Creo que para apreciar este hito en todo su valor hay que tener en cuenta varias cosas.
Para empezar, VC prescinde de cualquier limitación respecto de comodidad, economía y funcionalidad a la que deben someterse los relojes de muñeca o de bolsillo, para desarrollar una pieza en la que demuestra que es capaz de combinar, con un solo órgano motriz (aunque con dos barriletes), cincuenta y siete funciones que, tomando la fuerza de ese único órgano, miden dimensiones temporales que hasta el momento nunca se habían medido de forma mecánica.
Y no solo han logrado medir mecánicamente esas dimensiones del tiempo, sino que han conseguido que todas esas mediciones coincidan no solo en el tiempo, sino en el espacio reducido del tamaño de un yo-yo. V-C, por ejemplo, ha diseñado un mecanismo, un ingenio mecánico, no electrónico, que calcula la fecha con arreglo al ISO 8601, calendario que apareció en 1988. No solo eso, sino que ha elaborado un calendario perpetuo con arreglo a ese criterio... que se combina con un calendario perpetuo gregoriano (el nuestro), un calendario perpetuo hebreo, con ciclo de 19 años, calendario lunar que solo necesita de un ajuste cada más de 1000 años, infinidad de funciones adicionales de calendario... todas ellas interrelacionadas y en funcionamiento simultáneo.
Podríamos olvidarnos, si queremos, de que algunas de esas dimensiones temporales nunca se habían medido de manera mecánica. Encontrar la manera de hacerlo es toda una hazaña, que no obstante palidece ante la necesidad de interrelacionarlas en un único calibre. Calcular la relación existente entre esas dimensiones temporales es un alarde científico... ser capaz de trasladar esas relaciones de tan complejo cálculo a un movimiento mecánico con la precisión necesaria para que todas funcionen con exactitud no puedo ni empezar a imaginar lo que es... y ser capaz, después de diseñarlas, de manufacturar los diminutos engranajes de precisión que permiten que todos esos ingenios operen en la práctica de la manera diseñada... bueno, para eso no tengo palabras.
Y adicionalmente, tiene funciones cronométricas. Y sonería. Y reserva de marcha.
No es marketing, salvo que entendamos por marketing dar un golpe encima de la mesa y decir, Señores, soy Vacheron Constantin y el cetro de la alta relojería mundial es mío. Cuando un coleccionista de relojes ha querido pasar a la historia de la alta relojería junto a Packard y los reyes de Egipto, ha hablado con nosotros... y esto es lo que hemos hecho.
No es marketing, es alta relojería en estado puro.
Porque si no fuera porque Vacheron Constantin ha querido limitarse a los dominios de la alta relojería, estoy seguro de que el reloj incluiría una lijadora orbital.