Goldoff
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Perrelet es, desde 2007, una de las marcas que integran la constelación del grupo Festina, propiedad, como muchos saben, del español Miguel Rodríguez y formado por empresas tan dispares como Lotus, Soprod o Manufacture Horlogere du Vallée du Joux (mhvj). Junto a mhvj, Perrelet podría englobarse dentro del segmento alto del grupo (aunque también cabría Soprod, que suministra calibres a una cantidad importante de sonoras marcas de la competencia).
Como en tantos otros casos, la marca se reivindica como heredera del relojero homónimo, en este caso Abraham-Louis Perrelet, al que se atribuye la invención del rotor o directamente del reloj automático en 1778. Y es en el rotor donde Perrelet ha hecho más hincapié como elemento diferenciador: a diferencia de la mayoría de marcas, Perrelet lo muestra por el lado de la esfera. Pero no solamente: el hecho de estar integrado en el grupo Festina y con acceso a las manufacturas mencionadas le ha permitido producir desde cronos flyback hasta indicadores retrógrados.
En el tiempo que va desde 2007 hasta hoy ha ido evolucionando y parecería que ha tomado un referente igualmente diferenciador: sus últimos modelos conocidos me recuerdan -bastante- a una marca que no voy a mencionar para comprobar si los foreros lo veis como yo o son imaginaciones mías.
Por ilustrar los retrógrados:
Volviendo al rotor en el frontal, en 2014 Perrelet presentó los relojes por los que tal vez sea más reconocible: los Turbine, de los que hizo multitud de temas, desde manga hasta poker, siempre coloridos y dejando entrever el contenido de la esfera al girar. Ahora, y reforzando ese parecido del que he hablado, trae los nuevos turbine con un aire aviador, los Turbine Pilot igualmente cromáticos a los que ha añadido una regla de cálculo que se acciona con la corona situada a las 3 (la de remontuar y puesta en hora, a las 9. Cajas de 48mm de diámetro de acero con tratamiento PVD negro y correas mixtas de piel y caucho (excepto la camo, toda de caucho). Cristal de zafiro en ambas caras El calibre -de manufactura- se llama P-331-MH, tiene 25 rubíes y vibra a 28.800 alternancias por hora para una reserva de marcha de 42 horas. Es -obviamente- automático y está certificado por el COSC.
Distintas esferas bajo las doce láminas de aluminio anodizado que forman la turbina, los diferentes elementos generan un potente efecto de profundidad.
¿Algún Excalibur en la sala?
El precio para cualquiera de estas referencias Esfera roja, azul, amarilla o beige para el camo) es de 4.980 €
Como en tantos otros casos, la marca se reivindica como heredera del relojero homónimo, en este caso Abraham-Louis Perrelet, al que se atribuye la invención del rotor o directamente del reloj automático en 1778. Y es en el rotor donde Perrelet ha hecho más hincapié como elemento diferenciador: a diferencia de la mayoría de marcas, Perrelet lo muestra por el lado de la esfera. Pero no solamente: el hecho de estar integrado en el grupo Festina y con acceso a las manufacturas mencionadas le ha permitido producir desde cronos flyback hasta indicadores retrógrados.
En el tiempo que va desde 2007 hasta hoy ha ido evolucionando y parecería que ha tomado un referente igualmente diferenciador: sus últimos modelos conocidos me recuerdan -bastante- a una marca que no voy a mencionar para comprobar si los foreros lo veis como yo o son imaginaciones mías.
Por ilustrar los retrógrados:
Volviendo al rotor en el frontal, en 2014 Perrelet presentó los relojes por los que tal vez sea más reconocible: los Turbine, de los que hizo multitud de temas, desde manga hasta poker, siempre coloridos y dejando entrever el contenido de la esfera al girar. Ahora, y reforzando ese parecido del que he hablado, trae los nuevos turbine con un aire aviador, los Turbine Pilot igualmente cromáticos a los que ha añadido una regla de cálculo que se acciona con la corona situada a las 3 (la de remontuar y puesta en hora, a las 9. Cajas de 48mm de diámetro de acero con tratamiento PVD negro y correas mixtas de piel y caucho (excepto la camo, toda de caucho). Cristal de zafiro en ambas caras El calibre -de manufactura- se llama P-331-MH, tiene 25 rubíes y vibra a 28.800 alternancias por hora para una reserva de marcha de 42 horas. Es -obviamente- automático y está certificado por el COSC.
Distintas esferas bajo las doce láminas de aluminio anodizado que forman la turbina, los diferentes elementos generan un potente efecto de profundidad.
¿Algún Excalibur en la sala?
