Por supuesto, cualquiera se pondría en su situación gustosamente. Una cosa no quita la otra, eso es mezclar tocino con velocidad. No deja de ser curioso que algunos pidan respeto para Neymar a base de intentar no respetar las opiniones de aquellos a los que no les gusta su estilo. El respeto tiene dos direcciones, no sólo una. La ley del embudo, como que no.
No me refiero solo a Neymar, me refiero a muchos deportistas en general. Hace poco Roberto Carlos en una entrevista salía con un reloj del tamaño de una mochila que parecía que llevase amarrado un balón medicinal en la muñeca, eso sí, todo muy dorado y brillante. Si algo así, los relojes enormes y cantosos (me dan impresión de querer llamar la atención, sea errónea o no mi sensación), no me gustan para mi en primer lugar, tendré derecho a decirlo respecto a otros cuando alguien lo pregunte abriendo un hilo. Pues eso.