A mí lo que me gustaría, un día que estemos más tranquilos y menos folclóricos es que se opinase acerca de cómo se implementaría un proceso de esta caracterísiticas de forma práctica y teniendo en cuenta las limitaciones y el escaso poder de negociación que tendría Cataluña frente al resto de España...
¿De dónde saldría el dinero para financiar todos los costes ahora repercutidos al gobierno central? ¿Cómo pensarían financiarse en el mercado internacional e interbancario? ¿Qué moneda tendrían, toda vez que hemos visto que tener el euro tiene ciertos problemillas? ¿qué política industrial y de exportación tendría una vez que se hubiera escindido de su principal mercado? y sobre todo ¿Cuáles son las condiciones que piensan que el que tiene la sarten por el mango (España, y por extensión la UE) les impondrían para asegurarse el mínimo perjuicio económico en un proceso de este tipo?
PD: No sé porque tanto escepticismo respecto a las cifras de manifestantes. Si dicen que eran 2 millones, pues leche, dos millones serían, que ya nos lo han dicho los que han estado, que había mazo de peña... si además por esa tierra son muy apañados a la hora de optimizar el espacio
Amigo Mr. Jones, te sigues equivocando -EMHO- con tu análisis marxista - es decir puramente económico- de la situación.
Todos esos problemas que citas son resolubles si hay voluntad política de resolverlos, incluso aunque circunstancialmente provoquen complicaciones y perjuicios económicos. Pero son problemas técnicos y por lo tanto, resolubles.
El problema es político y por eso te encuentras con que desde la clave económica no lo comprendes. La opción independentista se consolidó como única alternativa con el recorte que el Tribunal Constitucional le pegó al Estatuto aprobado en referéndum por la mayoría de los catalanes- un desprecio que no es fácilmente perdonable- y mostraron todos una ceguera política digna de pasar a los anales de la Historia. Lleva tiempo fraguándose y eso lo sabe cualquiera que esté en contacto con la sociedad catalana. Otra cosa es que el movimiento haya sido silenciado intencionadamente desde los medios de comunicación, y ahora se hagan los sorprendidos, o hagan como TVE, que dio la noticia de la manifestación en el telediario de ayer en 5º lugar cuando la BBC abrió sus informativos con ella.
A partir de esto, toda una serie de circunstancias confluyen para que se dé la actual situación: Es innegable el déficit fiscal de Cataluña, es innegable que existe un agravio comparativo con el País Vasco, es innegable el menosprecio y anticatalanismo de una gran parte de España, es innegable la pulsión centralizadora del gobierno actual, es innegable la chulería del Gobierno central sobre el rescate a la Generalitat, es innegable que a CIU le viene de perlas todo esto porque encuentra un culpable de la situación que enmascara sus propios errores de gestión y puede derivar el cabreo de la gente por las medidas que toma, y es innegable que una gran parte de los catalanes están hasta los mismísimos de esta situación y prefiere un presente complicado con la secesión pero una esperanza de futuro que en este momento no hay. Si a ello le sumas que son un pueblo con identidad cultural propia y con conciencia de ser una nación - que lo son- el resultado es el que es. Y, como comprenderás, todos esos factores que no son económicos y son políticos, son los decisivos.
Cuando hay un movimiento mayoritario de masas, ti pongas como ti pongas, más tarde o más temprano tendrás que avenirte: por las buenas o por las malas, a elegir. Una de las cosas que más me preocupan es que al frente del Gobierno hay un incapaz político memorable -que califica de
algarabía un problema político gravísimo- y un partido político que no tiene ni el más mínimo recambio para la situación. Y la oposición, ni está ni se le espera, porque tampoco tiene ni idea de cómo cocinar el guiso.
La cuestión es si se ha franqueado el punto de no retorno o no. Con sinceridad creo que no, más que nada porque en la reivindicación independentista confluyen otros muchas reivindicaciones que, bien resueltas, no sé exactamente en cuánto dejaría la auténtica reivindicación independentista. Pero para ello se requeriría una gran habilidad política, muchas dosis de paciencia , cintura e ideas claras, un proyecto a largo plazo y quizás las cosas podrían resolverse. El problema es que considero a este gobierno y este partido absolutamente incapaces de hacerlo. Por lo que, a los efectos, el punto de no retorno esta franqueado.
El año que viene están las elecciones vascas. Va a haber otra movida impresionante. Dudo muchísimo que Rajoy puede terminar la legislatura.
Así es que eramos pocos y parió la abuela.