Pocos comentarios mas coherentes que el tuyo he leido por aqui compañero, queremos trabajar con todos nuestros derechos pero gastar nuestro sueldo en lo que fabrica gente sin ellos para asi ahorrar, es un circulo vicioso que nos lleva a la hecatombe, quiza a corto plazo alguno piense que sale ganando pero estamos destrozando nosotros mismos nuestra sociedad.
moonrider... Hola...
Es muy cierto lo que dices y lo que expresó PIGUI.
Detrás de todo esto hay una incoherencia notable.
Te cuento un ejemplo palpable de ese tipo de actitudes, ocurrido en Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina, en la década del 90, en plena ola neoliberal y librecomercista.
Porque en Tierra del Fuego había (y hay) un régimen aduanero especial para fomentar la instalación de industrias que ha hecho que a lo largo de los años, desde la década del 70, se instalaran unas cuantas empresas fabricantes de productos electrónicos.
En realidad estas "fábricas" son simples "armadurías" que ensamblan componentes traídos de Japón, Corea o China principalmente y que no suelen ser, precisamente, "lo último" tecnológicamente hablando.
De esta manera, las industrias orientales se sacan de encima los excedentes de su producción correspondiente a "generaciones" anteriores y la colocan en países periféricos como el nuestro, mientras que fabrican (y venden en Europa y en USA) productos muy avanzados tecnológicamente.
En estas circunstancias, durante una de las
tantas oleadas neoliberales que propugnaban la libre importación de productos electrónicos de última generación (para satisfacer a los consumidores argentinos), los obreros y empleados de las fábricas electrónicas fueguinas hicieron una manifestación masiva en la calle principal de nuestra ciudad, llenándola con sus automóviles desde una punta hasta la otra y reclamando que no se abriera la importación de productos electrónicos terminados, para que ellos no perdieran sus fuentes de trabajo.
Lo incoherente del asunto es que la inmensa mayoría de esos manifestantes que paralizaron la ciudad con sus automóviles lo hicieron con autos importados (japoneses y coreanos) que tenían teconología mucho más avanzada que sus equivalentes de fabricación nacional y que habían podido comprar a precios mucho más bajos que los de los autos nacionales.
Esa tarde encontré a un amigo, empleado de una fábrica electrónica, que estaba tocando enfurecido la bocina de su auto importado y le hice notar la injusticia de que ellos pretendieran ser protegidos de la importación de productos electrónicos avanzados y, al mismo tiempo, mantener la ventaja de poder comprar automóviles con tecnología de punta aunque esa importación de automóviles de última generación hiciera caer en el paro a los obreros de las automotrices argentinas.
En ese momento mi amigo se enojó y me mandó a la mie..da, pero tiempo después, cuando volvimos a vernos, reconoció su error. Así se desmanteló buena parte de la industria argentina.
Un saludo
Jorge Aldao