X aniversario del Chronomètre à Résonance de F.P. Journè

Por Gonzalo Cuadrado

 Con motivo del 10 aniversario del lanzamiento al mercado del primer Chronomètre à Résonance, F.P. Journè, presenta en 2010 la tercera versión, con importantes cambios y, aún si cabe, mejoras.

Resonancia: El concepto

doble péndulo de Antide Janvier de 1770
Figura 1: Regulador de precisión de doble movimiento y doble péndulo de Antide Janvier de 1770

El concepto de resonancia se basa en el principio de que le energía se conserva, es decir, ni se crea ni se pierde. De esta forma, cualquier cuerpo que vibra u oscila, emite una energía que influye en su entorno.
Esa vibración u oscilación está caracterizada por su frecuencia o periodo (tiempo que tarda en realizar una oscilación completa) y cuando un cuerpo oscila próximo a otro, la energía emitida por el primero (excitador) es absorbida por el segundo (resonador) de forma que éste comienza a oscilar con la misma frecuencia, al unísono, en perfecta sincronía. Entonces se dice que ambos cuerpos han entrado en resonancia. Esto se puede observar en distintos hechos cotidianos de nuestro entorno, como por ejemplo cuando estamos escuchando una emisora de radio y otra emisora con una frecuencia cercana (la anterior o siguiente en nuestro dial de la radio) interfiere, sobreponiéndose a la emisora anterior. En ese momento, ambas ondas de radio han entrado en resonancia.

Fuera del mundo de las ondas electromagnéticas, encontramos otro ejemplo más claro si ponemos dos péndulos colgando de una misma barra, con las mismas características y suficientemente próximos, veremos que, aunque hayan empezado a oscilar desincronizados, al cabo de pocos minutos, ambos oscilan sincronizados con la misma frecuencia, a la vez, en resonancia, ya sea en el mismo sentido (en fase) o en sentido contrario (antifase).

 

Historia: Aplicación a la relojería
El primero que se dio cuenta de este fenómeno, que se dio en llamar “simpatía” fue el físico holandés Christiaan Huygens (considerado el padre de la relojería moderna, ya que fue el primero en introducir péndulos y escapes de espiral) en el año 1665. En sus relojes de péndulo de alta precisión para el cálculo exacto de longitud en barcos de la Royal Society de Londres, cuando dos pesados péndulos, correspondientes a relojes independientes, colgados del barco por la mismo eje, originalmente oscilaban exactamente a la misma frecuencia y 180º de desfase, al ser alterados, ambos recuperaban su estado de antifase en menos de media hora y permanecían así indefinidamente.

Este fenómeno suponía un problema en los relojes de alta precisión de la época, ya que perturbaciones externas por resonancia, influían en la frecuencia de oscilación de los péndulos, en su amplitud, luego en la exactitud del reloj.

En 1770 fue cuando el relojero Real francés Antide Janvier, utilizó este fenómeno, originalmente perturbador, para mejorar la precisión de los relojes. De esta forma, construyó tres reguladores, con dos movimientos gemelos cada uno, haciendo que los dos péndulos oscilaran en resonancia (y antifase), con frecuencias idénticas e inalterables, ya se proporcionaban estabilidad uno a otro.

Fue el gran Abraham-Louis Breguet el que dio un paso más, y tras la creación de dos reguladores de péndulo con doble movimiento y doble péndulo para el rey George IV de Inglaterra y el rey Louis XVIII de Francia respectivamente, creó un reloj de bolsillo con doble escape que oscilaban a la misma frecuencia, en resonancia. Esta pieza, lamentablemente fue robada del museo L.A. Mayer Memorial de Arte Islámico de Jerusalem en 1983.

Chronomètre à Résonance: Los orígenes

 Figura 2: Primera versión del Chronomètre à Résonance
Figura 2: Primera versión del Chronomètre à Résonance

Tras tener la oportunidad de estudiar el doble regulador a resonancia del rey Louis XVIII de Francia, en sus primeras etapas como restaurador de relojes, François-Paul Journè tomó la determinación de dar un paso más allá y trasladar los beneficios del fenómeno de resonancia al reloj de pulsera.

Después de un primer intento fallido en 1984 con un reloj de bolsillo, no fue hasta 15 años después cuando logró reproducir el fenómeno de resonancia en un reloj de pulsera, haciendo honor al slogan de la marca “Invenit et Fecit” (Inventado y hecho). Nace el primer “Chronomètre à Résonance”. Este reloj estaba realizado en caja de oro rosa o platino de 38mm y movimiento de latón. La esfera consta de dos subesferas atornilladas, simétricas indicando ambas las horas, minutos y segundos, así como la reserva de marcha del movimiento. Ambas subesferas estás realizadas con un exquisito “guilloché”.

Además de las funciones de hora, minutos, segundos e indicación de reserva de marcha, se puede utilizar una de las subesferas como segundo huso horario, ya que se pueden ajustar de forma independiente.

La corona situada a las 4, es la encargada de sincronizar ambos movimientos, reseteando los segunderos a cero, mientras que la situada a las 12 es la encargada de poner en hora ambas esferas y dar cuerda al reloj.

 Figura 3: Movimiento de latón de la primera versión del Chronomètre à Résonance (1499-1)
Figura 3: Movimiento de latón de la primera versión del Chronomètre à Résonance (1499-1)

Este calibre 1499-1 consta de dos movimientos gemelos con dos volantes que oscilan a 21600 alternancias por hora. El movimiento es de carga manual con una reserva de marcha de 40 horas.

Para que dichos volantes oscilen en resonancia es necesario que la diferencia en frecuencia de uno respecto al otro sea inferior a 30 oscilaciones al día y ambos volantes estén separados en torno a 0,4 mm.

 

Con estas restricciones y condicionantes es fácil entender lo complicado de construir, regular y afinar que resulta este reloj. Esto derivó en sucesivas versiones y mejoras hasta llegar a la que hoy nos ocupa.
La mayor ventaja de este reloj es tener una mayor consistencia en la marcha, siendo ésta teóricamente idéntica en la muñeca que estando el reloj en reposo, ya que cualquier perturbación producida por el uso diario tendría poco efecto sobre el reloj al estabilizarse un volante con el otro por estar en resonancia.

La saga continúa

Figura 4: Esfera de la segunda versión del Chronomètre à Résonance
Figura 4: Esfera de la segunda versión del Chronomètre à Résonance

Posteriormente, FP Journè lanzó una segunda versión del reloj, en 40mm con el calibre en oro rosa (1499-2), dotado de unos niveles de acabado y decoración rozando lo sublime y algunos cambios en el movimiento orientados a mejorar la facilidad de ajuste e impedir, en la medida de lo posible, la pérdida de resonancia entre los dos volantes. La esfera se mantiene prácticamente inalterada, con las mismas funciones y el mismo “lay-out”.

 

Espectacular vista del calibre 1499-2
Figura 5: Espectacular vista del calibre 1499-2

 

 

 

 

 

 

Esfera del Chronomètre à Résonance X Aniversario
Figura 6: Esfera del Chronomètre à Résonance X Aniversario

Chronomètre à Résonance X Aniversario
Coincidiendo con el X aniversario de la primera versión, y dentro de su aclamada colección “Souveraine”, F.P Journè lanza al mercado la tercera versión mejorada de su Chronomètre à Résonance.

La caja
En esta ocasión es posible escoger el tamaño de la caja entre 38 y 40mm y entre oro rosa y platino, así como distintas combinaciones de colores en la esfera en oro blanco y oro rosa.
La caja mantiene un perfecto equilibrio entre anchura y altura en cualquiera de las dos versiones con unos exiguos 9mm de altura, que sin llegar a ser un reloj extraplano, lo hace muy cómodo de utilizar bajo casi cualquier circunstancia (teniendo en cuenta, obviamente, que no se trata de un reloj deportivo).
La calidad de los acabados está a la altura de las mejores cajas del mercado, como podrían ser las de Lange&Söhne. Se ofrece con correa de cocodrilo de impecable factura y cierre de tipo ardillón (siendo el cierre desplegable opcional) o con armis de oro rosa o platino, en función del material de la caja elegido.

Chronomètre à Résonance X Aniversario
Figura 7: Chronomètre à Résonance X Aniversario

La esfera
En la esfera se mantiene la disposición original de versiones anteriores, con la principal diferencia de que la subesfera que indica el segundo huso horario, el de la hora de casa, (situada a la izquierda, hacia las 9) indica las horas de forma digital mediante un disco exterior con indicación de 24 horas con escritura negra, y los minutos con otro disco concéntrico interior al anterior con escritura roja, con lo que el reloj permite un perfecto uso como GMT, dado que ya no es posible confundir si en casa son las 3 de la tarde o de la mañana, gracias al disco de 24 horas.
Cabe destacar que la elección de qué esfera soportará la hora local y cual la de casa, no ha sido, ni mucho menos al azar, adjudicando el papel de hora local a la subesfera a las 3, de la forma analógica convencional, por ser la de más fácil lectura, debiendo asomar solamente media esfera bajo el puño de una camisa, para poder saber la hora, para la gran mayoría de la gente, que lleva el reloj en la mano izquierda.
La indicación de reserva de marcha de 40 horas se mantiene entre a las 11, comentando como curiosidad, que dicha indicación de reserva marca las horas de marcha consumidas, y no el tiempo de marcha que queda. Es decir, que a plena carga, el reloj marca 0, mientras que cuando esté a punto de pararse marcará 40.

Detalle de las agujas
Detalle de las agujas

Las agujas son azuladas al fuego, conservando la típica forma de las agujas de la marca.
Ni que decir tiene que ambas esferas horarias son ajustables de forma independiente mediante la corona situada a las 12, mientras que los segunderos de las dos subesferas se sincronizan mediante puesta a cero, tirando de la corona situada a las 4.
Tanto la esfera principal, como las subesferas, están atornilladas, lo que junto con los distintos tipos de acabado “guilloche” de la esfera horaria y segundera, causa un precioso y característico efecto tridimensional, que sólo se encuentra en los relojes de Journè, desprendiendo una calidad que supera cualquier expectativa.

El Calibre

Calibre 1499.3
Figura 8: Calibre 1499.3

El calibre 1499.3 es de carga manual, realizado en oro rosa, cuenta con 297 piezas, incluyendo 40 rubíes, proporcionando 40+2 horas de reserva de marcha, en el que se integran dos movimientos completos gemelos, en los que cada uno de sus volantes laten, por supuesto, en resonancia, en sentidos opuestos (antifase), a 21600 alternancias por hora. Las dimensiones son 32,6mm de anchura por 4,2mm de altura. Los volantes son de generosas dimensiones lo que asegura una elevado momento de inercia y consecuentemente una gran amplitud de latido y gran estabilidad. La platina base está exquisitamente decorada tipo “perlage”, mientras que los puentes presentan las ya clásicas “cotes de Geneve”. Los tornillos están pulidos, con los cantos biselados y pulidos y las hendiduras achaflanadas. Los rubíes que soportan un mayor trabajo y fricción están encastrados en chatones de oro. La calidad general de los acabados y decoración del movimiento está a la altura de los más grandes, como Dufour, Voutilainen, Gauthier o Greubel-Forsey.

El fenómeno de la resonancia es fácil de apreciar y comprobar sin más que comparar los segunderos de ambas subesferas, ya que cada una refleja el movimiento de cada uno de los calibres. Al hacer el “reset” a cero, idealmente, ambos segunderos deberían ir absolutamente sincronizados por tiempo indefinido. Para intentar sacar los volantes de resonancia, deberíamos agitar con intensidad media el reloj, en ese caso deberíamos ver como uno de los segunderos se retrasa respecto al otro hasta que los volantes vuelvan a entrar en resonancia. En ese momento la diferencia entre ambos volantes se mantendrá de forma indefinida hasta que la resonancia se vuelva a romper. Éste debería ser el comportamiento correcto del reloj.

Mantenimiento y Servicio Técnico
Cierto es que los relojes de F.P. Journè tienen un cierto aura de delicadeza y fragilidad, en parte provocada por problemas de juventud de algunos de sus calibres Octa (Chrono, Calendrier) y que los primeros Chronomètre à Résonance tenían ciertas dificultades para entrar en resonancia y pocas para salir de ella.

Ello era achacado a problemas en los estándares de calidad de fabricación asociados a una manufactura joven, pequeña y limitados recursos y, en otras ocasiones, a defectos en el diseño del movimiento.
Aquí cabe comentar, que hasta donde llega el conocimiento del que escribe, el propio Journè trabajó él mismo incansablemente hasta localizar los problema e idear la solución, la cual ha sido implementada, sistemáticamente, en todos y cada uno de los relojes que fueron enviados con algún problema, incluso fuera de garantía, ofreciendo un comportamiento, como marca, ejemplar.
A nadie le gusta que un reloj de esta categoría, prestigio y precio presente problemas técnicos al poco tiempo de ser comprado, pasando la solución por largas esperas hasta que el reloj esté de vuelta con el problema solucionado, pero recordemos que se tratan de auténticas obras de arte, con un componente manual realmente importante, y las obras de arte son necesariamente delicadas.
¿O acaso no lo son un Van Gogh, una botella de Romanée-Conti o un Ferrari GTO?

Conclusión
A estas alturas, creo que al lector no le quedará ninguna duda de que este Chronomètre à Résonance se trata de un reloj muy especial, creado por un hombre muy especial, que aúna la idea de un genio creador, inventor y no sólo relojero, con el mayor de los respetos por las más profundas tradiciones relojeras suizas, que ha sido capaz de sacar partido de uno de los fenómenos más curiosos, y si se me permite, esotéricos, de la física clásica y aplicarlo a un reloj de pulsera con un fin único: mejorar las capacidades cronométricas del reloj de pulsera, pero sin renunciar a las mejores calidades de materiales, como el uso de oro rosa para el movimiento, lo que le ha supuesto más de un quebradero de cabeza, y los mejores niveles de acabados y decoración.

Como ya pueden haberse figurado, el resultado no es precisamente barato, pero es difícil ponerle precio a una obra de arte.
Invenit et Fecit”, inventado y hecho. Esta es la diferencia entre un gran relojero “simplemente” y un genio creador en el área de la relojería, que no en vano sitúa a François-Paul Journè, por esta y otras de sus invenciones, como uno de los Grandes de la historia por méritos propios, como acreditan los numeroso premios internacionales en certámenes de relojería recibidos, añadiendo además su vertiente como empresario y gestor, que ha levantado una manufactura de cero, y además supervisa personalmente los trabajos de su servicio técnico.
¿Alguien da más?