rgil
Milpostista
Sin verificar
Estos dos relojes, como casi todos, tienen su pequeña historia.
El de la izquierda perteneció a mi abuelo, muerto mucho antes de nacer yo. Me lo dio un tío mío, que me eligió, para seguir así la línea familiar, (por aquel entonces, yo no coleccionaba relojes, ni les tocaba las tripas).
No funcionaba, pero su única avería era que le faltaba el trinquete.
Este reloj es uno de los responsables de que me aficionara a la mecánica de los relojes. Pensé que me gustaría arreglarlo yo mismo. Así que lo guarde, tal cual estaba, y empecé a hacer practicas con otros relojes, allá por el 2002.
Un año después, en el 2003, ya muy metido en el mundo de la mecánica relojera, compré un reloj de la misma marca. Este tampoco funcionaba, le faltaba la tija, pero tenia un precioso trinquete, y aunque el movimiento es distinto en ambos relojes, servia estupendamente para el reloj de mi abuelo. Así que completé el reloj familiar y guardé este otro en espera de su momento.
Estas navidades me acordé del reloj de bolsillo que había donado su trinquete. Hace mucho que no hacía nada un poco especial, así que, decidí fabricar el otro trinquete.
Podía haber buscado en los almacenes un trinquete nuevo, pero eso, no es divertido. Aceptar el reto de fabricarlo, si lo es.
El trinquete debe de ser aproximadamente así.
El trinquete es una chapita de acero de 0,56 mm de grosor, así que elegí una pequeña brida de sujetar tubos de electricista, cuya parte plana tiene 0.75 mm. Es pequeña, pero de la parte plana se pueden fabricar incluso cuatro piezas.
Es bueno empezar mas de una pieza, mientras el proceso de fabricación es fácil y rápido, ya que muchas veces conforme avanza el trabajo, se van estropeando algunas. Si tienes varias, pues pasar a la siguiente y ya esta.
El taladro para el tornillo tiene 1,3 mm de diámetro.
Es maravilloso, lo fácil que taladra una broca helicoidal montada en un taladro eléctrico.
Como no tengo esa broca, hago un taladro de 1,0 mm y con una lima de cola de ratón, lo agrando hasta su tamaño.
La cabeza del tornillo va metida dentro de la pieza, dentro de un rebaje (avellanado) en la pieza. El tornillo tampoco estaba en el reloj, así que busqué uno en mi caja de los tornillos. La cabeza es mucho mas grande que el de origen, pero, esto es lo que hay.
El avellanado, ahora, debe de ser de 2,3 mm.
Para hacer este avellanado, se me ocurre modificar la punta de una broca de 2,5 mm, de forma que en una sola operación, agrande el orificio de 1,0 a 1,3 mm y haga el avellanado para la cabeza del tornillo.
Como se ve, hay mucha improvisación en este proceso. Ideas que se me ocurren conforme el trabajo va avanzando.
Va tan bien, que preparo los cuatro agujeros. ¡El limar se va a acabar!
La profundidad del chaflán la hago a “ojo”, ¡De cuatro agujeros, alguno saldrá bien!
El resultado es muy bueno, salvo porque el ángulo del chaflán, no es demasiado vivo. Para solucionarlo, vuelvo a modificar la punta de la broca, quitando la parte central y aumentándole la viveza del ángulo en sus bordes. Con la broca así, solo hace falta un pequeño repaso, apenas una ligerísima pasada.
El resultado no es perfecto, pero si aceptablemente bueno.
De los dos agujeros del extremo, uno de ellos ha quedado muy profundo y el otro mas superficial, de forma que, en uno de ellos hay que limar por la parte de arriba y en el otro por la parte de abajo.
Decido cortar la chapa en dos, para hacer el limado que adelgazara la chapa hasta los 0,55 mm que debe tener. Después, con una lima de metales, el afinado de la chapa se hace muy rápido, en una por un lado y en la otra por el otro.
Ya con la chapa del grosor adecuado, marco la forma que debe tener el contorno, para empezar a tallarlo.
Se ve un punto marcado. Es la primera intentona para situar el lugar donde debe estar el tetón que hace de tope para el resorte del trinquete.
Ha quedado muy mal situado, así que decido avanzar antes un poco en el proceso de tallado del contorno de la pieza. De esta forma será mas fácil ver su ubicación correcta
Este tallado lo hago con una lima de metales. Hay que quitar tan pocos milímetros de material, que es proceso es muy rápido.
Aquí tuve otro fallo. Lo correcto habría sido tallar lo primero, los dos dientes del trinquete. Hacerlo mientras conserva la pieza de unión a la chapa de metal, permite sujetarla fácilmente.
Así habría sido mas fácil de hacer, pero me di cuenta demasiado tarde.
Ahora que ya se aprecia la forma que debe tener, empiezo la operación mas difícil. Hacer un taladro, de 0,30 mm para poner el tope al que empujara el resorte del trinquete.
Pueden verse varias marcas. No es fácil decidir cual es la ubicación correcta. Tambien un detalle de la punta de la broca que debe hacer el trabajo.
Preparo, a partir de un alfiler, una de las conocidas brocas de pala.
http://www.inforeloj.com/spa/item/brocas_relojero.html
Usando la Dremmel, se hacen los rebajes fácilmente sin destemplar el alfiler, lo cual es mucho mas cómodo.
La afilo y comienzo el taladro con la bailarina (el taladro de columna no es capaz de coger una broca tan fina).
Hay que afilarla cada 4 o 6 vueltas, pero recién afilada, saca una o dos pequeñísimas virutas y muy lentamente, pero se ve como va avanzando el taladro.
El proceso es muy lento, pero no es pesado. En una broca tan fina, afilarla se reduce a dar tres pequeñas pasadas, por cada lado, sobre la piedra de afilar, sin hacer apenas fuerza.
Un rato después, por el otro lado del taladro, se ve una pequeña abolladura producida por la cabeza de la broca, que ya casi llega al otro lado. Taladrando ahora sobre ese pequeño montículo, el pequeño agujerito queda terminado.
Que sensación tan agradable ver ese pequeñísimo orificio, hecho por uno mismo, con una broca hecha por uno mismo.
Lo que viene ahora es muy agradable. Hay que fabricar, al torno, la varilla que se alojara en ese agujerito. Trabajar al torno, produce una sensación muy agradable, incluso haciéndolo con la Dremmel.
A partir de un pequeño clavo, en poco rato, queda lista la varilla.
El proceso es muy rápido.
Aquí una vista de cómo quedan las piezas, a la espera de ser clavada la varilla.
La varilla se corta con una pequeña piedra de afilar y se clava en su orificio.
Después se lija a ras de la superficie, hasta que casi no se ve la cabeza.
Por el otro lado, se acorta con la piedra, pero prefiero dejarla ligeramente larga. Es mejor que sobre a no que falte.
Para tallar los dientes de la pieza, empiezo con la piedra de afilar, pero no es mucho lo que me atrevo a quitar por este medio. Esta herramienta “come” demasiado rápido.
A partir de aquí, mejor seguir a lima.
Conservo la unión a la chapa todo el tiempo que puedo. Con esta pieza, es muy fácil sujetar la pieza, mientras que en cuanto la corte, sujetarla será mucho mas difícil y molesto.
Ya con el cordón umbilical roto, son muy pocos los cambios que hay que darle. Sobre todo va a ser una labor de ajuste, pues aunque a simple vista, la pieza es muy parecida a su modelo, al colocarla, las diferencias son muy evidentes.
Así debería de quedar.
Y así queda en realidad.
El diente fino es demasiado largo y no deja que el trinquete pueda girar sobre su eje. También hay que limar ligeramente en el costado derecho, para que el trinquete llegue a su tope.
El tallado de los dos dientes del trinquete era una de las operaciones de mas importancia. Pues bien, aquí ha habido otro fallo. En el diente pequeño, la base ha salido demasiado delgada. Este diente no creo que sea demasiado fuerte, aunque como este reloj va a funcionar durante muy pocos días al año, tampoco creo que vaya a romperse.
Esta es una comparación por la parte de atrás.
Ya terminado el ajuste, un buen pulido hace que gane mucho es apariencia.
Una fotografía para hacerse a la idea de los tamaños.
Esto es un trinquete de reloj de bolsillo, ni me imagino el mismo trabajo par un diminuto reloj de señora.
La pieza no ha quedado perfecta. Alguien acostumbrado a ver movimientos, descubrirá rápidamente la falta de concentricidad en la pieza, o que sus bordes no tienen esa suave continuidad de las bonitas piezas de reloj.
Sin embargo, la funcionalidad es buena. Dos fotografías con las dos posiciones del trinquete, reteniendo y remontando.
Una imagen de los dos hermanos funcionando juntos.
Esto ha sido algo así como un ejercicio de escuela, que además ha resultado muy divertido (y que no se si habría aprobado).
Pero no fue el primer intento de fabricación.
Ahora falta fabricar la tija, pero eso, será ya para el próximo capitulo.
Como siempre, espero que os agrade
El de la izquierda perteneció a mi abuelo, muerto mucho antes de nacer yo. Me lo dio un tío mío, que me eligió, para seguir así la línea familiar, (por aquel entonces, yo no coleccionaba relojes, ni les tocaba las tripas).
No funcionaba, pero su única avería era que le faltaba el trinquete.
Este reloj es uno de los responsables de que me aficionara a la mecánica de los relojes. Pensé que me gustaría arreglarlo yo mismo. Así que lo guarde, tal cual estaba, y empecé a hacer practicas con otros relojes, allá por el 2002.
Un año después, en el 2003, ya muy metido en el mundo de la mecánica relojera, compré un reloj de la misma marca. Este tampoco funcionaba, le faltaba la tija, pero tenia un precioso trinquete, y aunque el movimiento es distinto en ambos relojes, servia estupendamente para el reloj de mi abuelo. Así que completé el reloj familiar y guardé este otro en espera de su momento.
Estas navidades me acordé del reloj de bolsillo que había donado su trinquete. Hace mucho que no hacía nada un poco especial, así que, decidí fabricar el otro trinquete.
Podía haber buscado en los almacenes un trinquete nuevo, pero eso, no es divertido. Aceptar el reto de fabricarlo, si lo es.
El trinquete debe de ser aproximadamente así.
El trinquete es una chapita de acero de 0,56 mm de grosor, así que elegí una pequeña brida de sujetar tubos de electricista, cuya parte plana tiene 0.75 mm. Es pequeña, pero de la parte plana se pueden fabricar incluso cuatro piezas.
Es bueno empezar mas de una pieza, mientras el proceso de fabricación es fácil y rápido, ya que muchas veces conforme avanza el trabajo, se van estropeando algunas. Si tienes varias, pues pasar a la siguiente y ya esta.
El taladro para el tornillo tiene 1,3 mm de diámetro.
Es maravilloso, lo fácil que taladra una broca helicoidal montada en un taladro eléctrico.
Como no tengo esa broca, hago un taladro de 1,0 mm y con una lima de cola de ratón, lo agrando hasta su tamaño.
La cabeza del tornillo va metida dentro de la pieza, dentro de un rebaje (avellanado) en la pieza. El tornillo tampoco estaba en el reloj, así que busqué uno en mi caja de los tornillos. La cabeza es mucho mas grande que el de origen, pero, esto es lo que hay.
El avellanado, ahora, debe de ser de 2,3 mm.
Para hacer este avellanado, se me ocurre modificar la punta de una broca de 2,5 mm, de forma que en una sola operación, agrande el orificio de 1,0 a 1,3 mm y haga el avellanado para la cabeza del tornillo.
Como se ve, hay mucha improvisación en este proceso. Ideas que se me ocurren conforme el trabajo va avanzando.
Va tan bien, que preparo los cuatro agujeros. ¡El limar se va a acabar!
La profundidad del chaflán la hago a “ojo”, ¡De cuatro agujeros, alguno saldrá bien!
El resultado es muy bueno, salvo porque el ángulo del chaflán, no es demasiado vivo. Para solucionarlo, vuelvo a modificar la punta de la broca, quitando la parte central y aumentándole la viveza del ángulo en sus bordes. Con la broca así, solo hace falta un pequeño repaso, apenas una ligerísima pasada.
El resultado no es perfecto, pero si aceptablemente bueno.
De los dos agujeros del extremo, uno de ellos ha quedado muy profundo y el otro mas superficial, de forma que, en uno de ellos hay que limar por la parte de arriba y en el otro por la parte de abajo.
Decido cortar la chapa en dos, para hacer el limado que adelgazara la chapa hasta los 0,55 mm que debe tener. Después, con una lima de metales, el afinado de la chapa se hace muy rápido, en una por un lado y en la otra por el otro.
Ya con la chapa del grosor adecuado, marco la forma que debe tener el contorno, para empezar a tallarlo.
Se ve un punto marcado. Es la primera intentona para situar el lugar donde debe estar el tetón que hace de tope para el resorte del trinquete.
Ha quedado muy mal situado, así que decido avanzar antes un poco en el proceso de tallado del contorno de la pieza. De esta forma será mas fácil ver su ubicación correcta
Este tallado lo hago con una lima de metales. Hay que quitar tan pocos milímetros de material, que es proceso es muy rápido.
Aquí tuve otro fallo. Lo correcto habría sido tallar lo primero, los dos dientes del trinquete. Hacerlo mientras conserva la pieza de unión a la chapa de metal, permite sujetarla fácilmente.
Así habría sido mas fácil de hacer, pero me di cuenta demasiado tarde.
Ahora que ya se aprecia la forma que debe tener, empiezo la operación mas difícil. Hacer un taladro, de 0,30 mm para poner el tope al que empujara el resorte del trinquete.
Pueden verse varias marcas. No es fácil decidir cual es la ubicación correcta. Tambien un detalle de la punta de la broca que debe hacer el trabajo.
Preparo, a partir de un alfiler, una de las conocidas brocas de pala.
http://www.inforeloj.com/spa/item/brocas_relojero.html
Usando la Dremmel, se hacen los rebajes fácilmente sin destemplar el alfiler, lo cual es mucho mas cómodo.
La afilo y comienzo el taladro con la bailarina (el taladro de columna no es capaz de coger una broca tan fina).
Hay que afilarla cada 4 o 6 vueltas, pero recién afilada, saca una o dos pequeñísimas virutas y muy lentamente, pero se ve como va avanzando el taladro.
El proceso es muy lento, pero no es pesado. En una broca tan fina, afilarla se reduce a dar tres pequeñas pasadas, por cada lado, sobre la piedra de afilar, sin hacer apenas fuerza.
Un rato después, por el otro lado del taladro, se ve una pequeña abolladura producida por la cabeza de la broca, que ya casi llega al otro lado. Taladrando ahora sobre ese pequeño montículo, el pequeño agujerito queda terminado.
Que sensación tan agradable ver ese pequeñísimo orificio, hecho por uno mismo, con una broca hecha por uno mismo.
Lo que viene ahora es muy agradable. Hay que fabricar, al torno, la varilla que se alojara en ese agujerito. Trabajar al torno, produce una sensación muy agradable, incluso haciéndolo con la Dremmel.
A partir de un pequeño clavo, en poco rato, queda lista la varilla.
El proceso es muy rápido.
Aquí una vista de cómo quedan las piezas, a la espera de ser clavada la varilla.
La varilla se corta con una pequeña piedra de afilar y se clava en su orificio.
Después se lija a ras de la superficie, hasta que casi no se ve la cabeza.
Por el otro lado, se acorta con la piedra, pero prefiero dejarla ligeramente larga. Es mejor que sobre a no que falte.
Para tallar los dientes de la pieza, empiezo con la piedra de afilar, pero no es mucho lo que me atrevo a quitar por este medio. Esta herramienta “come” demasiado rápido.
A partir de aquí, mejor seguir a lima.
Conservo la unión a la chapa todo el tiempo que puedo. Con esta pieza, es muy fácil sujetar la pieza, mientras que en cuanto la corte, sujetarla será mucho mas difícil y molesto.
Ya con el cordón umbilical roto, son muy pocos los cambios que hay que darle. Sobre todo va a ser una labor de ajuste, pues aunque a simple vista, la pieza es muy parecida a su modelo, al colocarla, las diferencias son muy evidentes.
Así debería de quedar.
Y así queda en realidad.
El diente fino es demasiado largo y no deja que el trinquete pueda girar sobre su eje. También hay que limar ligeramente en el costado derecho, para que el trinquete llegue a su tope.
El tallado de los dos dientes del trinquete era una de las operaciones de mas importancia. Pues bien, aquí ha habido otro fallo. En el diente pequeño, la base ha salido demasiado delgada. Este diente no creo que sea demasiado fuerte, aunque como este reloj va a funcionar durante muy pocos días al año, tampoco creo que vaya a romperse.
Esta es una comparación por la parte de atrás.
Ya terminado el ajuste, un buen pulido hace que gane mucho es apariencia.
Una fotografía para hacerse a la idea de los tamaños.
Esto es un trinquete de reloj de bolsillo, ni me imagino el mismo trabajo par un diminuto reloj de señora.
La pieza no ha quedado perfecta. Alguien acostumbrado a ver movimientos, descubrirá rápidamente la falta de concentricidad en la pieza, o que sus bordes no tienen esa suave continuidad de las bonitas piezas de reloj.
Sin embargo, la funcionalidad es buena. Dos fotografías con las dos posiciones del trinquete, reteniendo y remontando.
Una imagen de los dos hermanos funcionando juntos.
Esto ha sido algo así como un ejercicio de escuela, que además ha resultado muy divertido (y que no se si habría aprobado).
Pero no fue el primer intento de fabricación.
Ahora falta fabricar la tija, pero eso, será ya para el próximo capitulo.
Como siempre, espero que os agrade