Tal y como os prometí os muestro cuatro pinceladas de muestra acerca de cómo conservo yo el material estilofílico y objetos afines.
En primer lugar, si tengo cajas originales de época en buen estado suelo conservar las estilográficas, acompañadas o no de su lápiz ó bolígrafo hermano, en ellas. Todas en un cajón de mueble.
En segundo lugar, las estilográficas (y algún lapicero, bolígrafo, combo o similar) que no están en uso pero que se encuentran en buen estado, reparadas o restauradas si hiciere falta, y la inmensa mayoría completamente funcionales las conservo en estuches como los que mencionó MBonacina. En cada uno caben cincuenta ejemplares, veinticinco en cada cara. Aquí muestro uno de los estuches en los que conservo las Parker. Son estilográficas que no están en movimiento y después de varios años no he observado problemas.
Las estilográficas en rotación activa, de uso frecuente o que por la razón que sea van a ser empleadas en un futuro próximo las tengo en una cajita expositora en la sala de estar y en un estuche de piel. La mayoría están entintadas.
El material caligráfico, palilleros, cartuchos, rapidograph, Pelikan Graphos, etc ... en cajas de madera compartimentadas y embellecidas.
Las tintas las conservo en cajas de madera de las empleadas para guardar botellas de vino y cuyo contenido primigenio tuve que pimplarme bonitamente.