
aleherrero
Forer@ Senior
Sin verificar
El 13 de septiembre de 2019 me presentaba en este foro mostrando "mi caja", y va entre comillas porque no existía una caja física como tal. Los relojes que mostraba tenían, y tienen, muchísimo más valor sentimental que relojero. Llegaba como un total y absoluto neófito, y cinco años después, aunque sigo siendo un ignorante en este apasionante mundo, sí que hay mucho, mucho, que he aprendido. Sin embargo, como entonces, cuanto más conocimiento adquiero, más consciente soy de lo poco que se.
No obstante, basta comparar la "caja" de hace cinco años y la de hoy para observar que aunque mis relojes, todos, por circunstancias personales que no vienen al caso, tienen un valor esencialmente emocional, el valor relojero ha aumentado de forma notable.
Llegaba sin saber lo que era un armis.... así que haceros una idea, y estos eran mis relojes cinco años atrás. De ellos, los que más valor relojero tienen son sin duda el Tissot PRC200 y el Tag Heuer Formula 1 del 89, ambos conmigo desde siempre, 30 años en el caso del Tag.
Pero en estos 5 años he aprendido mucho, y basta ver mi caja (ahora de verdad) para observar que, efectivamente, eso es así. A una segunda se han relegado, no sin cierta pena, algunos modelos que ya no me pongo, pero que seguirán siempre conmigo y en funcionamiento porque forman parte de mi vida y han marcado momentos y circunstancias a los que están estrecha e irremediablemente ligados.
En mi caja actual, desafortunadamente por motivos personales y no demasiado felices, hay una buena cantidad de relojes que tienen un valor sentimental incalculable, y jamás de los jamases saldrán de ella.
No voy a relatar los modelos, porque los conoceréis casi todos, pero la evolución es evidente.
Y es que en estos años no se si sería exagerado decir que he aprendido a amar los relojes hasta el punto de no querer más cuarzos en mi vida. Hay auténticas maravillas, preciosas, deliciosas, que te entran por los ojos que, de repente, pierden todo mi interés cuando al revisar las características del movimiento me doy cuenta de que son cuarzos. No, no lo concibo, en estos cinco años he evolucionado hasta el punto de no plantearme, bajo ningún concepto, gastarme un solo euro en un cuarzo, y no hablemos ya de cantidades respetables que ronden los 1000€. Ufff, no, no, ni loco.
Si os contara la evolución de forma cronológica, señalando cada modelo, cosa que no voy a hacer porque sería un coñazo para vosotros, se observaría como empecé adquiriendo modelos de una forma relativamente compulsiva (puñetero CRI) y un criterio más o menos desdibujado, para estabilizarme y seguir un patrón más o menos "razonable", si es que para cualquier mortal se puede considerar razonable tener una caja con 12 relojes y una segunda con otro puñado.
Comencé en este mundo rechazando radicalmente los homenajes, y en mi caja ya hay dos. Empezaba comprando cuarzos, y ahora no los quiero. Iniciaba en este mundo pensando que los chinos eran pura bazofia, y me pongo a diario un Berny con el que estoy encantado, mientras que en la caja tengo otros dos chinos más.
Evoluciono o involuciono, no lo tengo claro del todo, porque una mañana me levanto completamente convencido de que no me compraré más chinos, y a la siguiente me compro un Berny AM339MS después de haber tenido una grata experiencia con el homenaje del Capitán Willard que, como el MoonWatch, me deja sabor agridulce, no por la calidad de la pieza, sino por esa sensación de que lo que llevo se parece mucho a lo que quiero, pero no lo es. Y es que ambos relojes funcionan del carajo y tienen unos acabados y funcionamiento increíbles para lo que cuestan.
Otras veces me pongo a divagar y me enfado, mucho, con la industria relojera en general, por la subida desmedida de precios cercanas al 100% en las mismas unidades que se vendían hace 5 años a casi la mitad de precio. Y aunque el aprecio que le tengo a la relojería china es muy relativa, el Berny AM339MS ha hecho que me desencante bastante de lo que ciertas marcas (no de lujo) piden por sus relojes. Entenderéis a que me refiero si leéis la reseña que escribí del Berny hace unas semanas.
De modo que aquí estoy, con una caja, en cualquier caso, modesta, muy modesta, en su valor relojero, aunque, como siempre ha ocurrido en mi vida, cargada de emociones, momentos y recuerdos que ya no volverán. En lo económico el reloj más caro no llega a 400€, lo cual es una barbaridad para cualquier persona normal , aunque no sea más que un modelo de entrada para los que sabemos, al menos un poquito, de relojes.
Y en este punto de mi vida ando de nuevo con la CRI corriendo por mis venas, queriendo dar un salto que me da miedo, no tanto por el costo económico, que también, sino porque me da pavor llevar en la muñeca una pieza de 1500€. El valor sentimental será mucho menor al de la mayoría de mis relojes, porque no será un regalo ni vendrá de alguien especial, o marcará una determinada época especial de mi vida. Pero como modesto coleccionista de relojes quiero seguir creciendo y tras cinco años más o menos metido en este mundo ya toca dar un pequeño, o no tan pequeño, salto en cuanto a la calidad de las piezas que visten mi muñeca. Ahora la CRI me pide un cronógrafo automático. ¿Por qué? No necesito un cronógrafo, llevo uno en el teléfono, pero me encanta su estética.
Así que aquí ando, enamorado de dos piezas. Por un lado este precioso Certina DS Podium Chronograph Automatic, que estéticamente me enamora, económicamente me viene mejor, pero que tiene un calibre C01.211 con piezas plásticas que me tira para atrás, aunque, siendo honestos, no he leído nada manifiestamente objetivo respecto a la supuesta menor durabilidad de dichos calibres. 44mm, que es una cifra considerable, máxime teniendo en cuenta que los 42 del Berny ya me resultan contundentes, aunque no me queden mal en la muñeca.
Y por otro lado la CRI me pide a gritos ensordecedores que me estire hasta este Hamilton X-Wind Auto Chrono, con un calibre que me atrae más, pero que es aún más contundente que el Berny o el Certina, con 15.5mm de grosor que no se como quedarán en la muñeca. Si soy honesto conmigo mismo, estéticamente me gusta más, pero hay detalles como el hecho de que esté pensado para la mano derecha que hace que me lo imagine raro con la corona principal hacia adentro.
Por otro lado, además de los dos anteriores, también barajo seriamente el X-Wind Day Date Auto, hermano pequeño del anterior, pero más dentro de mi presupuesto, más contenido en grosor (12.8mm), aunque con uno más en ancho (45mm), pero con 80h de marcha, y al igual que el Chrono, con coronas roscadas que, por cierto, no se si tiene el Certina.
Así que ese es mi resumen, muy escueto en realidad, de mi evolución como aficionado a los relojes en estos años. He aprendido que hay marcas muy honestas con lo que ofrecen por los precios de sus relojes, como las mencionadas Hamilton, Certina o Tissot, sin olvidar a Citizen o Orient, porque otras, tradicionalmente en este segmento, de las que soy un enamorado, como Seiko, por ejemplo, se están subiendo a la parra de los precios de una manera, creo, desmedida. Detesto que me tomen el pelo (Omega MoonSwatch, por ejemplo), y , nos guste o no, y eso lo he aprendido de cierta relojería china, cada día que pasa tengo más claro que ciertas marcas no venden relojes, venden estatus e imagen y yo, simplemente, no voy de ese palo. Por eso no tengo un iPhone y sí un Xiaomi 15 Ultra que me da más por menos. O los suizos se ponen las pilas o los chinos le van a comer la tostada más pronto que tarde. Ya nos están echando la pata encima con los coches. Cuidadito que la burbuja relojera nos puede estallar en las narices. Bien es cierto que un reloj está a años luz de cualquier producto tecnológico, pero ojito que cada vez hacen las cosas mejor. No será cosa de un año ni dos, pero, como diría el otro..... cuidadín.
Un saludo y gracias por llegar hasta aquí.
No obstante, basta comparar la "caja" de hace cinco años y la de hoy para observar que aunque mis relojes, todos, por circunstancias personales que no vienen al caso, tienen un valor esencialmente emocional, el valor relojero ha aumentado de forma notable.
Llegaba sin saber lo que era un armis.... así que haceros una idea, y estos eran mis relojes cinco años atrás. De ellos, los que más valor relojero tienen son sin duda el Tissot PRC200 y el Tag Heuer Formula 1 del 89, ambos conmigo desde siempre, 30 años en el caso del Tag.
Pero en estos 5 años he aprendido mucho, y basta ver mi caja (ahora de verdad) para observar que, efectivamente, eso es así. A una segunda se han relegado, no sin cierta pena, algunos modelos que ya no me pongo, pero que seguirán siempre conmigo y en funcionamiento porque forman parte de mi vida y han marcado momentos y circunstancias a los que están estrecha e irremediablemente ligados.
En mi caja actual, desafortunadamente por motivos personales y no demasiado felices, hay una buena cantidad de relojes que tienen un valor sentimental incalculable, y jamás de los jamases saldrán de ella.
No voy a relatar los modelos, porque los conoceréis casi todos, pero la evolución es evidente.
Y es que en estos años no se si sería exagerado decir que he aprendido a amar los relojes hasta el punto de no querer más cuarzos en mi vida. Hay auténticas maravillas, preciosas, deliciosas, que te entran por los ojos que, de repente, pierden todo mi interés cuando al revisar las características del movimiento me doy cuenta de que son cuarzos. No, no lo concibo, en estos cinco años he evolucionado hasta el punto de no plantearme, bajo ningún concepto, gastarme un solo euro en un cuarzo, y no hablemos ya de cantidades respetables que ronden los 1000€. Ufff, no, no, ni loco.
Si os contara la evolución de forma cronológica, señalando cada modelo, cosa que no voy a hacer porque sería un coñazo para vosotros, se observaría como empecé adquiriendo modelos de una forma relativamente compulsiva (puñetero CRI) y un criterio más o menos desdibujado, para estabilizarme y seguir un patrón más o menos "razonable", si es que para cualquier mortal se puede considerar razonable tener una caja con 12 relojes y una segunda con otro puñado.
Comencé en este mundo rechazando radicalmente los homenajes, y en mi caja ya hay dos. Empezaba comprando cuarzos, y ahora no los quiero. Iniciaba en este mundo pensando que los chinos eran pura bazofia, y me pongo a diario un Berny con el que estoy encantado, mientras que en la caja tengo otros dos chinos más.
Evoluciono o involuciono, no lo tengo claro del todo, porque una mañana me levanto completamente convencido de que no me compraré más chinos, y a la siguiente me compro un Berny AM339MS después de haber tenido una grata experiencia con el homenaje del Capitán Willard que, como el MoonWatch, me deja sabor agridulce, no por la calidad de la pieza, sino por esa sensación de que lo que llevo se parece mucho a lo que quiero, pero no lo es. Y es que ambos relojes funcionan del carajo y tienen unos acabados y funcionamiento increíbles para lo que cuestan.
Otras veces me pongo a divagar y me enfado, mucho, con la industria relojera en general, por la subida desmedida de precios cercanas al 100% en las mismas unidades que se vendían hace 5 años a casi la mitad de precio. Y aunque el aprecio que le tengo a la relojería china es muy relativa, el Berny AM339MS ha hecho que me desencante bastante de lo que ciertas marcas (no de lujo) piden por sus relojes. Entenderéis a que me refiero si leéis la reseña que escribí del Berny hace unas semanas.
De modo que aquí estoy, con una caja, en cualquier caso, modesta, muy modesta, en su valor relojero, aunque, como siempre ha ocurrido en mi vida, cargada de emociones, momentos y recuerdos que ya no volverán. En lo económico el reloj más caro no llega a 400€, lo cual es una barbaridad para cualquier persona normal , aunque no sea más que un modelo de entrada para los que sabemos, al menos un poquito, de relojes.
Y en este punto de mi vida ando de nuevo con la CRI corriendo por mis venas, queriendo dar un salto que me da miedo, no tanto por el costo económico, que también, sino porque me da pavor llevar en la muñeca una pieza de 1500€. El valor sentimental será mucho menor al de la mayoría de mis relojes, porque no será un regalo ni vendrá de alguien especial, o marcará una determinada época especial de mi vida. Pero como modesto coleccionista de relojes quiero seguir creciendo y tras cinco años más o menos metido en este mundo ya toca dar un pequeño, o no tan pequeño, salto en cuanto a la calidad de las piezas que visten mi muñeca. Ahora la CRI me pide un cronógrafo automático. ¿Por qué? No necesito un cronógrafo, llevo uno en el teléfono, pero me encanta su estética.
Así que aquí ando, enamorado de dos piezas. Por un lado este precioso Certina DS Podium Chronograph Automatic, que estéticamente me enamora, económicamente me viene mejor, pero que tiene un calibre C01.211 con piezas plásticas que me tira para atrás, aunque, siendo honestos, no he leído nada manifiestamente objetivo respecto a la supuesta menor durabilidad de dichos calibres. 44mm, que es una cifra considerable, máxime teniendo en cuenta que los 42 del Berny ya me resultan contundentes, aunque no me queden mal en la muñeca.
Y por otro lado la CRI me pide a gritos ensordecedores que me estire hasta este Hamilton X-Wind Auto Chrono, con un calibre que me atrae más, pero que es aún más contundente que el Berny o el Certina, con 15.5mm de grosor que no se como quedarán en la muñeca. Si soy honesto conmigo mismo, estéticamente me gusta más, pero hay detalles como el hecho de que esté pensado para la mano derecha que hace que me lo imagine raro con la corona principal hacia adentro.
Por otro lado, además de los dos anteriores, también barajo seriamente el X-Wind Day Date Auto, hermano pequeño del anterior, pero más dentro de mi presupuesto, más contenido en grosor (12.8mm), aunque con uno más en ancho (45mm), pero con 80h de marcha, y al igual que el Chrono, con coronas roscadas que, por cierto, no se si tiene el Certina.
Así que ese es mi resumen, muy escueto en realidad, de mi evolución como aficionado a los relojes en estos años. He aprendido que hay marcas muy honestas con lo que ofrecen por los precios de sus relojes, como las mencionadas Hamilton, Certina o Tissot, sin olvidar a Citizen o Orient, porque otras, tradicionalmente en este segmento, de las que soy un enamorado, como Seiko, por ejemplo, se están subiendo a la parra de los precios de una manera, creo, desmedida. Detesto que me tomen el pelo (Omega MoonSwatch, por ejemplo), y , nos guste o no, y eso lo he aprendido de cierta relojería china, cada día que pasa tengo más claro que ciertas marcas no venden relojes, venden estatus e imagen y yo, simplemente, no voy de ese palo. Por eso no tengo un iPhone y sí un Xiaomi 15 Ultra que me da más por menos. O los suizos se ponen las pilas o los chinos le van a comer la tostada más pronto que tarde. Ya nos están echando la pata encima con los coches. Cuidadito que la burbuja relojera nos puede estallar en las narices. Bien es cierto que un reloj está a años luz de cualquier producto tecnológico, pero ojito que cada vez hacen las cosas mejor. No será cosa de un año ni dos, pero, como diría el otro..... cuidadín.
Un saludo y gracias por llegar hasta aquí.