Igual escandalizo a alguien, pero para hacer el burro por el monte, probablemente lo mejor sea un Land Rover de los viejos, o, en un alarde de modernidad, un Defender. Los Land Rover viejos, son duros como piedras, y suelen estar poco cuidados. Ventajas: baratos, carrocería de aluminio (sí, sí, como las berlinas de lujo tipo Audi A8) a excepción del marco del cristal delantero, todo está sobredimendionado. Los recambios son baratos (el piloto trasero completo cuesta unos 8 euros), y las versiones más "altas de gama", tienen dirección asistida. Si abollas una aleta, cuatro martillazos y está en marcha otra vez. Y los Defender, lo mismo, pero con turbo. Eso sí, ruidosos, incómodos... pero lo más parecido a un tanque. En carretera, lento, eso sí.
Respecto al cambio automático... yo no lo quiero ni regalado en ningún coche. Añade una complicación innecesaria al vehículo: llevan un paquete de discos de embrague por cada velocidad, y están dentro del cambio, que lleva bomba hidráulica, y un montón de muellecitos, juntas planas y tóricas, electroválvulas,... Un amigo mío pagó 5.000 € por una avería del cambio. Casi nadie sabe arreglarlos, y lo que se hace es sustituir el cambio entero por uno nuevo o reparado. Como normalmente estas cosas ocurren cuando el coche tiene unos cuantos años, el coche, que puede estar en perfecto estado de uso, termina en el desguace. He visto uno desmontado, y da miedo.