Respondiendo a la invitación de Rabat, tuve ocasión de acudir a la presentación de la nueva serie Pilot Zenith que la propia Rabat había convocado en sus instalaciones de Barcelona. Pero esta vez no íbamos a ir a una de las dos tiendas del Paseo de Gràcia sino a un entorno mucho más interesante: el servicio técnico que tienen en la Rambla de Catalunya, donde además de la presentación de Zenith había previsto un recorrido por los distintos departamentos del taller, recorrido al que por compromisos adquiridos no pude quedarme, aunque más adelante habrá un reportaje específico sobre eso.
Asistió una buena cantidad de profesionales de la prensa y, como suele ocurrir en las ferias y otros eventos, pude saludar a colegas que hacía tiempo que no veía y con los que tal vez podamos colaborar en un futuro no demasiado lejano. Nos dieron las explicaciones que hacían al caso Julio Ruiz, director de marca, y Verónica Carrasco, directora de marqueting de Zenith, quienes de paso nos contaron que el hecho de ser (y reivindicar) una verdadera manufactura los deja al margen de las tensiones generadas por la ya famosa decisión del grupo Swatch de dejar de suministrar componentes a terceros. No sólo eso: se están recuperando las antiguas y enormes naves de producción de Le Locle -que en su momento habían quedado abandonadas- para dar cabida a nuevos procesos de producción para autoabastecerse.
Dicen los gallegos que «nunca choveu que non escampara», y parece que eso también vale para Zenith: después de la oscura era Nataf (de infausto recuerdo para los aficionados) los modelos de la nueva era Dufour han devuelto a la marca el esplendor que nunca debiera perder. Aun siendo el movimiento El Primero su principal patrimonio, se esfuerzan en presentar variantes que realmente se perciban como tales en lugar de limitarse a redecorar las esferas como ocurría con las series Defy. Además, la serie Pilot se enriquece con un modelo «fuera de programa»: el contundente (57mm) Pilot Montre d’Aéronef Type 20″ presenta un enorme movimiento 5011K de 22 líneas (50mm) con 134 componentes y 19 rubíes descendiente directo del 5011, que desde 1967 (año en que el Observatorio de Neuchâtel le concedió el título de cronómetro más preciso jamás presentado) viene equipando relojes de concurso, relojes de bolsillo y cronómetros de Marina. Esta es una edición limitada de 250 ejemplares.
El calibre 5011K oscila a 18.000 a/h (2,5 Herzios) y cuenta con un dispositivo independiente de paro de segundero que permite sincronizar la hora al segundo, portapitón móvil y regulador de doble flecha. Tiene las funciones de hora y minutos en el centro y segundero pequeño a las 9, con la indicación de reserva de marcha (48 horas) a las 3. Las grandes cifras arábigas están completamente cubiertas de Superluminova LSN C1. Zafiro en ambos cristales, el de la esfera con tratamiento antirreflejos por las dos caras. El precio de esta edición limitada a 250 ejemplares en titanio es de 9.500 €, y en España sólo hay dos piezas (una -esta- en Rabat)
Con una caja de 57,5mm de diámetro por 10 de alto se agradece que ésta sea de titanio grado 5 porque el peso iba a ser un verdadero impedimento. Aun no siendo un reloj para uso diario estoy seguro que más de uno lo usaría con soltura si atendemos al tamaño de algunas muñecas.
Y hablando de todo eso, esta hebilla me recuerda algo, pero esa estrella me despista…
El siguiente es el Doublematic, que -ahora sí- basado en el archiconocido movimiento cronográfico El Primero 400 añade dos complicaciones interesantes como son la gran fecha a las 2 y la alarma (aguja central calada), que a su vez muestra reserva de marcha y un indicador de on/off (El Primero 4046). Sin ser una complicación del movimiento mismo, el reloj presenta un disco con los 24 husos horarios más habituales. Aun reconociendo la acertada puesta al día de una esfera que estaba languideciendo en los Chronomaster clásicos (no quiero pensar en los Defy porque eso empeoraría las cosas) en mi opinión el Doublematic adolece de un amontonamiento en la esfera que podría estar mejor resuelto: las cifras de los índices horarios no deberían quedar mutiladas por los indicadores (fecha, contador de 30 minutos, indicadores de activación y reserva de marcha de la alarma… Probablemente sea porque el disco externo de las ciudades deja disponible un diámetro menor, pero eso debería estar previsto.
Esto no es obstáculo para aplaudir el diseño de la caja, porque a pesar de un diámetro de 45mm el Doublematic se deja llevar bien y se asienta cómodamente en una muñeca de 17cm. Precio de esta versión en acero: 9.900 €. Existe otra en oro por 23.900 €
Finalmente llegamos al que para mí es el mejor exponente de la colección digna de ese nombre: el Pilot Big Date Special, que con su calibre El Primero 4010 (modificiación del eterno 400) es descendiente directo del Tipo CP-2 que la empresa italiana Cairelli -proveedora de las fuerzas aéreas italianas por entonces- encargó a Zenith en los años 60. Con una generosa caja de 45mm de diámetro y su calibre manual 146 DP le harían falta pocas modificaciones (o ninguna) para pasar directamente a nuestros días como una pieza de coleccionista. De hecho, se produjeron solamente 2500 unidades y actualmente son piezas muy buscadas. La versión militar utilizada hasta principios de los años 80 por el ejército italiano tiene las indicaciones «AMI» (Aeronautica Militare Italiana) o «MM» (Marina Militare) en el fondo de la caja, seguidas de un número de inventario.
Si exceptuamos los pulsadores, la evolución-homenaje de este clásico no podía ser más acertada: respetando los rasgos más clásicos del viejo Cairelli se ha dotado al Big Date Special de una gran fecha a las seis (justo precisamente donde hubo el logo de A. Cairelli Roma en el modelo original). Eso sí, se renuncia al remonte manual del calibre 146 DP en favor del rotor bidireccional del 4010. Éste, como toda la familia El Primero, bate a 36.000 alternancias por hora (5 Herzios) y en este caso se monta en una caja de 42mm de diámetro, lo que lo hace un reloj muy fácil de llevar y que fácilmente puede convertirse en el reloj de diario a poco que prescindamos de ciertos dogmas de etiqueta relojera.
Por este motivo es tal vez el más cómodo de los dos (no cuento el Montre d’Aéronef por razones obvias), y el hecho de que además de la deportiva correa de cuero se presente con una atractiva milanesa sin armis (tiene una hebilla y taladros como si fuera una correa ‘normal’, lo siento no tomé fotos de eso) explica lo de ‘reloj de diario’. El precio de este Big Date es de 5.400 € con correa de cuero (precioso cuero, por cierto) y de 5.700 € con esa original milanesa.
Viendo estas nuevas colecciones pienso que esta vez Zenith ha encontrado su verdadero camino. Un camino que no debió perder deslumbrado por su propio esplendor en una época en que al parecer no resultaba fácil distinguir los verdaderos valores relojeros de las ganas de impresionar. Afortunadamente, eso ya pasó.