En la boutique me han asegurado que el reloj iba esta vez a Suiza. Confío en que no me hayan mentido y realmente esté en allí, si no es así y al final me entero, me molestaría bastante.
No me agrada esta situación que me recuerda una pesadilla vivida con Omega hace mucho tiempo (mucho, antes incluso de que abriesen la boutique de Ortega y Gasset) y me llevó a deshacerme de los Omega que tenía, excepto un vintage, y no volver a comprar ninguno. Pero hay una cosa que está diferenciando enormemente esta situación de la vivida con Omega: el trato recibido. En aquella ocasión tuve que ir repetidas veces y además de recibir el reloj cada vez con una marca nueva, no terminaba de estar bien, suponiéndome una auténtica lucha cada vez que lo dejaba a revisar, como si fuese culpa mía que no funcionase, hasta que finalmente me cambiaron el mecanismo porque no fueron capaces de dejarlo bien y el reloj se paró definitivamente, aunque en su defensa tengo que decir que el reloj se paró ya fuera de garantía, pero con el historial que llevaba encima (no sin lucharlo nuevamente) no me repercutieron el coste.
En cambio con Panerai han asumido desde el principio que el trabajo no estaba a la altura de lo que ofrecen, ni una mala cara, ni mal gesto, y para mi esto ya es un gran avance. Espero que esta vez en primer lugar obviamente cambien todo lo afectado por el agua, lo revisen a conciencia, lo hagan nuevamente en la boutique y sólo cuando estén seguros de que está todo perfecto, me avisen para que pase a recogerlo. Tampoco he pedido ningún tipo de atención comercial, pensé que me regalarían la típica gorra o camiseta por las molestias, pero han tenido un buen detalle que les agradezco.
Mirando el lado positivo, el reloj lo quería dejar revisado para darle un uso intenso en agua este año y al final he comprado otro, eso que me llevo