Calla, calla, que por culpa de esa coronita mi mujer cree que estoy cada vez peor, como una chota, vamos.
Si ya lo creía cuando veía que los fotografiaba, no te digo nada desde que me vió buscándole la coronita al GMT.
Resulta que me encontró delante de un espejo con el reloj entre las manos, moviendo el reloj en diferentes posiciones mientras yo ladeaba de un lado a otro el cuello, acercando la cabeza al espejo.
Cuando le expliqué que buscaba la coronita, lejos de comprenderlo...
-¿¿De qué coronita me hablas??, me dijo, para después irse negando con la cabeza sin esperar respuesta.
Vamos que..., dejémoslo que eso no mejoró en absoluto su opinión.
Ah, eso sí la coronita la encontré.

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