Solo he encontrado en la web una dudosa referencia a su procedencia de la antigua Alemania del Este y con mecanismos rusos, donde se asegura que simplemente se les puso ese nombre por casualidad y luego algún avispado pirata se dedicó a borrar las letras sobrantes y comerciar con ventaja con el remozado producto.
Lo cierto es que en lo más profundo y lejano de mi memoria, hablamos de los primeros años 80, leí en un artículo sobre la piratería contra las marcas, probablemente en la revista Selecciones del Readers Digest con lo cual el acceso a esa información es solo a través de revistas antiguas, y en él se mencionaba sin ninguna duda el decomiso y posterior destrucción por la policía de aduanas, seguramente española, de un buen alijo de estos relojes Aseikon cuya única finalidad era ser posteriormente modificados y vendidos como fakes.
Indudablemente por algún otro medio se comercializaron sin alterar la marca ya que se encuentran en el mercado bastantes piezas como la del compañero, o bien solamente fueron decomisados y achatarrados en aquellos países en los que Seiko interpuso algún tipo de denuncia para salvaguardar su marca. No olvidemos que por aquél entonces los relojes digitales no se habían merendado aún casi todo el mercado, y en los mecánicos el lujo suizo era mucho menos accesible que ahora, con lo que Seiko tenía una posición muy sólida internacionalmente y sus productos eran realmente apreciados y bien pagados, de ahí el interés en falsificarlos.