Relojería para Dummies

Relojería para Dummies, capítulo 2

En una versión alternativa de Ice Age (La edad del hielo) que aparece en la edición blu-ray
(¿alguien lo usa, aún?) hay una escena en que Manny se encuentra con Scrat y entre ellos se
da el siguiente diàlogo:
(Manny) – Oye… ¿Y tú en realidad qué eres? ¿Un ardillón?
(Scrat) – ¿Cómo? A estas alturas me parece muy deployante que me hagas esta pregunta…

Si no le has pillado la gracia a la conversación, puede ser por uno de los siguientes motivos
(ambos potencialmente ciertos):
a) porque no tiene ninguna
b) porque eres un recién llegado al submundo de la relojería y a este foro.

En caso de b), estamos aquí para ayudarte.
Y es que cuando yo llegué a RE, hace ya un tiempo, una de las cosas que más me sorprendió
era la cantidad de palabras que desconocía. Para acelerar la inmersión de quien lo necesite,
vamos a ir mirando de aclarar alguna de ellas.

DIVER
No, no es un reloj cuya alarma avise con audios de Chiquito de la Calzada.
Diver viene del verbo inglés to dive (sumergirse, lanzarse al agua; y, por extensión, bucear). Así
que un reloj diver no es otra cosa que un anglicismo para denominar un reloj sumergible,
supuestamente preparado para submarinismo. Es decir, con una buena estanqueidad y con un
bisel exterior para medir tiempos de descompresión. Hace muchos años, en castellano se les
llamaba “buzos”.
Es importante distinguir entre relojes diver y relojes con pinta de diver, que no siempre son lo
mismo. En gamas bajas, tanto vintage como contemporáneas, existen infinidad de modelos que
imitan la atractiva estética diver pero con los que mejor ni prepares una fuente de almejas al
vapor. Una pista para reconocerlos, mientras te familiarizas con el concepto, es que la caja no
sea de acero o que en la esfera o la tapa trasera ponga 5 atm. o similar.

Divers y buceadores
No todo lo que a primera vista parece un diver lo es

Existe también el término skin diver (o sea, “reloj sumergible pero poco”) acuñado hace ya
tiempo pero recientemente puesto de moda. Se refiere en general a los relojes tipo buceo
marcados como sumergibles a un máximo de 200 metros. Aunque esta medida es aproximada y
variable: el año pasado Longines presentó su Skin Diver, una recreación perfecta del que fue su
primer reloj de buceo en 1959, y es sumergible hasta 300 metros.
Eso sí, sobre todo, por la gloria de vuestra madre, pronunciad “daiver”.

ARMIS (o sus variaciones armyx, armi o armix)
Lo de esta palabra es como el famoso chiste, creo que de Eugenio, que decía que entendía que
los franceses al pan le llamaran pain y al vino le llamaran vin, pero que al queso, que se veía tan
claramente que es queso… ¡cómo se le puede llamar fromage?
Un armis es un brazalete metálico para un reloj de pulsera. Y ya. Olvida tus aficiones filólogo-
etimológicas, porque las diversas teorías sobre el nacimiento de la palabra –que van desde un
origen en el uso militar de los primeros brazaletes metálicos extensibles para reloj hasta un
anglicismo proveniente de arm (brazo)- permiten llegar a una única y firme conclusión: que nadie
tiene ni remota idea de donde sale.
Eso sí, me he permitido un pequeño experimento en mi entorno no relojero y nadie,
absolutamente nadie, conoce esa palabra. Así que aquí, en el mundo de la relojería, aunque se
vea tan claramente que es un brazalete metálico, no lo es; es un armis.

ARDILLÓN / DEPLOYANTE
Como en todos los aspectos de la vida, parece que siempre hace un poco más experto utilizar
palabras presuntamente técnicas.
Un ardillón no es una ardilla excesivamente aficionada a la comida basura. Ardillon es en origen una palabra francesa que hace referencia a esa parte de una hebilla parecida a una aguja que se inserta en los agujeros de la correa. En una especie de sinécdoque relojera, ha acabado dando nombre al todo, es decir, a la hebilla de toda la vida. Por tanto, un ardillón o una hebilla de ardillón es una hebilla clásica de las que se ven habitualmente en las correas de piel, en las que la parte superior de la misma se ancla a la inferior mediante la inserción de una parte rígida alargada en uno u otro agujero preparado al efecto y a menudo
dilatado por el uso.

Manny & Scrat
¿Un ardillon deployante?

¿Qué?
No, estoy hablando de correas.
Un deployante, por su parte, es un cierre desplegable. Como los habituales de los brazaletes
metálicos (efectivamente: los armis) pero adaptados a correas de piel, tela o materiales no
rígidos. A diferencia de las hebillas de ardillón, ambas partes de la correa no quedan separadas
en ningún momento, proporcionando una mayor seguridad al reloj a la hora de ponérselo o
quitárselo. Por cierto, ya no es que sea una expresión de origen francés; es que deployante en
francés significa directamente desplegable en castellano. Pero ya se sabe, fuimos afrancesados
hace unos pocos siglos y algo nos debe de quedar.

El por qué para las hebillas somos francófonos pero para los diver somos anglófonos es algo que
se me escapa. Probablemente sea porque montre de plongée es bastante más jodido de pronunciar que «daiver».

 

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