B
barista
Visitante
Buenas a todos,
Hace ya muchos años quedé sin palabras ante una película escandalosamente dura: The Piano, escrita, producida y dirigida por una mujer, la neozelandeza Jane Campion.
En ese film, la crueldad, las bajezas y la belleza se enchastran mutuamente. Una obra maestra cruda, delicada, desoladora.
A partir de The Piano, conocí a la ya nombrada, talentosa y enigmática Jane Campion.
Campion es producto de aquella New Zealand misteriosa y frugal; árida y fogosa, con selvas y oasis, y con infiernos interminables. Tierra salvaje, indómita, mortal.
Pasaron los años ( The Piano es de la década del '90, si no me equivoco ). Y de Jane Campion no había vuelto a ver nada.
Hasta ayer a la tarde, que me topé en Netflix ( de este lado del océano, de aquel no sé ) con The Power of the Dog.
The Power of the Dog es devastadora. Y bella como pocas. Ayer, apenas terminó, la ví otra vez. Y me volvió a encandilar en su inmensidad y su tristeza.
Una maravilla de película ( por supuesto, es mi opinión). Triste, oscura, enclavada en el sumidero de las pasiones irrefrenables y a corazón abierto.
La película se basa en la novela del mismo nombre, y tiene lugar en la fogosa Montana de cowboys machos y duros de los años '20.
Dos hermanos rancheros, una mujer alcohólica y su hijo brillante, asexuado y amoral encerrados en los paisajes maravillosos y peligrosos del Oeste de USA.
El chico no tiene alma, solo espíritu científico y ese poder que es saber lo que se hace y cómo hacerlo ( matar... ) con elegancia y sin que se note.
Uno de los hermanos ( el genial y siempre estilístico Benedict Cumberbatch ) el macho duro y trágico, que amó y fue amado por su mentor... y no sabe cómo resolver su sexualidad en un cosmos de hombres rústicos, planos y de a caballo.
El otro hermano ( qué gran actor es Jesse Plemons ) bonachón y sin maldad, que lleva a la rastra a esa mujer que encontró y que se transformó en alcohólica dada sus frustraciones y tristeza.
Y todos bajo el techo de la estancia, esa casona enorme en medio de la nada misma con sus montañas, el ganado, el olor a cowboy traspirado y sucio y el horizonte sin mucho mas para dar salvo la soledad, la iracundia y sus tragedias.
La dirección, producción y guión de la Campion es magistral.
Y ni les digo la música, un claustrofóbico y exasperante rejunte de pianos, violas y vientos que vagan destripados y sobrenaturales ( un total hallazgo ) bajo supervisión de Jonny Greenwood, el de Radiohead.
El elenco fantástico.
Mención aparte para Cumberbatch. ¿ Algún día nos terminaremos de convencer que este hombre es el mejor actor contemporáneo de habla inglesa... ? Verlo actuar es ya de por sí una bendición, un regalo de los dioses. Y su composición del cowboy-macho que rememora y llora a su amante fallecido es una obra de arte en sí misma.
La ambientación en general es excelente ( aunque en Montana no haya esos colores ni tipo de montañas - la película se rodó en New Zealand - ). Igual, esa licencia es un permitido que una grande como Jane Campion puede darse a partir que ha contado en la producción con generosos aportes de la BBC, de su país y Australia, entre otros. Esta mujer, en su triple rol de directora, guionista y productora, decidió quedarse en su hogar y a partir de allí fraguar esta película, que nuevamente la pone en el candelero de los indiscutidos.
Puede que haya varios Oscar acá, por dirección, producción, actuaciones, música.
Hoy, quizás, la vea otra vez.
Dejo trailer:
Gracias por pasar por el hilo.
Que sigan bien.
Hace ya muchos años quedé sin palabras ante una película escandalosamente dura: The Piano, escrita, producida y dirigida por una mujer, la neozelandeza Jane Campion.
En ese film, la crueldad, las bajezas y la belleza se enchastran mutuamente. Una obra maestra cruda, delicada, desoladora.
A partir de The Piano, conocí a la ya nombrada, talentosa y enigmática Jane Campion.
Campion es producto de aquella New Zealand misteriosa y frugal; árida y fogosa, con selvas y oasis, y con infiernos interminables. Tierra salvaje, indómita, mortal.
Pasaron los años ( The Piano es de la década del '90, si no me equivoco ). Y de Jane Campion no había vuelto a ver nada.
Hasta ayer a la tarde, que me topé en Netflix ( de este lado del océano, de aquel no sé ) con The Power of the Dog.
The Power of the Dog es devastadora. Y bella como pocas. Ayer, apenas terminó, la ví otra vez. Y me volvió a encandilar en su inmensidad y su tristeza.
Una maravilla de película ( por supuesto, es mi opinión). Triste, oscura, enclavada en el sumidero de las pasiones irrefrenables y a corazón abierto.
La película se basa en la novela del mismo nombre, y tiene lugar en la fogosa Montana de cowboys machos y duros de los años '20.
Dos hermanos rancheros, una mujer alcohólica y su hijo brillante, asexuado y amoral encerrados en los paisajes maravillosos y peligrosos del Oeste de USA.
El chico no tiene alma, solo espíritu científico y ese poder que es saber lo que se hace y cómo hacerlo ( matar... ) con elegancia y sin que se note.
Uno de los hermanos ( el genial y siempre estilístico Benedict Cumberbatch ) el macho duro y trágico, que amó y fue amado por su mentor... y no sabe cómo resolver su sexualidad en un cosmos de hombres rústicos, planos y de a caballo.
El otro hermano ( qué gran actor es Jesse Plemons ) bonachón y sin maldad, que lleva a la rastra a esa mujer que encontró y que se transformó en alcohólica dada sus frustraciones y tristeza.
Y todos bajo el techo de la estancia, esa casona enorme en medio de la nada misma con sus montañas, el ganado, el olor a cowboy traspirado y sucio y el horizonte sin mucho mas para dar salvo la soledad, la iracundia y sus tragedias.
La dirección, producción y guión de la Campion es magistral.
Y ni les digo la música, un claustrofóbico y exasperante rejunte de pianos, violas y vientos que vagan destripados y sobrenaturales ( un total hallazgo ) bajo supervisión de Jonny Greenwood, el de Radiohead.
El elenco fantástico.
Mención aparte para Cumberbatch. ¿ Algún día nos terminaremos de convencer que este hombre es el mejor actor contemporáneo de habla inglesa... ? Verlo actuar es ya de por sí una bendición, un regalo de los dioses. Y su composición del cowboy-macho que rememora y llora a su amante fallecido es una obra de arte en sí misma.
La ambientación en general es excelente ( aunque en Montana no haya esos colores ni tipo de montañas - la película se rodó en New Zealand - ). Igual, esa licencia es un permitido que una grande como Jane Campion puede darse a partir que ha contado en la producción con generosos aportes de la BBC, de su país y Australia, entre otros. Esta mujer, en su triple rol de directora, guionista y productora, decidió quedarse en su hogar y a partir de allí fraguar esta película, que nuevamente la pone en el candelero de los indiscutidos.
Puede que haya varios Oscar acá, por dirección, producción, actuaciones, música.
Hoy, quizás, la vea otra vez.
Dejo trailer:
Gracias por pasar por el hilo.
Que sigan bien.
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