Todo empezo alla por julio de 1992, el año de la Expo y las olimpiadas. Tras aprobar selectividad el padre de un joven tuvo la deferencia de gastar 50000 de las antiguas pesetas en un regalo para su hijo: un cronografo Lotus, que en aquella epoca se llevaba mucho (la marca, no este en particular).
Era un reloj "grande" (40 mm), de "machotes", y bueno de narices. Obviamente su feliz dueño no habia oido hablar aun de Patek Philippe.
Esfera verde, con muchas "agujitas", ¡incluso podia calcular rumbos de navegacion!. Que su propietario no tuviese barco daba igual.
Por detras... ¡coño, 10 atmosferas!. Ya podia ir a ver tiburones y saber la hora a la vez.
Al principio, aun gustandole mucho los relojes, el uso principal del reloj era fardar delante de los amigos que seguian con sus Casios la mayoria: "Mira, mira lo "gordo" que es".
"Y por el otro lado tambien".
"¿Y pa que cohones quieres tanta manecilla?","no me gasto 50000 pelas en un reloj ni jarto vino", "totá, pa ver la hora...", eran los comentarios mas comunes.
Trece años despues el humilde Lotus habia conocido 3 continentes, recibido multitud de golpes, se habia sumergido en mares, oceanos y piscinas, habia volado en avioneta, habia caido en una chimenea encendida... y ahi seguia, dandole la hora fielmente a su propietario. La saeta del dia del mes se quedaba atascada en el dia 9 pero lo demas iba perfecto. 13 años y nunca se habia parado, solo en los cambios de bateria. Nunca mostro el minimo atisbo de que hubiese perdido su estanqueidad. Su agradecido propietario decidio entonces darle su merecida jubilacion: lo llevo al servicio oficial e hizo que le arreglaran la saeta discordante, lo engrasaran, le quitaran las "arrugas" y le sustituyeran el cristal. Desgraciadamente su bisel hace años que dejo de ser fabricado y permanecio mostrando los signos de su edad, de todo lo que habia vivido y padecido.
Trece años. Su dueño aprendio a valorarlo. Hace ya muchos años que dejo de ver alguno igual en otra muñeca que no fuera la suya. Descubrio lo raro que es encontrar, incluso en un cuarzo, un reloj analogico que tuviese calendario perpetuo, que tuviera una saeta de movimiento retrogrado y que fuese capaz de medir decimas de segundo.
Humilde, si. Incluso vulgar. Pero su dueño me ha contado que incluso se pensaria mucho, pero mucho, un cambio "a pelo" por un Lange o un Patek. Hay cosas que el dinero no puede comprar y el cariño, aunque sea a una maquina, es una de ellas.

Era un reloj "grande" (40 mm), de "machotes", y bueno de narices. Obviamente su feliz dueño no habia oido hablar aun de Patek Philippe.
Esfera verde, con muchas "agujitas", ¡incluso podia calcular rumbos de navegacion!. Que su propietario no tuviese barco daba igual.

Por detras... ¡coño, 10 atmosferas!. Ya podia ir a ver tiburones y saber la hora a la vez.

Al principio, aun gustandole mucho los relojes, el uso principal del reloj era fardar delante de los amigos que seguian con sus Casios la mayoria: "Mira, mira lo "gordo" que es".

"Y por el otro lado tambien".

"¿Y pa que cohones quieres tanta manecilla?","no me gasto 50000 pelas en un reloj ni jarto vino", "totá, pa ver la hora...", eran los comentarios mas comunes.

Trece años despues el humilde Lotus habia conocido 3 continentes, recibido multitud de golpes, se habia sumergido en mares, oceanos y piscinas, habia volado en avioneta, habia caido en una chimenea encendida... y ahi seguia, dandole la hora fielmente a su propietario. La saeta del dia del mes se quedaba atascada en el dia 9 pero lo demas iba perfecto. 13 años y nunca se habia parado, solo en los cambios de bateria. Nunca mostro el minimo atisbo de que hubiese perdido su estanqueidad. Su agradecido propietario decidio entonces darle su merecida jubilacion: lo llevo al servicio oficial e hizo que le arreglaran la saeta discordante, lo engrasaran, le quitaran las "arrugas" y le sustituyeran el cristal. Desgraciadamente su bisel hace años que dejo de ser fabricado y permanecio mostrando los signos de su edad, de todo lo que habia vivido y padecido.
Trece años. Su dueño aprendio a valorarlo. Hace ya muchos años que dejo de ver alguno igual en otra muñeca que no fuera la suya. Descubrio lo raro que es encontrar, incluso en un cuarzo, un reloj analogico que tuviese calendario perpetuo, que tuviera una saeta de movimiento retrogrado y que fuese capaz de medir decimas de segundo.

Humilde, si. Incluso vulgar. Pero su dueño me ha contado que incluso se pensaria mucho, pero mucho, un cambio "a pelo" por un Lange o un Patek. Hay cosas que el dinero no puede comprar y el cariño, aunque sea a una maquina, es una de ellas.