Super 8
De la casa
Sin verificar
A pesar de tener relojes de mayor precio, el que se convirtió en mi reloj especial para los fines de semana y festivos fué el Eterna Soleure. No es un reloj que fué "el primero en algo", no es un nombre mítico en relojería, no es uno de esos "must have" para aficionado y tampoco lo anunciaba ningún famosete. Pero a veces te enamoras del reloj que menos te esperas. El Soleure es un reloj que además de bonito era cómodo de llevar y con una hora legible.
Y, claro, no se me ocurrió mejor reloj que regalarle a mi progenitor que el que acabó siendo mi reloj favorito.
Y hete aquí que una persona querida ha tenido un detallazo conmigo regalándome éste magnífico Kronos con un precioso diseño clásico de inspiración años 50. Ha clavado mis gustos. Éste reloj se me hace tan bonito o más como lo era el Soleure.
La presentación es magnífico estuche simil lagarto con un detalle de marquetería, y con sobrecaja.
El tamaño de 42mm, el cual creo que es el perfecto para relojes de éste tipo. La esfera es negra y satinada, con unos bonitos índices coronados por un estilizado numeral 12 y un calendario a las '6 que la da simetría. Las agujas son de tipo Dauphine, la elección ideal para esa esfera. El cristal, algo bombeado, redondea el conjunto.
El reloj está muy bien acabado, como es de esperar teniendo un origen Zeno Basel. Tiene una cosa que suelo apreciar en relojes como es la trasera vista, que nos muestra la fiable y conocida máquina ETAsa 2824 con el rotor personalizado con el logo de la firma. Un detalle retro poco frecuente es la corona estrecha, tal y como llevaban algunos de los relojes de las primeras décadas del pasado siglo, y que a diferencia de coronas que sobresalen mucho y que quizá sean innecesarias en relojes automáticos, resulta muy cómoda en la muñeca. Para redondear el conjunto, el reloj viene con dos correas italianas, suaves y muy flexibles.
Cosas de la vida... otro reloj que llega a mi muñeca de una manera inesperada, me parece que se va a convertir, como lo fué ese Soleure que ahora disfruta mi padre, en ese reloj especial, compañero inseparable de los fines de semana.
Y, claro, no se me ocurrió mejor reloj que regalarle a mi progenitor que el que acabó siendo mi reloj favorito.
Y hete aquí que una persona querida ha tenido un detallazo conmigo regalándome éste magnífico Kronos con un precioso diseño clásico de inspiración años 50. Ha clavado mis gustos. Éste reloj se me hace tan bonito o más como lo era el Soleure.
La presentación es magnífico estuche simil lagarto con un detalle de marquetería, y con sobrecaja.
El tamaño de 42mm, el cual creo que es el perfecto para relojes de éste tipo. La esfera es negra y satinada, con unos bonitos índices coronados por un estilizado numeral 12 y un calendario a las '6 que la da simetría. Las agujas son de tipo Dauphine, la elección ideal para esa esfera. El cristal, algo bombeado, redondea el conjunto.
El reloj está muy bien acabado, como es de esperar teniendo un origen Zeno Basel. Tiene una cosa que suelo apreciar en relojes como es la trasera vista, que nos muestra la fiable y conocida máquina ETAsa 2824 con el rotor personalizado con el logo de la firma. Un detalle retro poco frecuente es la corona estrecha, tal y como llevaban algunos de los relojes de las primeras décadas del pasado siglo, y que a diferencia de coronas que sobresalen mucho y que quizá sean innecesarias en relojes automáticos, resulta muy cómoda en la muñeca. Para redondear el conjunto, el reloj viene con dos correas italianas, suaves y muy flexibles.
Cosas de la vida... otro reloj que llega a mi muñeca de una manera inesperada, me parece que se va a convertir, como lo fué ese Soleure que ahora disfruta mi padre, en ese reloj especial, compañero inseparable de los fines de semana.