Rafael Sevilla
Milpostista
Sin verificar
En el poco tiempo que llevo en este foro, he tenido la oportunidad de vivir varias polémicas entre algunos de los miembros que formamos el que para mí es este magnífico punto de encuentro.
Entre las consideraciones que yo siempre tengo en cuenta cuando acaecen este tipo de desavenencias es la gran diferencia que existe entre nuestra forma de expresarnos oralmente respecto a cuando lo hacemos de forma escrita.
En la expresión oral existen los tonos, los ritmos y melodías que aplicamos a nuestras expresiones, mientras que en el género epistolar está el tono, el ritmo y la interpretación que aplican a nuestros textos aquellos que nos leen. Siempre me he preguntado (ante situaciones de este tipo) cómo sería la respuesta si quien se siente ofendido o molesto hubiese tenido la oportunidad de recibir las expresiones del otro en modo verbal. Posiblemente en muchos casos la situación habría cambiado y no hubiese alcanzado la trascendencia que -por ser expresiones escritas- en ocasiones han llegado a adquirir la interpretación de lo leído.
A esto hay que sumar el que nuestras prisas, en muchas ocasiones no impiden redactar los textos con la serenidad y el cuidado que en ocasiones deseáramos, amén de la influencia que puede tener para nosotros el acudir a este rincón después del acumulo de cansancio de todo un día de trabajo, las presiones personales que nos rodean de forma cotidiana (familiares, laborales, etc.), que determinan nuestro estado anímico en momentos puntuales.
Nunca he intervenido -ni lo haré- en verter opiniones en hilos objeto de polémica, entre otras razones porque antepongo a éstas las consideraciones anteriormente expuestas, de ahí que siempre mi conciencia haga disculpar a las partes intervinientes. También entiendo el sentir de amistad que la mayoría tenemos hacia cuantos estamos presentes en este lugar de reunión (aún sin conocernos personalmente), lo cual en ocasiones nos puede llevar a ciertas licencias de expresión en la consideración de que quienes las reciben son nuestros amigos y compañeros, por lo que obvio cualquier mala intencionalidad en dichas expresiones -en la mayoría de las ocasiones expuestas con gracia, simpatía y jocosa ironía-, lo cual incluso alimenta el entretenimiento de la lectura de algunos posteos.
Cierro esta reflexión -hecha en voz alta- abogando por que, nuestra madura racionalidad y la superior categoría con que nos ha distinguido la naturaleza respecto a otras especies con las que compartimos la tierra que pisamos, nos hagan más tolerantes, compresivos y generosos con los demás.
Un saludo para todos y mi deseo de que siempre permanezcamos instalados en los momentos de "saber estar", los cuales son los que predominan mayoritariamente como tónica general, en este querido rincón para nosotros que es RE, y por los cuales todos hemos de felicitarnos.
Entre las consideraciones que yo siempre tengo en cuenta cuando acaecen este tipo de desavenencias es la gran diferencia que existe entre nuestra forma de expresarnos oralmente respecto a cuando lo hacemos de forma escrita.
En la expresión oral existen los tonos, los ritmos y melodías que aplicamos a nuestras expresiones, mientras que en el género epistolar está el tono, el ritmo y la interpretación que aplican a nuestros textos aquellos que nos leen. Siempre me he preguntado (ante situaciones de este tipo) cómo sería la respuesta si quien se siente ofendido o molesto hubiese tenido la oportunidad de recibir las expresiones del otro en modo verbal. Posiblemente en muchos casos la situación habría cambiado y no hubiese alcanzado la trascendencia que -por ser expresiones escritas- en ocasiones han llegado a adquirir la interpretación de lo leído.
A esto hay que sumar el que nuestras prisas, en muchas ocasiones no impiden redactar los textos con la serenidad y el cuidado que en ocasiones deseáramos, amén de la influencia que puede tener para nosotros el acudir a este rincón después del acumulo de cansancio de todo un día de trabajo, las presiones personales que nos rodean de forma cotidiana (familiares, laborales, etc.), que determinan nuestro estado anímico en momentos puntuales.
Nunca he intervenido -ni lo haré- en verter opiniones en hilos objeto de polémica, entre otras razones porque antepongo a éstas las consideraciones anteriormente expuestas, de ahí que siempre mi conciencia haga disculpar a las partes intervinientes. También entiendo el sentir de amistad que la mayoría tenemos hacia cuantos estamos presentes en este lugar de reunión (aún sin conocernos personalmente), lo cual en ocasiones nos puede llevar a ciertas licencias de expresión en la consideración de que quienes las reciben son nuestros amigos y compañeros, por lo que obvio cualquier mala intencionalidad en dichas expresiones -en la mayoría de las ocasiones expuestas con gracia, simpatía y jocosa ironía-, lo cual incluso alimenta el entretenimiento de la lectura de algunos posteos.
Cierro esta reflexión -hecha en voz alta- abogando por que, nuestra madura racionalidad y la superior categoría con que nos ha distinguido la naturaleza respecto a otras especies con las que compartimos la tierra que pisamos, nos hagan más tolerantes, compresivos y generosos con los demás.
Un saludo para todos y mi deseo de que siempre permanezcamos instalados en los momentos de "saber estar", los cuales son los que predominan mayoritariamente como tónica general, en este querido rincón para nosotros que es RE, y por los cuales todos hemos de felicitarnos.