
Super 8
De la casa
Sin verificar

(...)
En esta inusual comunicación corporativa, el grupo presidido por Isidoro Álvarez se ha apresurado a alardear de que cuenta con unos fondos propios de 7.450 millones de euros y un extenso patrimonio inmobiliario, cuyo valor supera con creces los 10.000 millones, para hacer valer su posición negociadora frente a las entidades financieras. “El portafolio de activos inmobiliarios, situados en lugares irrepetibles, tiene un valor de mercado varias veces superior al importe de refinanciación”, comentan.
Seguramente sea así, pero habrá que analizar cada uno de estos activos para comprobarlo. Actualizarlos, vamos, como han hecho todas las empresas y los propios bancos, a la actual realidad del mercado.
En primer lugar, esos 7.450 millones de fondos propios responden al valor de éstos a 28 de febrero de 2012, la fecha en la que cerró el grupo distribuidor sus últimas cuentas. Habrá que ver a cuánto asciende el valor de dichos fondos un año después. El próximo verano saldremos de dudas.
Y en lo de que su patrimonio inmobiliario supera con creces los 10.000 millones de euros, pues lo mismo. Un ejemplo significativo de la devaluación de estos activos es la torre Windsor, el edificio de oficinas y espacio comercial levantado en el solar del antiguo inmueble que fue pasto de las llamas en febrero de 2005.
Ha llovido mucho ya desde aquel semestre, entre diciembre de 2006 y julio de 2007, cuando El Corte Inglés adquirió, por casi 500 millones de euros, la sociedad Ason Inmobiliaria de Arriendos, de la familia Reyzábal, propietaria del solar de la torre Windsor y del 20% de la torre Picasso, ambas situadas en Madrid, además del edificio Marbella y varios locales, también en la capital, y de diversos inmuebles en Castellón, Murcia y Vizcaya.
Solo seis meses después, El Corte Inglés hizo caja y vendió ese 20% de Torre Picasso a FCC por 170 millones, valorando así este edificio en 850 millones. Cifras mareantes que ya nada tienen que ver con lo que ahora estarían dispuestos a pagar potenciales compradores por inmuebles de estas características.
Bankia lo está pudiendo comprobar con su edificio del complejo de las Cuatro Torres, por el que pagó 815 millones a Mapfre y hoy nadie daría mucho más de 300 millones. O la misma FCC que, con sus deudas galopantes, tuvo que vender Torre Picasso a Amancio Ortega por 400 millones de euros a finales de 2011, un precio que suponía valorar el edificio por menos de la mitad de lo que se había contabilizado cuatro años antes cuando compró el 20% del inmueble a El Corte Inglés.
Así pues, todos los bancos acreedores están ávidos por conocer el verdadero valor al que El Corte Inglés tiene contabilizados sus inmuebles, para saber si supera con creces los 10.000 millones de euros, como dicen, o si por el contrario, esa cantidad resulta inferior. Y, con ello, saber a qué atenerse en las negociaciones abiertas para llegar a un acuerdo sobre la refinanciación de la deuda.