serixy
Forer@ Senior
Sin verificar
Por posible interés general, adjunto noticia del Expansión:
El alemán Christian Knoop es el encargado de diseñar con papel y lápiz en plena era digital la colección 150 aniversario de IWC. La joya de la corona, el IWC Portugieser Cronógrafo Edición 150 Years valorado en 7.950 euros.
Un folio en blanco y su carboncillo son el punto de partida para que Christian Knoop (Haldern, Alemania, 16 de mayo de 1970) continúe escribiendo la historia de IWC. En plena era digital, los sueños relojeros de la manufactura suiza, iniciados hace nada menos que 150 años, se expresan a través de los garabatos del director creativo de la firma y no con programas de modelado en 3D. De hecho, este germano de figura imponente -mide casi dos metros- destaca libreta en mano la parte más romántica de esos instrumentos que, a simple vista, sólo marcan las horas. "Un reloj conecta con su dueño a un nivel muy profundo y emocional. No hay otro objeto igual: sin duda, es seña de algún momento especial en la vida", explica señalando su muñeca.
Esa es la diferencia fundamental que encuentra Knoop entre las piezas a las que dedica ahora sus horas, minutos y segundos de trabajo y los electrodomésticos, muebles o interiores de avión con los que comenzó diseñando su carrera. "Ya admiraba la consistencia estética de esta insignia premium en el sector internacional de los relojes de lujo antes de entrar. ¡No es nada fácil cumplir siglo y medio!". Su mayor reto consiste en guardar un buen equilibrio entre el ADN de una marca con 900 puntos de venta en todo el mundo, incluyendo más de 60 boutiques y el hallazgo de nuevas funcionalidades tecnológicas con detalles a la vanguardia. "Me inspiro en los archivos de modelos históricos que llevan hablando el mismo lenguaje durante décadas aunque siempre trate de sorprender y de incorporar mi propio sello en las creaciones, que al final supone únicamente un 2% de la pieza final". Si algo tiene claro el creativo en medio de esa dicotomía "originalidad vs. esencia" es que la clave de un buen reloj es su identidad: "El mejor diseño es aquel que rápidamente se puede reconocer. Para mí el talento reside en crear novedad manteniendo el recuerdo".
Habla con los más de 1.100 empleados de IWC, entre ellos, 120 relojeros altamente cualificados por los que se deja asesorar. Mano a mano con las 15 personas dedicadas al proceso de diseño. "El engranaje de la cadena que envuelve al reloj debe ser perfecto, desde el marketing a la producción, el packaging o el departamento de calidad. Todos somos un equipo en un mundo que cada vez va más rápido y donde se multiplican las manufacturas y arquetipos".
Además de la arquitectura y el golf, le apasiona cómo las ideas que plasma en su libreta se traducen luego en relojes como los de la colección que celebra los 150 años de la insignia perteneciente al suizo Richemont Group. "Me siento muy honrado de poder idear accesorios que cuentan historias". Pero si tuviera que quedarse sólo con uno, se guía por el corazón: "Siempre será especial para mí el Portugieser Yacht Club de 2010. Fue uno de mis primeros proyectos para IWC y un hito importante para la marca al mismo tiempo".
Limitado a 2.000 ejemplares únicos, el IWC Portugieser Cronógrafo Edición 150 Years que homenajea el siglo y medio de historia de la manufactura equipa por primera vez el emblemático cronógrafo con un movimiento de la familia del calibre 69000. La cuerda de gatillo bidireccional acumula una reserva de marcha de 46 horas. El movimiento ornamentado se puede ver a través de un fondo con cristal de zafiro. Caja de acero de 41 mm. 7.950 euros.
Fuente: https://www.expansion.com/fueradeserie/relojes/2018/12/03/5baca00ce5fdea3b758b4688.html
El alemán Christian Knoop es el encargado de diseñar con papel y lápiz en plena era digital la colección 150 aniversario de IWC. La joya de la corona, el IWC Portugieser Cronógrafo Edición 150 Years valorado en 7.950 euros.
Un folio en blanco y su carboncillo son el punto de partida para que Christian Knoop (Haldern, Alemania, 16 de mayo de 1970) continúe escribiendo la historia de IWC. En plena era digital, los sueños relojeros de la manufactura suiza, iniciados hace nada menos que 150 años, se expresan a través de los garabatos del director creativo de la firma y no con programas de modelado en 3D. De hecho, este germano de figura imponente -mide casi dos metros- destaca libreta en mano la parte más romántica de esos instrumentos que, a simple vista, sólo marcan las horas. "Un reloj conecta con su dueño a un nivel muy profundo y emocional. No hay otro objeto igual: sin duda, es seña de algún momento especial en la vida", explica señalando su muñeca.
Esa es la diferencia fundamental que encuentra Knoop entre las piezas a las que dedica ahora sus horas, minutos y segundos de trabajo y los electrodomésticos, muebles o interiores de avión con los que comenzó diseñando su carrera. "Ya admiraba la consistencia estética de esta insignia premium en el sector internacional de los relojes de lujo antes de entrar. ¡No es nada fácil cumplir siglo y medio!". Su mayor reto consiste en guardar un buen equilibrio entre el ADN de una marca con 900 puntos de venta en todo el mundo, incluyendo más de 60 boutiques y el hallazgo de nuevas funcionalidades tecnológicas con detalles a la vanguardia. "Me inspiro en los archivos de modelos históricos que llevan hablando el mismo lenguaje durante décadas aunque siempre trate de sorprender y de incorporar mi propio sello en las creaciones, que al final supone únicamente un 2% de la pieza final". Si algo tiene claro el creativo en medio de esa dicotomía "originalidad vs. esencia" es que la clave de un buen reloj es su identidad: "El mejor diseño es aquel que rápidamente se puede reconocer. Para mí el talento reside en crear novedad manteniendo el recuerdo".
Habla con los más de 1.100 empleados de IWC, entre ellos, 120 relojeros altamente cualificados por los que se deja asesorar. Mano a mano con las 15 personas dedicadas al proceso de diseño. "El engranaje de la cadena que envuelve al reloj debe ser perfecto, desde el marketing a la producción, el packaging o el departamento de calidad. Todos somos un equipo en un mundo que cada vez va más rápido y donde se multiplican las manufacturas y arquetipos".
Además de la arquitectura y el golf, le apasiona cómo las ideas que plasma en su libreta se traducen luego en relojes como los de la colección que celebra los 150 años de la insignia perteneciente al suizo Richemont Group. "Me siento muy honrado de poder idear accesorios que cuentan historias". Pero si tuviera que quedarse sólo con uno, se guía por el corazón: "Siempre será especial para mí el Portugieser Yacht Club de 2010. Fue uno de mis primeros proyectos para IWC y un hito importante para la marca al mismo tiempo".
Limitado a 2.000 ejemplares únicos, el IWC Portugieser Cronógrafo Edición 150 Years que homenajea el siglo y medio de historia de la manufactura equipa por primera vez el emblemático cronógrafo con un movimiento de la familia del calibre 69000. La cuerda de gatillo bidireccional acumula una reserva de marcha de 46 horas. El movimiento ornamentado se puede ver a través de un fondo con cristal de zafiro. Caja de acero de 41 mm. 7.950 euros.
Fuente: https://www.expansion.com/fueradeserie/relojes/2018/12/03/5baca00ce5fdea3b758b4688.html
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