galunco
De la casa
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Episodio 3: el Wostok de mi abuelo
Este es el último episodio de la "trilogía" sobre mis relojes vintage familiares, que son los culpables directos de mi afición a la relojería.
Anteriormente os hablé del Longines de mi bisabuelo y del Seiko de mi padre, y ahora os hablaré del Vostok de mi abuelo materno, reloj que fue adquirido en Polonia por mi padre, para regalárselo. Había una relación especial entre ellos, y se tenían mucho cariño y respeto.
NOTA, gracias a Cabanillas: en realidad es un Wostok, versión destinada a la exportación.
A finales de los 70, mi padre hizo un viaje, por motivos profesionales, por algunos países de Europa del este, principalmente Alemania oriental (La antigüa RDA) y Polonia. En aquellos años, para un occidental tenía algo de aventura traspasar el telón de acero, y de hecho tuvo sus dificultades y anécdotas, que no vienen al caso. Hay que recordar que España no restableció plenamente las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética hasta aquella década, así como con la RDA y Polonia.
Como es habitual en los viajes, se compran regalos para la familia. Y uno de ellos fue este reloj, adquirido en una tienda polaca. Recuerdo oirle decir que el poder adquisitivo para un español era alto, los precios de las cosas le parecían ridículos. Me trajo unos cuantos zloty, la moneda local, ya que yo coleccionaba.
De vuelta a España, le regaló el reloj a mi abuelo, el cual le hizo mucha ilusión. Mi abuelo materno era una persona bastante humilde y sobria, no recuerdo que reloj tenía antes de éste, o si tuvo otros.... le recuerdo siempre con el Vostok, que conservaba como un tesoro y decía que "iba muy bien".
Me resulta curioso que el reloj ponga "made in USSR" en inglés, en contraste con los Vostok que compramos ahora, que vienen en ruso.....
Como podéis ver, está en un estado excelente para sus más de 40 años. En las fotos se magnifican mucho los detalles, pero en la muñeca parece un reloj totalmente nuevo, ni siquiera tiene el plexi rayado. Lo cual, me encanta...... como algunos sabéis, no me gusta la pátina.
Tras fallecer mi abuelo, el reloj retornó a la muñeca de mi padre, y tras el fallecimiento de mi padre, a mi. En gran parte fue gracias a mi padre -le gustaban los relojes- que hayan llegado a mi poder estas tres piezas familiares, que obviamente tienen un valor intangible para mi. Conservé el Vostok en una caja hasta que la incipiente afición a la relojería me hizo llevarlo al relojero, y recibió su primer servicio en sus más de 40 años de vida.
Antes de darle servicio, variaba 20 minutos diarios. Después de su paso por el relojero, está bastante mejor... Le puse una correa de cuero de watchbandcenter que me pareció apropiada, y es un reloj que uso ocasionalemente como reloj de vestir para ocasiones formales. Con sus aproximadamente 34 mm. me pareció enano la primera vez que me lo puse en la muñeca, pero una vez que uno se acostumbra a llevarlo, verdaderamente es un buen tamaño, incluso para mi muñeca abundante.
Es de cuerda manual, conserva todas sus partes originales, ni siquiera visitó nunca el relojero hasta el año pasado, y poco más os puedo decir sobre el reloj, pero si alguien me puede dar algún detalle técnico o histórico sobre el él, me encantará leerlo. Aunque prefiero no abrir la tapa trasera, soy un poco manazas y no tengo la herramienta.
Mi bisabuelo tenía un Longines y yo me compré otro. Mi padre tenía un Seiko y yo me compré otro. Mi abuelo tenía este Vostok, y aún no se ha cerrado el círculo. No me llaman mucho estéticamente la mayoría de los amphibia que veo cuando curioseo por el subforo de rusos, pero hace tiempo que me apetece uno de estos, más clásico.
Pero siempre que entro, está fuera de stock. Quizá me compre uno, como reloj de vestir. Parece un poco más pequeño que el Bambino, reloj que me encanta, pero me resulta grande.
Bueno, nada más. En esta cuarentena, tengo más tiempo libre y me apeteció contaros el episodio final de mi trilogía. Espero que os guste tanto como las historias que contáis vosotros.
Un saludo
Este es el último episodio de la "trilogía" sobre mis relojes vintage familiares, que son los culpables directos de mi afición a la relojería.
Anteriormente os hablé del Longines de mi bisabuelo y del Seiko de mi padre, y ahora os hablaré del Vostok de mi abuelo materno, reloj que fue adquirido en Polonia por mi padre, para regalárselo. Había una relación especial entre ellos, y se tenían mucho cariño y respeto.
NOTA, gracias a Cabanillas: en realidad es un Wostok, versión destinada a la exportación.
A finales de los 70, mi padre hizo un viaje, por motivos profesionales, por algunos países de Europa del este, principalmente Alemania oriental (La antigüa RDA) y Polonia. En aquellos años, para un occidental tenía algo de aventura traspasar el telón de acero, y de hecho tuvo sus dificultades y anécdotas, que no vienen al caso. Hay que recordar que España no restableció plenamente las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética hasta aquella década, así como con la RDA y Polonia.
Como es habitual en los viajes, se compran regalos para la familia. Y uno de ellos fue este reloj, adquirido en una tienda polaca. Recuerdo oirle decir que el poder adquisitivo para un español era alto, los precios de las cosas le parecían ridículos. Me trajo unos cuantos zloty, la moneda local, ya que yo coleccionaba.
De vuelta a España, le regaló el reloj a mi abuelo, el cual le hizo mucha ilusión. Mi abuelo materno era una persona bastante humilde y sobria, no recuerdo que reloj tenía antes de éste, o si tuvo otros.... le recuerdo siempre con el Vostok, que conservaba como un tesoro y decía que "iba muy bien".
Me resulta curioso que el reloj ponga "made in USSR" en inglés, en contraste con los Vostok que compramos ahora, que vienen en ruso.....
Como podéis ver, está en un estado excelente para sus más de 40 años. En las fotos se magnifican mucho los detalles, pero en la muñeca parece un reloj totalmente nuevo, ni siquiera tiene el plexi rayado. Lo cual, me encanta...... como algunos sabéis, no me gusta la pátina.
Tras fallecer mi abuelo, el reloj retornó a la muñeca de mi padre, y tras el fallecimiento de mi padre, a mi. En gran parte fue gracias a mi padre -le gustaban los relojes- que hayan llegado a mi poder estas tres piezas familiares, que obviamente tienen un valor intangible para mi. Conservé el Vostok en una caja hasta que la incipiente afición a la relojería me hizo llevarlo al relojero, y recibió su primer servicio en sus más de 40 años de vida.
Antes de darle servicio, variaba 20 minutos diarios. Después de su paso por el relojero, está bastante mejor... Le puse una correa de cuero de watchbandcenter que me pareció apropiada, y es un reloj que uso ocasionalemente como reloj de vestir para ocasiones formales. Con sus aproximadamente 34 mm. me pareció enano la primera vez que me lo puse en la muñeca, pero una vez que uno se acostumbra a llevarlo, verdaderamente es un buen tamaño, incluso para mi muñeca abundante.
Es de cuerda manual, conserva todas sus partes originales, ni siquiera visitó nunca el relojero hasta el año pasado, y poco más os puedo decir sobre el reloj, pero si alguien me puede dar algún detalle técnico o histórico sobre el él, me encantará leerlo. Aunque prefiero no abrir la tapa trasera, soy un poco manazas y no tengo la herramienta.
Mi bisabuelo tenía un Longines y yo me compré otro. Mi padre tenía un Seiko y yo me compré otro. Mi abuelo tenía este Vostok, y aún no se ha cerrado el círculo. No me llaman mucho estéticamente la mayoría de los amphibia que veo cuando curioseo por el subforo de rusos, pero hace tiempo que me apetece uno de estos, más clásico.
Pero siempre que entro, está fuera de stock. Quizá me compre uno, como reloj de vestir. Parece un poco más pequeño que el Bambino, reloj que me encanta, pero me resulta grande.
Bueno, nada más. En esta cuarentena, tengo más tiempo libre y me apeteció contaros el episodio final de mi trilogía. Espero que os guste tanto como las historias que contáis vosotros.
Un saludo
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