pongo. Esconde una historia apasionante y muestra una personalidad arrolladora. Pequeño y sutil.
Sigo considerando al Tissot Visodate como un reloj infravalorado. Elegantísimo, fino y con una caja cónica singular, merece ser más disfrutado. Hasta en los pocos comentarios que se hacen de él se comporta discreto y con ese saber estar que (casi) siempre tiene Tissot, una de mis marcas emocionalmente favoritas.
El Orient Bambino es un reloj que hay que tener. Creo que casi sobran los comentarios. Por todo lo que supone poseerlo y por complementar un poco la caja con números romanos duerme cada noche con sus hermanos. Eso sí, aún no ha sido estrenado.
Wolbrook Skindiver es una gozada de reloj. Me parece absolutamente perfecto. Armstrong le ha dado algo de sentido a su historia, pero, aparte de que guarda mucha más, es absolutamente satisfactorio llevarlo. Ya sea con armis o con tropic, ha sido el más vestido en este último año y no le faltan motivos. No paro de recomendarlo, hasta a mi suegra.
Este Scurfa está siendo una aventura curiosa. Tras una difícil renuncia al Pelagos, di con él cuando buscaba un diver de titanio. Creo que no será fácil repetir la experiencia (prefiero el acero), pero estoy muy contento de tenerlo.
Esta marca fue fundada por un buzo profesional que se dio cuenta de la necesidad de un reloj de buceo robusto y asequible para su trabajo. Estaba cansado de usar relojes antiguos y caros o modelos modernos que no cumplían con los estándares de durabilidad, decidió crear su propia marca para ofrecer relojes de buceo funcionales, fiables y resistentes a un precio asequible.
Me gustó que tuviera válvula de escape de helio, por si algún día me ahogo en el mar y, en mi caída, una medusa me pregunta la hora. Me resulta un reloj divertido y lo estoy gozando este verano en el ambiente costero. La pena, que sea de cuarzo (aunque monta un fiable ETA F06.412) y que tenga una correa indomable, como mi suegra (la misma de antes...)
El Armand Nicolet jh9 es un GMT con unos acabados y unas prestaciones impresionantes.
No conocía la marca y me sedujo que, desde el primer momento, rezumara tanta calidad. Es cierto que no lo saco demasiado a pasear, pero cuando lo hace, bien que atrae las miradas. El reloj, yo está claro que no.
El Tudor BB58 creo que va a suponer el techo económico de la caja. Muy influenciado por el foro y los comentarios de sus firmes seguidores (¡malditos!) caí en la tentación. Poco decir que no sepáis. Tal vez sea la máquina más precisa que haya tenido jamás en mis manos. Precioso, sólido y deslumbrante. Si algún día tengo yerno, que espere sentado.
El Longines Spirit es uno de mis relojes favoritos, si no el que más. Lo siento casi vivo en mi muñeca, es un reloj que habla por sí solo y que me genera sensaciones únicas y difíciles de explicar.
Marca, historia, estética, calibre, calidad, precisión, medidas, comodidad, versatilidad, rango... es un reloj redondo. Estoy por corgarlo en la pared.
El Master Collection chrono es un objeto de prestigio discreto. Casa perfectamente con entornos elegantes y exigencias técnicas. Si se sabe elegir el momento, es un reloj soberbio y capaz de proporcionar experiencias muy satisfactorias.
¡Otro Tissot! En este caso, una reedición del Navigator de los 70, cuando la marca colaboraba con Alpine y, posteriormente, con Porsche, la Fórmula 1 y Le Mans.
Este es un chrono con carácter; impresionante caja de 43 mm que combina cepillado y satinado, panda, tricompax y con apliques naranjas en algunas de sus agujas lo hacen muy llamativo y original. El valjoux que lleva, de 4 Hz y con 46 horas de reserva pone de manifiesto la gran apuesta que Tissot hizo por este modelo. No pude resistirme a este Heritage 1973. Es el año de mi nacimiento, casi ná.
He aprendido a vivir sin Rolex, pero no sin Omega. En algún momento tenía que incorporar algún modelo de la marca y este Dynamic III se me puso a tiro. Es un chrono de inspiración militar y preciosos numerales, que monta un 1138 en una comedida caja de 38 mm. Me encantan sus trazas amarillas y su impecable armis. Es una máquina muy bien hecha y precisa. Me inspira al que quizá sea mi próxima (y última...) adquisición: un Dirty Dozen.
Hasta aquí mis cajas A y A+. Falta la caja B (yo le llamo KGB porque está llena de rusos), de la que tal vez hable otro día.
Y por último, un reloj que en fotos no me he atrevido a subir y que vale infinitamente más que la suma de todos los anteriores: el Longines de oro que heredé de mi padre y que su empresa le regaló al cumplir 25 años de infalible e inquebrantable dedicación. Toda una declaración de lo que ha sido y seguirá siendo para mí: pura inspiración.
Si habéis llegado hasta aquí, muchas gracias; como también quedo agradecido por lo mucho y bueno que compartís conmigo.
¡Un abrazo a todos!
Superados los mil mensajes y, como marca la costumbre, paso a presentaros mi más que humilde caja.
Ha sido fruto de investigaciones, suertes e impulsos y, como veis, está incompleta y desequilibrada.
Por mantener el orden que presenta (que no es cronológico) comenzaré por mi querido PRC 200 de Tissot. Es el único que compré por el hecho de tener un reloj y que aún se mantiene en la caja. Es de los pocos que tengo de cuarzo y, quizás por eso, me lo ponga poco.
El siguiente es un Atlantic Worldmaster de los 60. Me resulta precioso, distintivo y elegante. Es grande para la época y lo hace muy vestible. Comprado en Wallafresh y revisado en relojería de confianza, trota divinamente con su maquinaria manual de 17 joyas. Atlantic es una gran casa relojera y se mantiene en activo con modelos preciosos. Extraño que casi no salgan a relucir por este foro.
Este otro Tissot PRS es un modelo poco visto dentro de la exitosa serie 516. Me parece un chrono con bastante carácter y, a pesar de ser también de cuarzo y tener un incómodo cierre de mariposa, lo suelo usar bastante. Me lo agencié a través de un intercambio y llevo muchos años disfrutándolo. Me encanta cuando llevo prisa en el coche

Flieger Mod. B de Laco, marca original y legendaria. Fue un autoregalo por mis 50 palos. Antes de comprarme este, le regalé a mi hermano uno idéntico cuando llegaba (antes que yo) al medio siglo. Ha creado costumbre y ya tengo otro Laco preparado para mi hermana, que los cumplirá el año que viene... ¡Menos mal que solo somos tres!
El Seiko SKX007 no necesita presentación. Llegó en una fase incipiente del crecimiento de la caja. Contento con él, aunque sin excesos. Cómodo, para vestirlo sin preocupaciones de ningún tipo
Pasamos al Stowa. Quise tener una colección representativa de diferentes tipos de reloj y me di cuenta que me faltaba un reloj de marina. Este alemán, con su historia, su esfera blanca limpia y esas agujas azules al fuego cubrieron sobradamente su propósito. Es más ponible de lo que parece, ¡solo me falta el barco!
El Sinn 556 I supuso un paso evolutivo importante en mis criterios de selección. Es un ejemplar aparentemente sencillo y, al mismo tiempo, impresionantemente cómodo y robusto. No dudo en sacarlo a pasear cuando busco seguridad y discreción. Un once sobre diez en experiencia de compra, superando cualquier expectativa y superando cualquier temor (qué gustazo da esa K de Automatik)
El Seagull 1963 fue, sencillamente, la primera pieza que compré con la intención de coleccionar relojes. Me pareció una auténtica maravilla y a día de hoy sigue impresionándome cada vez que me lo pongo. Esconde una historia apasionante y muestra una personalidad arrolladora. Pequeño y sutil.
Sigo considerando al Tissot Visodate como un reloj infravalorado. Elegantísimo, fino y con una caja cónica singular, merece ser más disfrutado. Hasta en los pocos comentarios que se hacen de él se comporta discreto y con ese saber estar que (casi) siempre tiene Tissot, una de mis marcas emocionalmente favoritas.
El Orient Bambino es un reloj que hay que tener. Creo que casi sobran los comentarios. Por todo lo que supone poseerlo y por complementar un poco la caja con números romanos duerme cada noche con sus hermanos. Eso sí, aún no ha sido estrenado.
Wolbrook Skindiver es una gozada de reloj. Me parece absolutamente perfecto. Armstrong le ha dado algo de sentido a su historia, pero, aparte de que guarda mucha más, es absolutamente satisfactorio llevarlo. Ya sea con armis o con tropic, ha sido el más vestido en este último año y no le faltan motivos. No paro de recomendarlo, hasta a mi suegra.
Este Scurfa está siendo una aventura curiosa. Tras una difícil renuncia al Pelagos, di con él cuando buscaba un diver de titanio. Creo que no será fácil repetir la experiencia (prefiero el acero), pero estoy muy contento de tenerlo.
Esta marca fue fundada por un buzo profesional que se dio cuenta de la necesidad de un reloj de buceo robusto y asequible para su trabajo. Estaba cansado de usar relojes antiguos y caros o modelos modernos que no cumplían con los estándares de durabilidad, decidió crear su propia marca para ofrecer relojes de buceo funcionales, fiables y resistentes a un precio asequible.
Me gustó que tuviera válvula de escape de helio, por si algún día me ahogo en el mar y, en mi caída, una medusa me pregunta la hora. Me resulta un reloj divertido y lo estoy gozando este verano en el ambiente costero. La pena, que sea de cuarzo (aunque monta un fiable ETA F06.412) y que tenga una correa indomable, como mi suegra (la misma de antes...)
El Armand Nicolet jh9 es un GMT con unos acabados y unas prestaciones impresionantes.
No conocía la marca y me sedujo que, desde el primer momento, rezumara tanta calidad. Es cierto que no lo saco demasiado a pasear, pero cuando lo hace, bien que atrae las miradas. El reloj, yo está claro que no.
El Tudor BB58 creo que va a suponer el techo económico de la caja. Muy influenciado por el foro y los comentarios de sus firmes seguidores (¡malditos!) caí en la tentación. Poco decir que no sepáis. Tal vez sea la máquina más precisa que haya tenido jamás en mis manos. Precioso, sólido y deslumbrante. Si algún día tengo yerno, que espere sentado.
El Longines Spirit es uno de mis relojes favoritos, si no el que más. Lo siento casi vivo en mi muñeca, es un reloj que habla por sí solo y que me genera sensaciones únicas y difíciles de explicar.
Marca, historia, estética, calibre, calidad, precisión, medidas, comodidad, versatilidad, rango... es un reloj redondo. Estoy por corgarlo en la pared.
El Master Collection chrono es un objeto de prestigio discreto. Casa perfectamente con entornos elegantes y exigencias técnicas. Si se sabe elegir el momento, es un reloj soberbio y capaz de proporcionar experiencias muy satisfactorias.
¡Otro Tissot! En este caso, una reedición del Navigator de los 70, cuando la marca colaboraba con Alpine y, posteriormente, con Porsche, la Fórmula 1 y Le Mans.
Este es un chrono con carácter; impresionante caja de 43 mm que combina cepillado y satinado, panda, tricompax y con apliques naranjas en algunas de sus agujas lo hacen muy llamativo y original. El valjoux que lleva, de 4 Hz y con 46 horas de reserva pone de manifiesto la gran apuesta que Tissot hizo por este modelo. No pude resistirme a este Heritage 1973. Es el año de mi nacimiento, casi ná.
He aprendido a vivir sin Rolex, pero no sin Omega. En algún momento tenía que incorporar algún modelo de la marca y este Dynamic III se me puso a tiro. Es un chrono de inspiración militar y preciosos numerales, que monta un 1138 en una comedida caja de 38 mm. Me encantan sus trazas amarillas y su impecable armis. Es una máquina muy bien hecha y precisa. Me inspira al que quizá sea mi próxima (y última...) adquisición: un Dirty Dozen.
Hasta aquí mis cajas A y A+. Falta la caja B (yo le llamo KGB porque está llena de rusos), de la que tal vez hable otro día.
Y por último, un reloj que en fotos no me he atrevido a subir y que vale infinitamente más que la suma de todos los anteriores: el Longines de oro que heredé de mi padre y que su empresa le regaló al cumplir 25 años de infalible e inquebrantable dedicación. Toda una declaración de lo que ha sido y seguirá siendo para mí: pura inspiración.
Si habéis llegado hasta aquí, muchas gracias; como también quedo agradecido por lo mucho y bueno que compartís conmigo.
¡Un abrazo a todos!
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