Cientos de horas de felicidad le debo a Ibáñez, cuyos personajes -sobre todo Mortadelo-siempre fueron mis favoritos por encima de los de Raf, Escobar, Vázquez...sin desmerecerlos.
Yo soy de la generación de los que vivió la transición de aún comprarlos en el kiosko en revista, como ha contado
@Jose Perez aunque enseguida llegaron los formatos antológicos, bien las aventuras largas encuadernadas, o los "Super Humor" que empezaron llamándose "Magos del Humor" .
Como he leído en varias reseñas, sobre todo fue un tío trabajador, un estajanovista. Increíble la cantidad de detalles y chistes ocultos que descubrías es sus viñetas, en segundas y terceras lecturas....
Y sí, como muchos apuntáis, gracias a él, entre otros, muchos cogimos el gusto a eso de abrir un libro.
Descanse en paz.