tocino
Milpostista
Sin verificar
Supongo, uno es algo dado a suponer y de ahí algún chasco, nada grave, tampoco servidor supone mucho más allá de la cuenta, que lo políticamente correcto ordena y manda que en la pareja reine la más absoluta de las confianzas, lo que impide la aparición del fantasma de los celos, que sólo indica no sé cuántas taras sicológicas y de otras clases. Podría ser.
Hay quienes arguyen que en su justa medida y bien administrados dan cierta chispa a la relación. En qué consista la chispa, cuál sea la medida y cómo hayan de ser administrados yo no lo sé. La afirmación me la hizo un abuelo que dijo haber sido ayudante de buzo de joven. Me chocó porque Cela cita uno de ese oficio, igual era este. Me contó que le había dado celos a su mujer con una vecina veinte años mayor, y que durante dos semanas o tres se había sentido muy galán, así, muy galán dijo, viéndola rabiar; y que si se lo hace ella la desloma. Lo creí. El ayudante de buzo parecía persona seria y formal. Y con chispa, se podía añadir.
Aun así, he oído decir que a las mujeres, a veces, les gusta dar celos para sentirse importantes; dicho así resulta chocante, más aún considerando el tan cañí “la maté porque era mía” que nos persigue como vergonzosa pesadilla. En fin, cada uno se sabe sus cosas, igual es mentira.
La definición más completa, para mi gusto, la canta Fernando en Doña Francisquita:
<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o😛> </o😛>
<o😛> </o😛>
así, parece que Fernando considera en estos dos versos que si despierta, el durmiente se evitará algún mal o no se perderá algún bien en cuestiones de amor. Los celos, nacidos además del humo del cariño, serían algo positivo.
Uno, que en estas cosas es más bien ecléctico y se compromete poco, piensa que según.<o😛> </o😛>
Y llegados a este punto quisiera saber más opiniones sobre el tema, y si no , pues tal día hará un año y tan amigos. Por pasar un ratillo, mayormente.
Hay quienes arguyen que en su justa medida y bien administrados dan cierta chispa a la relación. En qué consista la chispa, cuál sea la medida y cómo hayan de ser administrados yo no lo sé. La afirmación me la hizo un abuelo que dijo haber sido ayudante de buzo de joven. Me chocó porque Cela cita uno de ese oficio, igual era este. Me contó que le había dado celos a su mujer con una vecina veinte años mayor, y que durante dos semanas o tres se había sentido muy galán, así, muy galán dijo, viéndola rabiar; y que si se lo hace ella la desloma. Lo creí. El ayudante de buzo parecía persona seria y formal. Y con chispa, se podía añadir.
Aun así, he oído decir que a las mujeres, a veces, les gusta dar celos para sentirse importantes; dicho así resulta chocante, más aún considerando el tan cañí “la maté porque era mía” que nos persigue como vergonzosa pesadilla. En fin, cada uno se sabe sus cosas, igual es mentira.
La definición más completa, para mi gusto, la canta Fernando en Doña Francisquita:
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son mosquitos que vuelan junto al que duerme
y zumbando le obligan a que despierte
así, parece que Fernando considera en estos dos versos que si despierta, el durmiente se evitará algún mal o no se perderá algún bien en cuestiones de amor. Los celos, nacidos además del humo del cariño, serían algo positivo.
Uno, que en estas cosas es más bien ecléctico y se compromete poco, piensa que según.<o😛> </o😛>
Y llegados a este punto quisiera saber más opiniones sobre el tema, y si no , pues tal día hará un año y tan amigos. Por pasar un ratillo, mayormente.