Los famosos Birkin de Hermes
Hay infinidad de ejemplos en otros sectores. Bolsos, coches, barcos, gafas de sol, ropa, sneakers, etc., con listas de espera más largas que las de Rolex. Y en todos los casos, rodeados del aura de la exclusividad.
Como anécdota, hace pocos años visité la fábrica de Ferrari. A diferencia de otras fábricas que he visitado, la relajación o falta de stress de los trabajadores era más que notable. Cuando pregunte porque trasmitia esa sensación en el personal de la cadena de montaje, la respuesta fue clara y contundente: “No queremos producir más coches de los que producimos al día. Si producimos más, nuestros coches dejarían de ser exclusivos”.